¡°El maltrato es una enfermedad social injustificable¡±
Desde hace nueve a?os es fiscal general contra la violencia de la mujer
?D¨®nde ve usted hoy maltrato? El m¨¢s f¨¢cil de probar y sancionar es el de pegar. Tambi¨¦n es maltrato el insulto, o despellejar a una persona acos¨¢ndola a pleitos o violentando su intimidad.
?Ser¨ªa tambi¨¦n maltrato mucho de lo que ha padecido Teresa Romero? El sufrido por ella ser¨ªa un maltrato recibido de instituciones y personas. Se estaba jugando la vida por otros, enferm¨® por prestar esa ayuda, y recibe un trato que a mi no me gust¨® nada. Es que ni siquiera me gust¨® la primera foto que sacaron de ella.
?Por qu¨¦? Nadie le pregunt¨® si deb¨ªan sacarla as¨ª, ella tumbada en su sof¨¢, espatarrada... La imagen en las fotos es importante. Es una mujer que sufr¨ªa; hab¨ªa que preservarla de m¨¢s dolor a?adido al que ya estaba sufriendo. A ella y a su familia.
?Qu¨¦ hicimos mal? No hemos sabido preservarla, no hemos sabido cuidarla. Espero que ahora cumplamos con nuestra obligaci¨®n de ayudarla, de no discriminarla porque haya tenido una enfermedad, sino todo lo contrario. Se lo debemos a ella y a los que la han cuidado.
Las mujeres maltratadas no est¨¢n confiando en nosotros. Un proceso es una incomodidad
?Vio expresi¨®n de machismo en juicios vertidos sobre ella? No s¨®lo de machismo. Es m¨¢s f¨¢cil siempre atacar a una mujer por ese concepto machista de que la mujeer es m¨¢s d¨¦bil. ?Alguien culp¨¢ndola de lo que sufr¨ªa! Lo que escuch¨¦ me pareci¨® desprecio. No se puede avasallar nunca a nadie en una situaci¨®n como esa.
?Qu¨¦ le indigna m¨¢s de esa base de maltrato que anida en nosotros? Que haya un sector de la poblaci¨®n que no entienda que el maltrato es una enfermedad social injustificable. Observo un maltrato sutil: un sector peque?o de hombres que quieren domesticar a la mujer. A¨²n creen que nacer var¨®n te da m¨¢s derechos.
?Por qu¨¦ est¨¢ en esta lucha? Porque soy jurista, primero. Porque creo absolutamente en la igualdad. Me ense?aron que val¨ªa lo mismo que mis hermanos, todos hombres. Mi abuelo era inspector del Timbre y contaba lo que un amigo dec¨ªa sobre una boda. ¡°Qu¨¦ figura de mujer, qu¨¦ ojos, qu¨¦ cabello...! ?Y la piel¡±. El otro le pregunt¨®: ¡°Bueno, y adem¨¢s de guapa, ?qu¨¦ es?¡±. Lo escuch¨¦ a los seis a?os. Y mira, esa es una carta de batalla de mi lucha..
?Se ha avanzado algo en estos nueve a?os? Habr¨¢ que verlo con tiempo. Nos queda much¨ªsimo por hacer. Los que pensaran que con una ley lo ¨ªbamos a arreglar no ten¨ªan ni idea. Bienvenida la ley de Igualdad, pero me preocupa que bajen las denuncias y las ¨®rdenes de protecci¨®n...
?C¨®mo lo interpreta? Quiz¨¢ me equivoco: las mujeres maltratadas no est¨¢n confiando en nosotros. Eso me duele. Un proceso es una incomodidad, sea de la jurisdicci¨®n que sea. Si es penal es un calvario. Estas mujeres tienen que contar todo lo que les ha pasado, y eso es muy hondo, hasta llegar a la denuncia. Y si no denuncian no podemos saber la bolsa de maltrato que hay.
?Por qu¨¦ no conf¨ªan? Eso quisiera saber. Es meterlas en un calvario; es muy duro desnudarte de cuerpo y alma ante gente a la que no conoces. Es dur¨ªsimo. Al final lo que buscan es vivir en paz y no con miedo, pero hasta que llegan a eso...
Empezamos hablando de la burla de la intimidad de una mujer enferma... ?C¨®mo le deja el cuerpo ese tipo de agresiones? ?C¨®mo nos deja el cuerpo a todos nosotros! Lo que me preocupa es cuando ella vea todo lo que ha pasado, que la puedan ayudar a fortalecerse no s¨®lo f¨ªsicamente sino a endurecerse para afrontar lo que va a ver, que no le va a gustar nada. No me gusta a mi ni te gusta a ti.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.