El mordisco de Podemos
El nacionalismo aguanta mejor que PP y PSOE el efecto de la formaci¨®n de Iglesias
La bolsa colmada de la indignaci¨®n pol¨ªtica, la desesperanza social y la zozobra ante el porvenir ha roto aguas en Espa?a y es como si una parte de la sociedad se hubiera alzado al un¨ªsono, conjurada por el verbo podemos. Esa onda movilizadora, un vendaval digital, recorre el pa¨ªs de norte a sur, de este a oeste y de izquierda a derecha, atacando fortalezas argumentales y transformando suelos de frustraci¨®n y miedo en terrenos de rebeld¨ªa, ilusi¨®n, esperanza y rabia. Podemos es un estado de opini¨®n y un estado de necesidad engordado con los jugosos nutrientes de la corrupci¨®n pol¨ªtica y la crisis econ¨®mica que suministra el biotopo nacional. Sus c¨ªrculos asamblearios brotan por generaci¨®n espont¨¢nea en los pueblos y barrios y hasta germinan en rincones yermos hasta ahora de actividad pol¨ªtica asociativa. Solo los nacionalismos catal¨¢n y vasco parecen estar a salvo de su mordida electoral.
¡°Llevaba tiempo sin votar o votando con la nariz tapada y me atrajo el planteamiento de ir a por todas para barrer a la gente que nos ha llevado a esto¡±, explica Rub¨¦n Belandia, 53 a?os, bibliotecario de la Universidad de Leioa (Vizcaya), padre de dos hijos inscritos tambi¨¦n en el nuevo partido. Podemos se presenta, efectivamente, como la gran escoba nacional. ¡°Barrer a los pol¨ªticos de la casta, barrer la corrupci¨®n, la precariedad y el paro, la pobreza infantil¡±, ese es el mensaje que acompa?a a la promesa-juramento de construir una ¡°nueva forma de hacer pol¨ªtica¡±. Con esas se?as por estandarte, el partido de Pablo Iglesias dio un pu?etazo en el tablero pol¨ªtico en las ¨²ltimas elecciones europeas, pero es ahora, que las encuestas le equiparan al PP y PSOE en intenci¨®n de voto, cuando las piezas del ajedrez nacional han saltado por los aires. La gran inc¨®gnita es c¨®mo se recompondr¨¢ el tablero.
?Puede erigirse en alternativa de poder una fuerza sin programa, receptora de malestares diversos y surgida de la noche a la ma?ana al calor de un discurso de pura denuncia? Sus aliados potenciales, los partidos y movimientos situados a la izquierda del PSOE no lo ven f¨¢cil. Todos creen que Podemos ha venido a cambiar las cosas ¡ªlo est¨¢n haciendo con su mera presencia¡ª, pero tambi¨¦n hay quienes dudan de que logre quedarse. ¡°Montar una fuerza pol¨ªtica solvente requiere una construcci¨®n lenta. Corren el riesgo de ser v¨ªctimas de su propio ¨¦xito. Para entrar en las instituciones necesitar¨¢n una organizaci¨®n articulada y cuadros superiores que sepan gestionar. Por algo, partidos como Beppe Grillo en Italia han eludido la responsabilidad de gobernar¡±, apunta Juan L¨®pez Uralde, portavoz de Equo. ¡°Su fulgurante crecimiento puede hacerles creer que tienen superpoderes y que las cosas se arreglan en cuatro d¨ªas¡±, advierte M¨®nica Oltra, l¨ªder de la coalici¨®n valenciana Comprom¨ªs.
?La nueva formaci¨®n contribuir¨¢ a la cohesi¨®n pol¨ªtica y social del pa¨ªs o a su desmembramiento? Podemos cultiva el llamado ¡°derecho a decidir¡±, hasta el punto de que muchos de sus militantes catalanes votaron en la consulta del 9-N, pese a que, puertas adentro, el asunto no result¨® del todo pac¨ªfico. ¡°?Qui¨¦n es el Tribunal Constitucional para impedirle hablar al pueblo catal¨¢n?¡±, reprocha Francisca S¨¢nchez, cofundadora de Podemos en Barcelona y antigua militante del Frente C¨ªvico Somos Mayor¨ªa inspirado por el exsecretario general del Partido Comunista, Julio Anguita.
¡°Entre los 1.200 inscritos en Bilbao hay gente de identidades diferentes y tambi¨¦n independentistas, pero todos estamos de acuerdo en defender el derecho a decidir, derecho a decidirlo todo: el modelo social, el modelo auton¨®mico, el propio cuerpo¡, todo¡±, afirma Lander Mart¨ªnez, 25 a?os, ingeniero inform¨¢tico superior. Est¨¢ contento porque acaba de convertirse en mileurista, despu¨¦s de haber trabajado por 500 euros mensuales. ¡°Podemos asume el derecho de autodeterminaci¨®n pero tambi¨¦n ofrece la posibilidad de sentirte espa?ola sin ser de la caspa¡±, apunta en Barcelona una bi¨®loga decepcionada con las prometidas ayudas a los j¨®venes emprendedores. La casta y la caspa se funden en la misma diana.
Estas son las razones, enunciadas con aire de rap, que le llevan a Nacho Galiano, de A Coru?a, a presentar su candidatura al Consejo Ciudadano del nuevo partido. ¡°Me motiva sanear las instituciones y no permitir a la banca y a la gran empresa el derecho de pernada que ejercen actualmente, pero sobre todo me motiva mi generaci¨®n, en la que uno de cada dos no tiene trabajo ni forma de encontrarlo aqu¨ª (¡) Me motiva generar un espacio pol¨ªtico en el que conf¨ªe (con raz¨®n y de coraz¨®n) la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n, para que podamos limpiar el pa¨ªs y encaminarlo en la direcci¨®n correcta en los pr¨®ximos cinco a?os. Lo vamos a hacer tan bien que nos van a imitar en todo el mundo, as¨ª que, por favor, hag¨¢moslo con mucha seriedad y con la alegr¨ªa que merece. ?Avanzamos porque podemos!¡±. Nacho Galiano es rapero y poeta, pero su actividad laboral es la churrer¨ªa de su familia. Estudia Pol¨ªticas a trav¨¦s de la UNED ¡ª¡°tengo que pagar la matr¨ªcula a plazos¡±¡ª, y en eso sigue la estela de otros inscritos en Podemos fascinados por la esgrima dial¨¦ctica con que el l¨ªder Pablo Iglesias se impone a los tertulianos de turno y a los pol¨ªticos de la casta. ¡°Nos est¨¢ entrando el canguelo porque ya nos vemos gobernando¡±, dice.
Aunque los militantes de Podemos hacen gala, por lo general, de buenas maneras, sentido com¨²n y un ideario fresco cargado de voluntarismo e idealismo admirables, sus cr¨ªticas exudan a veces un desprecio primario, no solo pol¨ªtico sino tambi¨¦n profesional e intelectual hacia los personajes de la pol¨ªtica, el empresariado y los medios de comunicaci¨®n que juzgan responsables o c¨®mplices del actual estado de cosas. En la versi¨®n simp¨¢tica, traen al recuerdo la pancarta ¡°Los pol¨ªticos saben tanto de pol¨ªtica como los p¨¢jaros de ornitolog¨ªa¡±, que luci¨® en Sol durante el 15-M, pero hay tambi¨¦n una actitud maniquea, simplista, que tiende a la descalificaci¨®n y a ignorar las dificultades objetivas y las carencias y lagunas propias. Algunos usan el t¨¦rmino ¡°casta¡± como el caj¨®n de sastre en el que incluir aquello que no responde a sus planteamientos y casi todos participan de la misma digesti¨®n interpretativa de la Transici¨®n que han hecho sus l¨ªderes.
?Es el pragmatismo lo que les ha llevado aceptar sin estr¨¦pito alguno la organizaci¨®n vertical y el liderazgo fuerte, el concepto de partido y la figura del militante que tanto repudiaban hace solo unas semanas? ¡°Es verdad que antes nos sal¨ªan sarpullidos solo con o¨ªr la palabra militante o partido, pero la gente ha votado a Pablo Iglesias y a su modelo, as¨ª que ya no hay m¨¢s que hablar¡±, admiten. El enorme caudal de energ¨ªas liberado y la euforia del momento mantienen a Podemos en un estado de gracia que les permite asimilar sus flagrantes contracciones. Y convencidos del efecto ben¨¦fico del fen¨®meno, nadie en los movimientos sociales y pol¨ªticos aleda?os quiere tampoco hurgar en sus puntos d¨¦biles, pese a que el personalismo de Pablo Iglesias despierta recelos. ¡°Desde las elecciones europeas esto es la locura. No hemos parado de recibir mensajes de gentes que quieren inscribirse, afiliarse, colaborar¡±, confirman en grandes capitales.
Mientras dure el entusiasmo que anima las asambleas, mucho m¨¢s ordenadas ¨²ltimamente, y ese fervor militante que les pone un brillo de fraternidad y orgullo compartido, la falta de dinero y de sedes no ser¨¢n un obst¨¢culo insalvable. Cada c¨ªrculo se las arregla como puede. Buscan los locales de las asociaciones de vecinos, las casas de cultura, los polideportivos y presionan si hay que presionar para que el Ayuntamiento se los ceda o alquile por horas. Casi siempre hay un conocido de un conocido con acceso a un espacio para poder reunirse. En eso, los viejos militantes de la extrema izquierda comunista suelen estar un paso por delante. Y dado lo exiguo del presupuesto de gastos ¡ªtodo el mundo hace todo gratis¡ª, basta una peque?a colecta, los magros donativos de los colaboradores, el recurso del crowdfunding y la venta de camisetas, bolsos o pulseras de Podemos para pagar las fotocopias y los cuatro carteles que ponen. En Vizcaya, la venta en un rastrillo de objetos y ropa de segunda mano les permiti¨® reunir m¨¢s de mil euros, pr¨¢cticamente la mitad del presupuesto de la campa?a que les dio 65.000 votos.
Internet es su gran aliado, su territorio natural, hasta el punto de que dif¨ªcilmente la nueva formaci¨®n habr¨ªa llegado a lo que es sin las redes sociales y las numerosas herramientas digitales que utilizan. Casi toda la actividad de comunicaci¨®n interna y difusi¨®n de contenidos pol¨ªticos se realiza en esos medios, pero por mucho que abunden los adeptos a la democracia digital y al clickactivismo, en algunos c¨ªrculos empiezan a darse cuenta de que necesitan disponer de un punto f¨ªsico y estable de encuentro para, entre otras cosas, poder atender a simpatizantes, muchos de edad madura, que no utilizan la Red.
Aunque las tareas organizativas de los c¨ªrculos recaen, por lo general, en la alianza simbi¨®tica que forman veteranos activistas de mil luchas y j¨®venes en muchos casos debutantes en la escena pol¨ªtica, las gentes inscritas en la nueva formaci¨®n, m¨¢s de 250.000, son un buen reflejo del mapa social de los damnificados por la crisis. ¡°Somos m¨¢s de 1.000 en Barcelona, aunque a las asambleas suelen venir entre 100 y 150 personas. Tenemos de todo: bi¨®logos, paletas de la construcci¨®n, polit¨®logos, trabajadores del transporte¡ de todo¡±, indica Francisca S¨¢nchez, de 32 a?os, ingeniera del Tren de Alta Velocidad (TAV) y ahora en paro.
Como corresponde a la naturaleza de la crisis de la globalizaci¨®n, en la base militante de Podemos convergen segmentos de las clases medias depauperadas y de clases bajas a las que el achicamiento del Estado de bienestar est¨¢ dejando a la intemperie. ¡°Las clases medias proletarizadas tienen m¨¢s recursos intelectuales para quejarse de esa mala suerte, pero est¨¢n en el mismo lugar de desesperaci¨®n que los golpeados de siempre. (¡) El precario con estudios tiene los mismos intereses que la reponedora sin estudios, que el electricista o fontanero (cada vez con una mayor experticia tecnol¨®gica)¡±, ha escrito el dirigente de Podemos Juan Carlos Monedero en su libro Curso urgente de pol¨ªtica para gente decente.
El t¨ªtulo pone el acento oportunamente en la falta de formaci¨®n pol¨ªtica de las generaciones nacidas en la democracia. Muchos de los que crecieron en la ignorancia y en el c¨®modo desd¨¦n por la pol¨ªtica descubren ahora que su trayectoria vital ha quedado truncada por decisiones adoptadas por manos y escenarios ajenos. Creyeron que la formaci¨®n les aseguraba un trabajo estable y la posibilidad de emanciparse y ahora tienen ante s¨ª un panorama de incertidumbre, bajos salarios y emigraci¨®n. Son perdedores inesperados, frustrados repentinos que se sienten timados, estafados, violentados. No son los ¨²nicos que le chillan en estos tiempos a algunos personajes que salen en la televisi¨®n, pero su ira lleva la carga a?adida de la inocencia perdida.
De estar a las puertas de licenciarse en Sociolog¨ªa, Jos¨¦ Rosales, 26 a?os fundador del c¨ªrculo de Podemos en Torreperogil (Ja¨¦n), municipio de unos 8.000 habitantes y 50% de paro, ha pasado a trabajar de olivarero de temporada. ¡°Estaba en cuarto de carrera, en Granada, pero tuve que volver a casa porque mi padre, obrero de la construcci¨®n, se qued¨® en paro y con mi beca de 2.600 euros anuales ya no pod¨ªa seguir viviendo fuera. Mi caso es uno m¨¢s de los 45.000 universitarios que han tenido que dejarlo¡±. Como otros compa?eros de su c¨ªrculo, rescatados mayoritariamente de la abstenci¨®n y con una media de edad de 30 a?os, Jos¨¦ Rosales ve en la igualdad social la primera idea fuerza de la nueva formaci¨®n. ¡°Hay que distribuir los recursos, cambiar el sistema productivo e industrializar la regi¨®n, hacer que el futuro vuelva y que los m¨¢s capaces est¨¦n en los puestos directivos¡±, se?ala.
El suelo de la desesperanza y la depresi¨®n es tambi¨¦n el viejo territorio en el que operan los movimientos sociales y las asociaciones que luchan contra la exclusi¨®n y la pobreza. Es la segunda pata que Podemos necesita articular para tratar de alcanzar el poder. Ya dice Juan Carlos Monedero en su libro que ¡°el surgimiento de los movimientos asociativos alternativos a los partidos es consecuencia y causa de la crisis de los partidos pol¨ªticos¡±. Indignados por la reducci¨®n de las ayudas y el aumento brutal de damnificados, muchos voluntarios sociales han saludado la llegada de Podemos como la oportunidad de romper con un sistema que juzgan injusto y opresivo y de conseguir, de paso, la renovaci¨®n de los partidos de izquierda. La propuesta de renta b¨¢sica universal de la formaci¨®n de Pablo Iglesias es una reivindicaci¨®n hist¨®rica de los movimientos sociales.
¡°Flota en el ambiente la idea de que reviente todo, aunque no sepamos muy bien hacia d¨®nde vamos. Hay que tener en cuenta que nosotros vemos la miseria en primera l¨ªnea y tratamos a personas que sufren¡±, indica Domingo Calder¨®n, presidente de la asociaci¨®n Antaris de Dos Hermanas (Sevilla) que trata a los afectados por la drogodependencia. ¡°Tenemos la impresi¨®n de que los partidos que representaban al pueblo en la Transici¨®n se han convertido en est¨®magos agradecidos. A nivel personal, nos sentimos interpelados por la necesidad de un cambio social¡±, afirma Javier Grau, responsable de Comunicaci¨®n de la Fundaci¨®n terap¨¦utica PATIM de Castell¨®n.
¡°Podemos es la prueba de que mucha gente quiere hacer las cosas de otra manera. El patriarcado capitalista nos hace m¨¢s y m¨¢s vulnerables a los j¨®venes y a las mujeres. Cada vez vivimos peor. Me encanta la palabra antisistema¡±, enfatiza Irantzu Varela, de la cooperativa feminista Faktor¨ªa Lila. ¡°Hay un profundo desencanto y frustraci¨®n porque nuestro voluntariado cree en los valores de la honestidad, la transparencia y la participaci¨®n, pero me parece que Podemos no conoce la realidad de las ONG¡±, afirma Luciano Poyato, presidente de la Plataforma del Voluntariado de Espa?a y del Tercer Sector, que engloba a unas 300 entidades. ¡°Lo que le pedimos es que escuche la gran diversidad que hay en nuestro sector. Habr¨¢ que ver qu¨¦ grado de coherencia, democracia y participaci¨®n es capaz de alcanzar¡±, subraya.
Con coherencia o sin ella, con programa o sin ¨¦l, buena parte de la juventud y de la sociedad espa?ola ha decidido coger la pol¨ªtica con las dos manos y labrar un nuevo camino. Nadie sabe muy bien d¨®nde desembocar¨¢ este viaje inici¨¢tico y si ser¨¢ de corto o largo recorrido, pero tienen prisa. Van a toda m¨¢quina.
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