El agujero pol¨ªtico de Caja Madrid

Caja Madrid, que lleg¨® a ser la cuarta entidad financiera de Espa?a con m¨¢s de siete millones de clientes y gan¨® en el tiempo del desenfreno inmobiliario m¨¢s de 2.000 millones de euros en un solo a?o, se convirti¨® durante las ¨²ltimas dos d¨¦cadas en un refugio bien remunerado de decenas de pol¨ªticos a los que los grandes partidos premiaban por su poder interno o fidelidad. Aquellos privilegios, muchos a?os despu¨¦s, han desencadenado un colosal esc¨¢ndalo y una cascada de ceses o destituciones por el uso sin control de las tarjetas de cr¨¦dito.

La naturaleza de una instituci¨®n financiera gobernada por los partidos pol¨¬ticos, que impon¨ªan al presidente y eleg¨ªan a la mayor¨ªa del consejo de administraci¨®n, gener¨® unas din¨¢micas que hicieron de Caja Madrid una fuente de recursos econ¨®micos para las tres formaciones (PP, PSOE e IU) con representaci¨®n en las instituciones madrile?as. Estos partidos pod¨ªan liberarse de pagar sueldos a decenas de dirigentes (que cobraban de Caja Madrid) y financiaban otros gastos (sus fundaciones se repart¨ªan un mill¨®n de euros al a?o) a cuenta de la entidad financiera que gobernaban ellos mismos. En alg¨²n caso, los privilegios alcanzaron a familiares de pol¨ªticos colocados en alguno de los m¨²ltiples organos de Caja Madrid. Las esposas de Salvador Victoria y Francisco Granados, dos consejeros del Gobierno de Esperanza Aguirre, ocuparon puestos en el consejo de administraci¨®n de Caja Madrid Pensiones a raz¨®n de 1.800 euros brutos al mes. Ninguna ten¨ªa conocimientos financieros para ocupar esos puestos, como muchos de los pol¨ªticos del consejo de administraci¨®n.

En 1999, EL PA?S public¨® que Caja Madrid regalaba tarjetas de cr¨¦dito a sus consejeros con un l¨ªmite de 900 euros al mes (10.800 euros al a?o) para gastos que no ten¨ªan que justificar. ¡°Yo nunca toco mis fondos del Ayuntamiento para gastos de representaci¨®n, para eso uso esta tarjeta¡±, reconoci¨® entonces el alcalde de Majadahonda, Ricardo Romero de Tejada, consejero de Caja Madrid.

Otros beneficiados llegaron a explicar que pagaban con esa tarjeta el alquiler de locales donde sus partidos celebraban actos.

Aquella noticia y otras parecidas sobre el cobro de dietas por parte de diputados y concejales en empresas p¨²blicas llev¨® al Gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido entonces por Alberto Ruiz-Gallard¨®n, a incluir en la Ley de Acompa?amiento de los Presupuestos de 2000 un freno a esas pr¨¢cticas: ¡°Cuando la participaci¨®n en consejos de administraci¨®n la ejerzan diputados nacionales, senadores, diputados regionales, altos cargos de la Comunidad de Madrid o de las corporaciones locales, solo se abonar¨¢n indemnizaciones por gastos de desplazamiento y comidas, pero se eliminar¨¢n las dietas por asistencia a los ¨®rganos¡±. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, entonces presidente del Gobierno, anunci¨® aquel a?o una medida ejemplarizante en el programa electoral de su partido: ¡°Promoveremos la supresi¨®n de las retribuciones a altos cargos por asistencias a los consejos de administraci¨®n de los entes y sociedades de titularidad p¨²blica, sin perjuicio de la continuidad y reforzamiento de los mecanismos de supervisi¨®n de aquellos".

El esc¨¢ndalo no pas¨® al campo de los responsabilidades pol¨ªticas ni motiv¨® iniciativas parlamentarias para eliminar el privilegio de la visa sin control. Durante la siguiente d¨¦cada, la tarjeta de cr¨¦dito gratis total a costa de Caja Madrid circul¨® sin reparo entre los 43 pol¨ªticos, media docena de empresarios y 10 sindicalistas que se sentaron en distintas etapas en el consejo de administraci¨®n.

El l¨ªmite mensual de la tarjeta de cr¨¦dito para gastos sin justificar pas¨® de 900 euros en 1999 a 2.000 euros en plena crisis econ¨®mica, cuando la entidad financiera ya estaba al borde del naufragio. No hab¨ªa contrato escrito que estableciera las condiciones de ese privilegio, era una comunicaci¨®n verbal.

La quiebra de Bankia, entidad creada por la fusi¨®n de Caja Madrid con otras seis cajas para huir de la bancarrota, ha destapado ahora aquellas pr¨¢cticas que todos los partidos conoc¨ªan ¡ª ¡°cuando pag¨¢bamos comidas, el partido sab¨ªa que lo hac¨ªamos con la tarjeta de Caja Madrid¡±, se?ala un ex consejero¡ª, consent¨ªan y disfrutaban.

La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n considera que detr¨¢s de esos gastos se puede esconder una apropiaci¨®n indebida. Las conclusiones del informe elaborado por el Fondo de Reestructuraci¨®n Ordenada Bancaria (FROB) sobre el uso de tarjetas desbordan los l¨ªmites de lo asumible en concepto de gastos de representaci¨®n: de los 15,6 millones entre 2003 y 2012 casi seis millones corresponden a dinero sacado en efectivo de cajeros o compra de ropa, complementos y alimentaci¨®n en grandes superficies. El informe no detalla el nombre de las personas que utilizaron la tarjeta de esa manera tan irregular. 28 pol¨ªticos del PP, 15 del PSOE, cuatro de Izquierda Unida y 10 sindicalistas, adem¨¢s de varios empresarios, entre ellos qui¨¦n fue presidente de la CEOE, Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n; y el actual jefe de la patronal madrile?a, Arturo Fern¨¢ndez, figuran en la lista de los que se beneficiaron.

Cinco consejeros sin cargos ejecutivos en Caja Madrid han negado a EL PA?S que sacaran dinero en efectivo con esa tarjeta, que nunca supieron que se pod¨ªa hacer, que s¨®lo pagaron comidas o viajes y que entend¨ªan que todo era legal aunque no tuvieran que justificar sus gastos. ¡°La tarjeta deja un rastro del establecimiento d¨®nde se ha usado y, por tanto, el control era perfectamente posible. Nos dijeron que con la tarjeta pod¨ªamos pagar viajes cuando est¨¢bamos fuera de Madrid y ¨¦ramos convocados a alguna reuni¨®n, para comprar libros relacionados con los asuntos de la caja y para otros gastos de representaci¨®n como comidas o alg¨²n regalo que tuvi¨¦ramos que hacer relacionados con nuestro cargo".

El PSOE ha puesto en marcha una investigaci¨®n interna para definir si los 15 afiliados a su partido que en distintas etapas ocuparon puestos remunerados en Caja Madrid hicieron ¡°uso indebido¡± de las tarjetas de cr¨¦dito. La respuesta se esconde en un archivo que guarda la Audiencia Nacional donde supuestamente figuran detallados los gastos con tarjeta que hicieron los 65 implicados.