El rey Salman, el saud¨ª m¨¢s devoto de Marbella
El monarca tiene palacio propio en la ciudad, inundada de ¡®petrod¨®lares¡¯ en verano desde hace m¨¢s de cuatro d¨¦cadas
Salman Bin Abdelaziz, flamante rey de Arabia Saud¨ª, es el miembro de la familia real m¨¢s fiel a Marbella, donde pasa largas temporadas desde hace a?os. Sus visitas a la Costa del Sol son constantes, aunque mucho m¨¢s discretas que las que anta?o hac¨ªa su hermano Fahd, el monarca saud¨ª fallecido en 2005 que comenz¨® a inundar de petrod¨®lares el litoral malague?o cuando a finales de la d¨¦cada de los 60 del siglo pasado se decant¨® por este punto de la geograf¨ªa espa?ola para su descanso estival.
Al rey Salman le encanta Espa?a, donde se mueve como pez en el agua. Mantiene una fuerte relaci¨®n personal con el rey Juan Carlos. Una fuente del entorno de la familia explica que tiene casa en Madrid y Barcelona, aunque su punto de referencia es Marbella. En esta ciudad cuenta con un palacio propio (Al-Riyad), en el complejo levantado por Fahd en plena Milla de Oro. Este reino saud¨ª en miniatura incluye otras cuatro mansiones, varias viviendas, un helipuerto y una mezquita muy frecuentada los d¨ªas de rezo cuando Salman, de 79 a?os, est¨¢ de visita. El fallecido Abdal¨¢, hermanastro del nuevo monarca, no era un asiduo de Marbella.
Ayud¨¢ndose a caminar con un bast¨®n, igual que ocurre ahora, Salman asisti¨® en el verano de 2011 a la boda de una de sus nietas en Marbella, un evento que reuni¨® a unas 1.500 personas, incluidas centenares de princesas. Es un ejemplo del movimiento de saud¨ªes que se produce en temporada estival en la costa malague?a, donde se les espera con los brazos abiertos por su alta capacidad de gasto. Su presencia ha tenido altibajos a lo largo de los a?os y est¨¢ muy condicionada por el calendario y los d¨ªas del Ramad¨¢n, pero los saud¨ªes y ¨¢rabes de otros puntos del Golfo P¨¦rsico son fieles a Marbella. Este a?o se espera el desembarco para julio y agosto.
El derroche en compras sigue siendo la t¨®nica habitual, pero las nuevas dinast¨ªas son m¨¢s discretas que los s¨¦quitos que arrastraba el rey Fahd. Son amantes de los restaurantes caros, de la ropa de marca y de la lencer¨ªa fina. Los ¨¢rabes adoran las joyas y se les puede ver habitualmente por las boutiques y centros comerciales de Puerto Ban¨²s. ?ltimamente tambi¨¦n han adquirido el h¨¢bito de desplazarse hasta M¨¢laga para hacer sus compras. ?Y cu¨¢nto pueden gastar algunos miembros de su s¨¦quito? Pues hasta 2.000 euros en vino, apunta una fuente consultada. Sin complejos.
El rey Salman estuvo en Marbella el ¨²ltimo verano y tambi¨¦n el anterior, cuando hizo una visita rel¨¢mpago. Suele pasar largas temporadas en la Costa del Sol, aunque sus estancias se han acortado algo en los ¨²ltimos a?os. Hace vida tranquila. No falta a la mezquita para el rezo de los viernes y le gusta moverse por Puerto Ban¨²s, donde suele atracar su enorme yate Shaf of London. Conocida es tambi¨¦n su afici¨®n a pasear por la Plaza de Los Naranjos (en el casco hist¨®rico) para comer churros. Quienes lo han tratado lo definen como una persona abierta y reflexiva. ¡°Conoce muy bien la mentalidad occidental¡±, a?aden las fuentes.
Se mueve en avi¨®n privado y cuando se aloja en Marbella, adem¨¢s de sus guardaespaldas, cuenta con seguridad del Estado. Si tiene que hacer quinielas, la fuente de su entorno consultada estima que el rey Salman continuar¨¢ siendo fiel a Marbella. El complejo saud¨ª est¨¢ ¡°perfectamente acondicionado para dirigir un pa¨ªs¡±, afirma. Salman no dej¨® de desplazarse al litoral malague?o cuando fue nombrado ministro de Defensa, en noviembre de 2011, y viceprimer ministro, en junio de 2012. En Marbella, como es habitual, se le seguir¨¢ esperando como agua de mayo, tanto a ¨¦l como al s¨¦quito saud¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.