El l¨ªder de los ¡®Tigres de Arkan¡¯ niega haber matado a un compa?ero
Sus restos aparecieron en el r¨ªo Manzanares con la carne separada de los huesos La Audiencia Nacional juzga a la banda serbia que mat¨® al primer ministro Zoran Djindjic
Los cuatro miembros del cruento grupo paramilitar serbio Tigres de Arkan que desde este lunes se sientan en el banquillo de la Audiencia Nacional han negado tener alguna relaci¨®n con los hechos que se les atribuyen: direcci¨®n y participaci¨®n en organizaci¨®n criminal, encubrimiento, dep¨®sito de armas de guerra y dep¨®sito de armas de fuego y municiones, falsedad documental y, en el caso del l¨ªder del grupo, Luka Bojovic, asesinato. El fiscal le acusa de haber matado en marzo de 2009 en Madrid a otro miembro de la banda, haberse comido parte de los restos y arrojado los huesos al r¨ªo Manzanares.
En la vista, que est¨¢ prevista en cuatro sesiones hasta el jueves, se juzga a Vladimir Milisavljevic, Vladimir Mijanovic y Sinisa Petric. El fiscal pide para Bojovic 41 a?os de c¨¢rcel; 21 para Milisavljevic; 17 para Petric; y cinco para Mijanovic. A los cuatro se les considera miembros del grupo paramilitar los Tigres de Arkan, conocido por su crueldad durante la guerra de los Balcanes y que con posterioridad se convirti¨® en la mafia serbia Clan Zemun.
Solo Milisavljevic que ya fue condenado en ausencia por un tribunal serbio a 35 a?os de c¨¢rcel en 2007 por el asesinato, en marzo de 2003, del primer ministro serbio Zoran Djindjic, ha admitido haber pertenecido al grupo criminal. ¡ªapodado "Budala" (El Tonto)¡ª y sobre el que pesa adem¨¢s una pena de 40 a?os por otros cr¨ªmenes del Clan Zemun, ha rechazado, sin embargo, haber participado en el crimen que se juzga en la Audiencia Nacional. ?l compart¨ªa casa en Madrid con la v¨ªctima, Milan Jurisic, pero asegura que, a la vuelta de un viaje, se encontr¨® con que su compa?ero hab¨ªa desaparecido sin dejar rastro. El fiscal, sin embargo, le acusa de ayudar a Luka Bojovic a descuartizar el cad¨¢ver.
Bojovic, considerado l¨ªder del grupo, ide¨®logo del asesinato del primer ministro y autor material de los golpes que acabaron con la vida de su compa?ero, ha negado cualquier relaci¨®n con los hechos. Como el resto de los acusados se ha negado a contestar a las preguntas del fiscal, pero s¨ª ha respondido a las de su abogada para asegurar que no conoc¨ªa a la v¨ªctima, no ten¨ªa ning¨²n motivo para matarle, ni ¡°poder¡± para ordenar que alguien lo hiciera. Asegura que en la casa en la que se hallaron las armas ¨¦l solo estaba ¡°como invitado¡± y no sabe a qui¨¦n pertenec¨ªa el dinero y el arsenal que all¨ª se encontraron. Tampoco ha tenido jam¨¢s, asegura Bojovic, ninguna vinculaci¨®n con el grupo Tigres de Arkan, ni con su brazo mafioso, el Clan Zemun.
Bojovic est¨¢ en prisi¨®n provisional por orden del Juzgado Central de Instrucci¨®n 4 de la Audiencia Nacional desde su detenci¨®n en Valencia el 10 de febrero de 2012
Bojovic est¨¢ en prisi¨®n provisional por orden del Juzgado Central de Instrucci¨®n 4 de la Audiencia Nacional desde su detenci¨®n en Valencia el 10 de febrero de 2012 junto a Petric y Milisavljevic, mientras que Mijanovic est¨¢ en libertad desde septiembre de 2012.
En los registros practicados tras la detenci¨®n en una de las dos casas de Valencia que la polic¨ªa atribuye a la banda los agentes encontraron m¨¢s de medio mill¨®n de euros (660.000 d¨®lares) y un arsenal de armas que inclu¨ªa tres subfusiles de asalto, nueve pistolas semiautom¨¢ticas, un llavero pistola, una escopeta, silenciadores, cargadores y numerosa munici¨®n. All¨ª tambi¨¦n se hall¨® una nota escrita en serbio en la que uno de los miembros del grupo relataba c¨®mo hab¨ªan matado a martillazos, descuartizado y comido a uno de sus integrantes, Milan Jurisic, en un piso franco de Madrid tras una disputa con Bojovic.
En sus declaraciones ante la polic¨ªa, los presuntos asesinos confesaron que separaron la carne de los huesos de la v¨ªctima tras matarle en un piso de Madrid a base de martillazos, tras lo cual se comieron parte de la carne y se deshicieron de los restos que no quisieron tir¨¢ndolos por el inodoro. Intentaron luego moler los huesos con una m¨¢quina trituradora, que finalmente se atasc¨®, y, ante la imposibilidad de triturar todos los restos, decidieron arrojarlos al r¨ªo Manzanares.
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