Escenario ins¨®lito por el profundo malestar ciudadano
PP, PSOE y Podemos se reparten tres cuartas partes del voto La "cocina" del CIS matiza la voluntad de castigo a las grandes opciones
Nunca antes tres fuerzas pol¨ªticas se hab¨ªan repartido casi de forma similar las tres cuartas partes de la estimaci¨®n de voto. Esa circunstancia es la que hace visible el cambio evidente en el tablero electoral, fundamentalmente como consecuencia de los esc¨¢ndalos y el deterioro de los partidos tradicionales.
El tablero cede porque m¨¢s del 80% de los encuestados por el CIS ve mala o muy mala la situaci¨®n pol¨ªtica, mientras que los espa?oles no perciben la mejora econ¨®mica que proclama el Gobierno. Podemos recoge ese malestar y el consiguiente deterioro de la pol¨ªtica tradicional.
El bar¨®metro del CIS y la encuesta del domingo de Metroscopia para EL PA?S coinciden y dejan claro que PP, PSOE y Podemos se pueden repartir cada uno el 25% aproximado de los votos y, a partir de ah¨ª, hay matices por la metodolog¨ªa, la ponderaci¨®n de recuerdo de voto o de simpat¨ªa, el margen de error o la coyuntura que puede hacer que uno de ellos suba al 27% y que otro quede en el 22%.
Lo importante, por tanto, no es si Podemos gana, sino si tiene opciones de ganar. Lo espectacular es si puede competir con PP y PSOE y eso es un cambio impensable hace un a?o, porque nunca hab¨ªa pasado nada parecido. En las encuestas es m¨¢s cierto y veraz el "trazo grueso" o la tendencia que el porcentaje exacto.
Otro 25% queda para otras opciones como IU, UPyD, nacionalistas o grupos minoritarios, seg¨²n todas las encuestas.
En todo caso, el bipartidismo se confirma como hundido porque hasta ahora el PP y el PSOE sumaban como m¨ªnimo el 70% de los votos en todas las elecciones o en la estimaci¨®n en las encuestas. Ahora, a duras penas llegan los dos al 50%, aunque el PSOE suba respecto al mes de julio. La conclusi¨®n global es que cualquiera de los tres partidos est¨¢ en condiciones de ganar, o lo que es lo mismo, Podemos, solo ocho meses despu¨¦s de su nacimiento tienen posibilidades de ser la primera fuerza pol¨ªtica. Para ello tiene que mantener la tensi¨®n hasta las elecciones y el PP y PSOE tienen que continuar en su tendencia a la baja, sin reaccionar al deterioro. O la segunda que ya ser¨ªa un salto sustancial, o la tercera con un porcentaje que nunca ha alcanzado el tercer partido en unas generales.
Hay una variable fundamental y es que el trabajo de campo del CIS se hizo entre el 1 y el 13 de octubre, es decir, cuando ya hab¨ªa estallado el esc¨¢ndalo de las tarjetas negras de Caja Madrid, pero antes de la operaci¨®n P¨²nica y la explosi¨®n de otros casos de corrupci¨®n. Por el contrario, el sondeo de Metroscopia es posterior y s¨ª med¨ªa esas variables que afectan al voto de Podemos y que hunde a PP y PSOE.
Esa variable temporal es muy importante, porque seg¨²n la breve serie hist¨®rica de encuestas con Podemos las circunstancias pol¨ªticas son fundamentales para su ascenso, especialmente la percepci¨®n ciudadana sobre los esc¨¢ndalos. Podemos empez¨® en las europeas con el 7,97% de los votos y ahora seg¨²n el CIS est¨¢ en el 22,5% en estimaci¨®n de voto seg¨²n el CIS y el 27,7% seg¨²n Metroscopia. La distancia con PP y PSOE se invierte si se tienen en cuenta el voto directo, es decir, la respuesta espont¨¢nea sin cocina.
Normalmente, la intenci¨®n directa es menos significativa, pero en este caso s¨ª lo es porque no hay posibilidad de ponderar variables como el recuerdo de voto que no existe en el caso de Podemos. El PP tiene un voto directo de solo el 11,7% que se convierte en una estimaci¨®n del 27,5%, porque el CIS pondera de forma muy significativa y quiz¨¢s elevada o desproporcionada su recuerdo de voto. La cocina que debe tener toda encuesta es arriesgada en este caso.
En este momento, seg¨²n detect¨® Metroscopia, un porcentaje cercano al 20% de votantes del PP est¨¢ molesto, desmovilizado y apuntado a la abstenci¨®n y eso hunde el voto directo al partido de Mariano Rajoy. Sin embargo, el CIS pondera el recuerdo de voto y lo incorpora a la estimaci¨®n para llevarlo al 27,5%.
Porque incluso en voto m¨¢s simpat¨ªa gana Podemos con el 19%, el PSOE es segundo con el 18% y el PP tercero con el 14%. Es decir, de nuevo el orden de los tres cambia seg¨²n las variables, con opciones para que gane cualquiera de ellos.
En esa desmovilizaci¨®n del electorado del PP opera a la inversa que en Podemos el factor del hartazgo por los esc¨¢ndalos. Desde que apareci¨® el partido de Pablo Iglesias hasta ahora se ha manifestado un ascenso notable en los sondeos, especialmente los del CIS, de la preocupaci¨®n ciudadana por la corrupci¨®n. Es el principal problema para el 42% de los espa?oles, en coherencia con el resultado en castigo a los principales partidos.
No hay correspondencia, en cambio, entre el optimismo del Gobierno por la recuperaci¨®n econ¨®mica y la estimaci¨®n de voto al PP. En este sondeo, por ejemplo, el 45,3% ve igual la situaci¨®n econ¨®mica, mientras que el 96,6% ve la situaci¨®n pol¨ªtica igual o peor que hace un a?o.
Es decir, en todas "las tripas" del sondeo subyace el malestar social que da a tres fuerzas pol¨ªticas distintas la posibilidad de ganar las elecciones y fragmenta el mapa pol¨ªtico. IU y UPyD eran antes opciones refugio y ahora parecen quedarse cortas para el electorado molesto.
Otra muestra de ese malestar ciudadano reconducido hacia Podemos es que esta formaci¨®n recoge votos de la abstenci¨®n seg¨²n el CIS, mientras que es el PP el que fundamentalmente nutre el porcentaje de ciudadanos dispuestos a dar la espalda a las urnas.
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