Artur Mas, el flautista de Hamel¨ªn
El se?uelo separatista ha logrado en Catalu?a suplantar a los populismos del sur de Europa
?Existe alguna causa contrastable que explique el sufl¨¦ soberanista catal¨¢n? Si esta pregunta se les hace a los pol¨ªticos catalanistas (desde los separatistas hasta el PSC), todos coinciden en que la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Catalu?a fue lo que desat¨® la tormenta, pero la verdad es que la famosa sentencia ¡ªpor otra parte, llena de sentido com¨²n y de razones jur¨ªdicas¡ª no afect¨® en nada a la vida cotidiana de los ciudadanos ni en Catalu?a ni el resto de Espa?a.
Leyendo los bar¨®metros del Centro de Estudios de Opini¨®n de la Generalidad se comprueba que entre junio de 2010 (fecha de la sentencia) y octubre de ese a?o entre quienes quer¨ªan un Estado independiente (un porcentaje creciente desde noviembre de 2005, 12,9%, hasta la actualidad, cercano al 50%) no hay un crecimiento apreciable. Eso s¨ª ocurre a partir de la ¡°movida¡± soberanista (casi 10 puntos entre junio y octubre de 2012). En conclusi¨®n: la fiebre no la produce la sentencia del TC, sino la movilizaci¨®n puesta en marcha por los partidos nacionalistas, bien por s¨ª mismos bien a trav¨¦s de sus ¡°movilizadores¡± (engrasados desde la Generalidad), como la ANC. El nacionalismo catal¨¢n no pis¨® el acelerador independentista porque el ¡°pueblo¡± se lo reclamara, sino que fueron ellos quienes movilizaron (es decir, manipularon) a la sociedad civil en esa direcci¨®n. ?Por qu¨¦?
Porque la crisis acosaba con una capacidad de destrucci¨®n sin predecentes y no era cosa de hacerse cargo de los ¡°recortes¡± que exig¨ªan en Bruselas. Teniendo en cuenta, adem¨¢s, el disparatado endeudamiento previo. Por eso, a partir de la crisis, y no antes, la Generalidad fue preparando su alternativa econ¨®mica: ¡°El pacto fiscal¡±. Pero tras las elecciones generales (noviembre de 2011), los nacionalistas comprobaron que no iba a ser f¨¢cil conseguirlo, pues su presencia en unas Cortes con mayor¨ªa absoluta del PP no les servir¨ªa para presionar.
Puestas as¨ª las cosas, Artur Mas dise?¨® su ¡°hoja de ruta¡± en tres pasos: 1. Demostraci¨®n de fuerza, en la cual ¡°el pueblo catal¨¢n¡± se expresar¨ªa a favor de la independencia. 2. Contando con ese apoyo, el president se presentar¨ªa en Madrid para decirle a Rajoy ¡°o me das el concierto y el cupo vasco o te vas a enterar¡±. Y como fracas¨® en Madrid, dio el tercer paso: disolvi¨® el Parlamento. As¨ª que convoc¨® elecciones para el 25 de noviembre de 2012 bajo un leitmotiv: ¡°El derecho a decidir¡±. El resultado de aquellas elecciones fue sorprendente: CiU obtuvo 50 diputados, perdiendo 12 respecto a las elecciones de 2010. Un desastre que hubiera hecho dimitir a cualquiera¡ menos a Artur Mas.
La fiebre no la produce el Constitucional sino la movilizaci¨®n puesta en marcha por los partidos nacionalistas
Todo aquello ocurr¨ªa en medio del cabreo y la indignaci¨®n generalizados, producto de las pol¨ªticas destructoras impuestas por Europa. En efecto, el diagn¨®stico y la terapia de la se?ora Merkel y sus cipayos: deuda y d¨¦ficit como causa y austeridad y recortes como remedio fueron un error que condujo al alargamiento de la crisis y a la paralizaci¨®n institucional de la UE.
Sin embargo, el se?uelo separatista logr¨® en Catalu?a suplantar a los populismos que nacieron como setas tras la lluvia en el sur de Europa: el FN en Francia, el Movimiento 5 Estrellas en Italia, Amanecer Dorado y Syriza en Grecia y Podemos en Espa?a, pero tambi¨¦n creci¨® el populismo en el norte: Partido de la Libertad, en Austria y en Holanda, o Alternativa por Alemania. Por no citar el partido de los Verdaderos Finlandeses o el de los Dem¨®cratas de Suecia. Todos ellos tienen en com¨²n no tanto la ideolog¨ªa como las propuestas de soluci¨®n: siempre ut¨®picas y tan irrealizables como antidemocr¨¢ticas.
El populismo en Catalu?a, producto en buena parte del deterioro al que se ha sometido a las capas medias, ha tomado ¡ªrepito¡ª la forma de hipernacionalismo que, aparte de un culpable (la ¡°casta¡± en Catalu?a, parad¨®jicamente, no son ¡°los Pujolone¡±, sino la ¡°Espa?a que nos roba¡±), tambi¨¦n ofrece un para¨ªso al alcance de la mano: la independencia... y con ella la tierra prometida donde todas las desgracias se tornar¨¢n en dichas.
En cualquier caso, todos los populismos producen altos costes y, as¨ª, la deriva soberanista en Catalu?a, si hemos de hacer caso a las encuestas, est¨¢ a punto de destruir a los dos partidos que han representado hasta ahora la centralidad pol¨ªtica: CiU y PSC. Uno le ha regalado a ERC la primogenitura en el campo nacionalista, el otro ha naufragado entre ambig¨¹edades e incoherencias, abriendo as¨ª un horizonte en el cual ERC (un partido que goza de una muy a?osa y bien acreditada incompetencia) ser¨ªa el partido m¨¢s votado.
De esta manera, Artur Mas, como el conocido flautista, habr¨ªa llevado a sus huestes al suicidio, poniendo adem¨¢s a Catalu?a al borde del colapso.
Joaqu¨ªn Leguina, exdiputado socialista, es autor de Los diez mitos del nacionalismo catal¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.