Y Podemos entr¨® en la pol¨ªtica

Cuando el 15 de mayo de 2011, las calles y plazas se llenaron de indignados, muchos fueron los que les reclamaron que adem¨¢s de protestar, pusieran sobre la mesa propuestas. Pero ese movimiento de indignaci¨®n no lleg¨® a materializarse en una oferta electoral y, a pesar de gozar de amplias simpat¨ªas entre la ciudadan¨ªa, la indignaci¨®n no acab¨® de entrar en las urnas. Unos a?os m¨¢s tarde, Podemos est¨¢ tratando de capitalizar los sentimientos y anhelos que el 15-M represent¨®. De hecho, se observan numerosas coincidencias entre el movimiento de los indignados y la formaci¨®n de Pablo Iglesias. La m¨¢s importante de ellas es su car¨¢cter transversal. Es decir, indistintamente de la edad, la clase social o la ideolog¨ªa, ambos fen¨®menos han gozado de numerosas simpat¨ªas.

Pero una vez Podemos se ha dotado de una estructura, elegido a un l¨ªder y presentado sus propuestas, este movimiento ciudadano ha entrado en la arena pol¨ªtica. Tal y como muestra el an¨¢lisis de Clima Social de diciembre de Metroscopia, algunas de las simpat¨ªas iniciales comienzan a disminuir, especialmente sobre su proyecto pol¨ªtico. As¨ª, una vez han presentado su programa econ¨®mico, la percepci¨®n de realismo de sus propuestas ha bajado m¨¢s de cinco puntos y el grado de confianza en el partido de Pablo Iglesias ha disminuido casi siete puntos.

Este descenso en la credibilidad de Podemos se observa especialmente entre los votantes socialistas, quienes en noviembre m¨¢s del 52% cre¨ªa en las ideas econ¨®micas de Iglesias. En la actualidad, esta cifra ha disminuido al 42%. Tambi¨¦n ha perdido mucha confianza entre los m¨¢s j¨®venes (de 18 a 34 a?os), los parados, las personas con menor nivel educativo, la clase media-alta y los votantes de izquierdas. En cambio, los votantes de Izquierda Unida y de extrema izquierda siguen confiando en las propuestas econ¨®micas de Podemos en porcentajes similares a hace un mes.

En definitiva, una vez Podemos ha bajado al terreno de las propuestas, el nivel de exigencia se ha incrementado. Gran parte de su ¨¦xito se ha fundamentado en su capacidad de hacer un diagn¨®stico que conectaba con el estado de ¨¢nimo de los espa?oles. Pero la pol¨ªtica exige soluciones y una vez las ha puesto sobre la mesa, su grado de confianza ha comenzado a disminuir.

Ignacio Urquizu es profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del seminario de an¨¢lisis pol¨ªtico de Metroscopia.