¡®Neurastania¡¯ electoral
Seguro que Hitchcock hubiera apreciado a Tania S¨¢nchez como musa de sus ¡®thrillers¡¯
El amor mueve el sol y las estrellas, escribi¨® Dante en La divina comedia. Si a?adimos el odio, el despecho y la ambici¨®n, quiz¨¢ entendamos mejor el espect¨¢culo que nos est¨¢n dando gratis tantos partidos en esta campa?a eterna que empez¨® a las 11 de la noche del 22 de mayo, cuando el lobo de Pablo Iglesias asom¨® la patita hasta la ingle y se acab¨® el mapa electoral tal como lo conoc¨ªamos. Un melodrama de celos, poder e instinto de supervivencia cuyo pen¨²ltimo sobresalto ha sido el portazo de Tania S¨¢nchez a Izquierda Unida. Ella, la m¨¢s bella. La princesa prometida, seg¨²n la etimolog¨ªa de su nombre de pila. La flamante candidata electa a una Comunidad de Madrid siempre en manos de la derecha, ha osado romper el sagrado v¨ªnculo, liberarse de las cadenas de las siglas y divorciarse de sus hermanos pol¨ªticos para unirse en alianza con el, hasta ahora, intruso pretendiente al disputado trono de la izquierda.
Quiz¨¢ lo hace por c¨¢lculos electorales, aparte de los biliares como pedruscos que habr¨¢ generado por la bilis ingerida
?Traici¨®n? ?Posibilismo? ?Suicidio inducido? Puede que nada de eso, o puede que todo al tiempo. Quiz¨¢ act¨²e por estrategia. O por c¨¢lculos electorales, aparte de los biliares como pedruscos que habr¨¢ generado por la bilis ingerida. O para ganar tiempo y no ser imputada por ahora por sus propios asuntos turbios en su Arcadia de Rivas. O, qui¨¦n sabe, quiz¨¢ haya abandonado ese Titanic cinco minutos antes de que la echaran por la borda sin salvavidas. Lo que est¨¢ claro es que, con ese aspecto de Mariana Pineda de la libertad de conciencia frente al absolutismo de su propio aparato, Tania encarar¨¢ el futuro sin temblarle la voz, prietas sus filas e impert¨¦rrito el rictus. Al menos, esa es la imagen que desea ofrecer esta joven vieja pol¨ªtica sin m¨¢s contradicci¨®n externa que la esquizofrenia entre sus vestidos de se?orita de provincias y el pirsin que le horada el labio inferior justo donde las antiguas se pintaban un lunar postizo. Seguro que Hitchcock hubiera apreciado como musa de sus thrillers a esta rubia ceniza con una bola al rojo en el pecho.
Cierto es que esa guerra viene de lejos. Que en esa casa vuelan facas. Que ya dice el dicho que se juntan dos de IU y salen tres facciones. Pero hace falta mucho amor propio, mucha determinaci¨®n y no poca soberbia para plantar a tu partido de toda la vida y dejarlo sin candidata justo en el cr¨ªtico momento de sacar las urnas dici¨¦ndole a la jeta ah¨ª te quedas, lloreras, por estrecho. As¨ª es como Tania S¨¢nchez Melero ha recuperado su solter¨ªa y vuelve al mercado de las relaciones. Al menos, las pol¨ªticas. Porque, s¨ª, atenci¨®n, noticia bomba: Tania S¨¢nchez y Pablo Iglesias son pareja. Al menos, eso ha declarado ¨¦l, no sin leg¨ªtimo orgullo de enamorado, a alg¨²n medio que lo puso en duda. Muchos hemos sido, sin embargo, tan puritanos como para hurtar esa informaci¨®n al pr¨®jimo en un exceso de correcci¨®n pol¨ªtica que habremos de hacernos mirar si queremos contar fielmente lo que pasa ah¨ª fuera. ¡°Machista¡±, le espet¨® Iglesias a alguien que le pregunt¨® por los tejemanejes de S¨¢nchez en Rivas. El mismo Pablo que ahora proclama ¡°tenderle la mano¡± a su ¡°admirada Tania¡± esperando, iluso, que nadie ose bromear al respecto.
Hace falta mucho amor propio y no poca soberbia para plantar a tu partido de toda la vida?
¡°Trastorno funcional afectivo atribuido a debilidad del sistema nervioso¡±, define neurastenia la RAE. Con el PSOE enzarzado en sus propias guerras fratricidas, con Tom¨¢s G¨®mez y Pedro S¨¢nchez defendiendo a mandobles su liderazgo en casa, parece que demasiados pol¨ªticos andan neurast¨¦nicos perdidos. Al final, los m¨¢s templados van a ser Esperanza Aguirre e Ignacio Gonz¨¢lez. Y eso que, al cierre de esta edici¨®n, andaban los dos amarraditos a un gotero de tila en vena al no saber si ser¨¢n o no se?alados por el ¨ªndice mariano. Lo dicho: quien quiera entender a los locos de este frenop¨¢tico tendr¨¢ que hacer un m¨¢ster en concili¨¢bulos. O releer La divina comedia.
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