El opositor que adivin¨® ante notario doce de los 14 aprobados
Denunci¨®, sin ¨¦xito, irregularidades en unos ex¨¢menes al Tribunal de Cuentas
Acertar la combinaci¨®n ganadora era tanto como hallar una aguja en un pajar. J. A., un opositor al Tribunal de Cuentas, estuvo a punto de obtener un pleno. Semanas antes de iniciarse en 2010 los ex¨¢menes para cubrir 14 plazas de auxiliares de grabaci¨®n y subalternos en el ¨®rgano que se encarga de fiscalizar a todas las administraciones p¨²blicas, J. A. se present¨® ante un notario y le pidi¨® que levantase acta de un futurible. Y le facilit¨® 14 nombres, de los que el notario dio fehaciente fe. Al terminar los ex¨¢menes, cotej¨® su lista notarial con la de aprobados que figuraban en el BOE: 12 aciertos. Y le extra?¨® haberse equivado en dos.
En realidad, J. A. no era ning¨²n adivino: simplemente ten¨ªa alguien dentro del Tribunal que le alert¨® de que casi todas esas vacantes ten¨ªan due?o. Consciente de ello, y de que esas pr¨¢cticas atentan contra la transparencia e igualdad de oportunidades que fija la Constituci¨®n para todos los ciudadanos, emprendi¨® una dura batalla legal. Sin ¨¦xito. J. A. present¨® una cascada de recursos contra la forma en que se iban a desarrollar los ex¨¢menes. El Pleno del Tribunal de Cuentas rechazo casi todos sus recursos. Incluso lleg¨® hasta el Tribunal Supremo, que tambi¨¦n desestim¨® su recurso por una cuesti¨®n t¨¦cnica, pero obvi¨® entrar y valorar los detalles de las ¡°escandalosas irregularidades¡± que le describi¨® J. A., seg¨²n las define en diferentes recursos, a los que ha tenido acceso EL PA?S. El opositor ha rehusado hablar sobre este asunto. Ahora tiene otro trabajo y no quiere problemas.
A esa oposici¨®n concurrieron unas 300 personas y, finalmente, como admitidas para presentarse a los ejercicios, quedaron 225, muchas de ellas personas de la calle, ajenas al tribunal. Entre los aspirantes, hab¨ªa trabajadores eventuales de la instituci¨®n que pretend¨ªan hacerse con una plaza fija. Al final aprobaron siete secretarias de consejeros y la hija del exsecretario general de la instituci¨®n, Jos¨¦ Antonio Pajares. El Tribunal de Cuentas sostiene que tanto el acceso de estas secretarias como el de la hija de Pajares se ajustaron a la legalidad y que el hecho de que aprobasen tantas secretarias obedec¨ªa, entre otras cosas, a que la instituci¨®n, antes de los ex¨¢menes, habilit¨® un curso ex profeso de preparaci¨®n para el personal de la Casa. J. A. consider¨® un trato desigual que el Tribunal diese cursos espec¨ªficos para su personal eventual sin contar con el resto de ciudadanos. Y pidi¨® al Tribunal toda la documentaci¨®n sobre esos cursos. ¡°Fue un curso largo y bien documentado, facilit¨¢ndose a los opositores todo tipo de material relativo a los ex¨¢menes a desarrollar, lleg¨¢ndose por parte de los trabajadores a entregar preguntas propias de los ex¨¢menes a realizar¡±, explica J. A. en uno de sus recursos. El tribunal eludi¨® darle esa documentaci¨®n. Sus recursos cayeron en agua de borrajas.
Seg¨²n han explicado numerosas fuentes de esta instituci¨®n, en el Tribunal existe la tradici¨®n de, cuando hay renovaci¨®n de consejeros, cada nueve a?os, sacar una oposici¨®n para buscar puestos en plantilla a eventuales. ¡°Y rara es la que no ha aprobado en los ¨²ltimos lustros¡±, se?alan estos medios. Las secretarias son cargos de libre designaci¨®n unidos al mandato de cada consejero (en total 12, elegidos por los partidos pol¨ªticos).
Tambi¨¦n se quej¨® J. A. de que el tribunal examinador estuviese mayoritariamente integrado (tres de sus cinco miembros) por personas de esta instituci¨®n que depend¨ªan del entonces secretario general del Tribunal, cuya hija aspiraba a una de esas plazas (y que la logr¨®: obtuvo la tercera mejor nota de los 14 aprobados). Recus¨® a tres miembros del tribunal, pero tampoco le hicieron caso. Le contestaron con un escrito en el que despachaban las irregularidades denunciadas con una o dos frases sumamente t¨¦cnicas.
EL PA?S public¨® el pasado julio que, de los algo m¨¢s de 600 trabajadores que tiene la plantilla de este tribunal, m¨¢s de un centenar son familiares o allegados de medios y altos cargos, o familiares entre s¨ª. S¨®lo sus dos actuales m¨¢ximos mandatarios, el presidente Ram¨®n ?lvarez de Miranda y su n¨²mero 2, suman seis parientes. El n¨²mero dos tiene a una hermana, un hermano, a su esposa y una pariente de su esposa. Por su lado, los dos principales l¨ªderes de la secci¨®n sindical de UGT suman una docena de parientes y allegados. Tras las informaciones de este peri¨®dico, el presidente tuvo que comparecer el pasado julio ante el Congreso para explicar el volumen de parentescos que existen en la instituci¨®n.
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