C¨¢rcel por triturar frigor¨ªficos y contaminar con gas
La justicia dicta la primera sentencia, con penas de hasta cuatro a?os de prisi¨®n, por fraude en el reciclaje el¨¦ctrico
Compraban frigor¨ªficos viejos por centenares y los trituraban sin los debidos controles liberando a la atm¨®sfera gases nocivos. La Audiencia Provincial de Madrid dict¨® en diciembre la primera sentencia en Espa?a por fraude en el reciclaje de electrodom¨¦sticos, un problema que la Fiscal¨ªa de Medio Ambiente y las empresas del sector consideran de gran envergadura. Cuatro empresarios han sido condenados a penas de hasta cuatro a?os c¨¢rcel por haber creado una especie de trama en torno al reciclaje de neveras. El objetivo era hacerse con metales de los aparatos, como el hierro y el cobre, cuyo precio ha vivido un boom en los ¨²ltimos a?os.
Los condenados fragmentaron al menos 2.236 frigor¨ªficos y liberaron el equivalente a 3.378 toneladas de di¨®xido de carbono, lo que entra?¨® ¡°un gran riesgo para el medio ambiente y la salud de las personas¡±, seg¨²n la sentencia. Una parte de los frigor¨ªficos proven¨ªa de los puntos limpios y de la recogida de electrodom¨¦sticos en la v¨ªa p¨²blica del Ayuntamiento de Madrid.
Como otros electrodom¨¦sticos, los frigor¨ªficos contienen elementos t¨®xicos y una vez usados deben ser tratados en plantas especializadas para evitar que contaminen. El costoso proceso lo financian los consumidores con un canon que pagan con la compra de aparatos el¨¦ctricos y electr¨®nicos, cuya factura global asciende a unos 300 millones de euros al a?o.
Los consumidores pagan un canon con la compra de los electrodom¨¦sticos para su posterior reciclaje
Las condenas a los cuatro empresarios, que a¨²n pueden ser recurridas ante el Tribunal Supremo, suponen los primeros frutos de la vasta operaci¨®n lanzada por la fiscal¨ªa coordinadora de Medio Ambiente en 2010 contra el fraude en el reciclaje de residuos peligrosos. El origen fue una denuncia an¨®nima. ¡°A ra¨ªz de ello se procedi¨® a recopilar informaci¨®n sobre la situaci¨®n real del sector. Y descubrimos una situaci¨®n incomprensible en grado sumo¡±, se?ala el fiscal coordinador de Medio Ambiente, Antonio Vercher. ¡°No se recib¨ªa en las plantas de tratamiento autorizadas un m¨ªnimo n¨²mero de los residuos que se producen anualmente y que previamente se hab¨ªa calculado por las instituciones¡±.
Pablo Balaguera, director general de Recytel, una empresa autorizada para el reciclaje de esta clase de residuos con sede en Madrid, coincide con el fiscal. ¡°Casi todas las plantas de tratamiento espa?olas est¨¢n sobredimensionadas. Nacimos con un gran tama?o, en previsi¨®n de lo que indicaban los datos oficiales y de los objetivos fijados por la Uni¨®n Europea, pero nunca hemos alcanzado la carga de trabajo esperada. En nuestras instalaciones, por ejemplo, podr¨ªamos tratar 30.000 toneladas al a?o y solo tratamos 10.000¡±.
Mariano Arana, gerente de Induraees, otra planta de reciclaje autorizada ubicada en Palencia, estima que la elusi¨®n de los cauces legales est¨¢ tan extendida que solo un 20% de los electrodom¨¦sticos acaba en el lugar adecuado. El porcentaje proviene de un estudio que realizaron con la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU), en el que se introdujeron GPS en electrodom¨¦sticos para averiguar su destino.
A la dificultad para solucionar el problema contribuye, seg¨²n fuentes del sector, la escasa facilidad de acceso a los datos. ¡°Falta transparencia. No solo en el tratamiento de aparatos el¨¦ctricos y electr¨®nicos, sino en general en el mundo de los residuos. Hay cierta tendencia al oscurantismo¡±, opina Javier Miranda, coordinador del m¨¢ster en gesti¨®n de residuos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
Tambi¨¦n influye, prosigue Balaguera, la situaci¨®n en que han quedado los chatarreros de toda la vida ante el avance de la legislaci¨®n ambiental. ¡°Al chatarrero tradicional le has quitado el coche, porque ahora tienen que ir a un centro especializado de descontaminaci¨®n. Se han creado centros para el tratamiento de residuos de la construcci¨®n y las demoliciones. Y encima aparecemos nosotros para tratar los aparatos el¨¦ctricos, cuando los electrodom¨¦sticos eran el principal suministro de estas fragmentadoras. Es peligroso, s¨ª. Pero si lo dejan escapar dejan escapar tambi¨¦n un mont¨®n de toneladas de chatarra¡±, afirma.
Los electrodom¨¦sticos usados, como los frigor¨ªficos, tienen un valor si se prescinde del tratamiento regulado y de la correcta extracci¨®n de los gases CFC (clorofluorocarbonados) que guardan en los circuitos y espumas aislantes. ¡°Sin los costes del reciclaje, lo que tienes es un chapajo, como lo llaman los chatarreros, de primera calidad¡±, dice Balaguera. La crisis econ¨®mica y el paralelo auge en el precio de los metales, que llev¨® el precio del cobre hasta los 8.000 d¨®lares por tonelada antes de que la cotizaci¨®n empezara a bajar, tampoco han facilitado la lucha contra el fraude en el sistema.
Mercado de la poluci¨®n
La sentencia de la Audiencia de Madrid condena a dos empresarios a cuatro a?os y un mes de c¨¢rcel como autores de los llamados delitos ecol¨®gicos, que son los recogidos en los art¨ªculos 325 y 326 del C¨®digo Penal. Otros dos empresarios han sido condenados a dos a?os de prisi¨®n.
Para calcular la responsabilidad civil, el tribunal ha traducido a dinero el gas liberado acudiendo al ¡°valor de mercado de los derechos de emisi¨®n de CO2 y otros gases de efecto invernadero¡±. El resultado no es muy alto. Por liberar el equivalente a 3.378 toneladas de gas, los jueces los condenan a pagar 60.722 euros. 17,9 euros por tonelada.
El motivo, explica ?ngel Pardo, experto en Finanzas Internacionales de la Universidad de Valencia, es que la cotizaci¨®n de los derechos de emisi¨®n, cuya referencia se marca en el mercado de futuros ICE (Intercontinental Exchange), es muy baja debido al ¡°exceso de derechos de emisi¨®n¡± asignados a las empresas y a la ca¨ªda de su producci¨®n con la crisis. Hist¨®ricamente, el valor del derecho de emisi¨®n de una tonelada de gas ha oscilado entre 29 y cinco euros, y esta semana cotizaba a siete.
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