Adolfo Scilingo, el recluso modelo que no se arrepiente de sus cr¨ªmenes
El juez niega la semilibertad al represor argentino porque no ha pedido perd¨®n a sus v¨ªctimas

Televisi¨®n Espa?ola colabor¨®, sin pretenderlo, en la detenci¨®n de uno de los criminales m¨¢s sanguinarios condenados en Espa?a. Despu¨¦s de que confesara en medios argentinos su participaci¨®n en los fat¨ªdicos vuelos de la muerte ¡ªel lanzamiento al mar desde aviones militares de opositores a la dictadura argentina narcotizados¡ª, Adolfo Scilingo aterriz¨® en el aeropuerto de Barajas el 7 de octubre de 1997 con billete pagado por el ente p¨²blico. Pero, en contra de lo que esperaba, no pudo acudir al plat¨® del Programa de Carlos Herrera, donde se le esperaba como invitado estrella. Scilingo fue conducido a la Audiencia Nacional para someterse a otro interrogatorio, el del juez Baltasar Garz¨®n, que investigaba la brutal represi¨®n de ese r¨¦gimen.
¡ª ?Particip¨® usted en alguno de esos vuelos?, le pregunt¨® el magistrado.
¡ª Este...bueno..., titube¨® Scilingo.
¡ª Responda ¨²nicamente s¨ª o no, replic¨® Garz¨®n.
Con voz queda, como sin querer decirlo, Scilingo volvi¨® a confesar. ¡°S¨ª¡±, dijo. El juez, de manera autom¨¢tica, le comunic¨® su detenci¨®n. Esa noche, como estaba pactado, el exmilitar argentino respondi¨® a las preguntas de Carlos Herrera, pero lo hizo desde la c¨¢rcel de Carabanchel. ¡°Merezco la condena que corresponda¡±, le dijo al periodista. La que le correspondi¨® a?os despu¨¦s fue de 1.084 a?os de c¨¢rcel por 30 asesinatos y 255 secuestros, todos ellos considerados cr¨ªmenes contra la humanidad.
Los delitos
El teniente de fragata Adolfo Scilingo fue condenado por el Supremo el 1 de octubre de 2007 a 1.084 a?os de c¨¢rcel como autor de 30 asesinatos, un delito de detenci¨®n ilegal y como c¨®mplice de 255 secuestros m¨¢s, considerados todos ellos cr¨ªmenes contra la humanidad.
Primer 'vuelo de la muerte'. En junio de 1977, junto a otros oficiales y un m¨¦dico introdujo a 13 represaliados de la ESMA en un avi¨®n Skyban y los arroj¨® en alta mar por la popa del avi¨®n desnudos y narcotizados con pentotal. Tras drogarlos, el m¨¦dico se trasladaba a la cabina para no ver c¨®mo los arrojaban. Scilingo asegur¨® que mientras los lanzaba, ¨¦l mismo estuvo a punto de caer al agua.
Segundo 'vuelo de la muerte'. Agosto de 1977. Scilingo ayud¨® a arrojar al mar a otros 17 prisioneros desde un Lockhead Electra. El m¨¦todo empleado fue el mismo que en el vuelo anterior.
Detenciones ilegales. Scilingo particip¨® como ch¨®fer en el secuestro de una persona a mediados de 1977. El tribunal lo consider¨® c¨®mplice de los otros 255 que pudieron acreditarse en la ESMA.
Han pasado casi 17 a?os y medio desde ese d¨ªa y ese af¨¢n colaborativo y de asunci¨®n del propio delito parece haberse esfumado. Tras m¨¢s de 14 a?os en la c¨¢rcel ¡ªm¨¢s de la mitad de los 25 a?os de efectivo cumplimiento en los que se traducen esos 1.084¡ª, Scilingo ha solicitado su paso al tercer grado, lo que le permitir¨ªa salir cada d¨ªa a trabajar y volver a la celda por la noche ¨²nicamente para dormir. El preso se apoya en los informes de la c¨¢rcel que lo se?alan como un preso modelo. Los funcionarios del centro penitenciario lo consideran un tipo comunicativo, trabajador y, como buen exmilitar, receptivo a las instrucciones que recibe de ellos. En su expediente, adem¨¢s, no consta ninguna sanci¨®n sin cancelar.
Gracias a su buen comportamiento, el represor argentino es considerado un preso de confianza y trabaja cada d¨ªa como ordenanza en uno de los destinos reservados para este tipo de internos, el M¨®dulo de Ingresos y Libertades, desde donde se provee a los reci¨¦n llegados de los enseres necesarios para la vida en prisi¨®n. Los funcionarios que lo tienen a su lado han hecho llegar a Instituciones Penitenciarias excelentes informes de conducta. En ellos explican que Scilingo se comporta durante su jornada laboral ¡ªque empieza a las 8 y termina a las 20.30¡ª ¡°con dedicaci¨®n y responsabilidad¡±. Lo mismo que en las tareas de limpieza que ten¨ªa asignadas anteriormente. Adem¨¢s, asiste con regularidad al culto religioso. Y nada de adicciones: no consume drogas, tampoco tabaco.
Entre los calificativos reservados por los especialistas penitenciarios a las conductas de los internos, la de Scilingo merece el de ¡°activo-positiva¡±. Algo que tambi¨¦n se refleja en las actividades formativas en las que participa. Tanto en el curso de cer¨¢mica y porcelana, como en el de auxiliar de biblioteca, en los de idiomas, sus calificaciones oscilan entre ¡°destacada¡± y ¡°excelente¡±. Al igual que en el taller de auxiliar de comedor o en sus labores como subalterno o encargado de almac¨¦n. ¡°No se detectan conductas an¨®malas en su forma de ser habitual¡±, ¡°mantiene la totalidad del d¨ªa correctamente ocupada y conserva el contacto con sus familiares¡±, afirman las resoluciones del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, que resaltan ¡°su especial preocupaci¨®n por el orden en todos sus aspectos y por no dejar ning¨²n asunto sin acabar¡±.
Scilingo ¡°dedica buena parte de sus esfuerzos a que en alg¨²n momento se llegue a reconocer su honorabilidad¡±
Sin embargo, pese a sus excelentes recomendaciones, el titular de ese juzgado, Jos¨¦ Luis de Castro, ha denegado su semilibertad. Y lo ha hecho porque Scilingo ¡°no asume plenamente el delito por el que cumple condena¡±. El exmilitar argentino considera que su paso por la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA), uno de los centros de detenci¨®n clandestinos m¨¢s macabros de la dictadura argentina por el que pasaron unos 5.000 represaliados, fue ¡°un acto de guerra¡± ejercido dentro de sus labores profesionales como militar durante esa ¨¦poca.
Scilingo, todav¨ªa hoy, ¡°dedica buena parte de sus esfuerzos a que en alg¨²n momento se llegue a reconocer su honorabilidad¡±, seg¨²n el magistrado. El preso intenta escapar de su propia confesi¨®n que condujo a su condena. Ahora, 17 a?os despu¨¦s, se considera inocente. Asegura que su sentencia no recoge las fechas de los dos vuelos de la muerte en los que admiti¨® haber participado ni los nombres de los 30 detenidos que, seg¨²n su condena, ayud¨® a tirar al mar.
Por eso es incapaz de pedir perd¨®n, uno de los indicios de asunci¨®n del delito que le permitir¨ªa demostrar que se arrepiente. Un paso fundamental para dar prueba de su rehabilitaci¨®n. Scilingo mantiene que ese acto de contrici¨®n es inviable porque sin v¨ªctimas no hay delito. El represor argentino asegura que, por esa raz¨®n, jam¨¢s podr¨¢ pedir perd¨®n a sus familiares. Que no sabe qui¨¦nes son. Que no puede arrepentirse de algo que desconoce y que las v¨ªctimas que se le achacan no existen.
El recluso se niega a pedir perd¨®n a sus v¨ªctimas porque asegura que no existen
Este empe?o en demostrar su inocencia ha provocado, adem¨¢s, que sus informes psicol¨®gicos tambi¨¦n sean negativos. Uno de los que le realizaron en Alcal¨¢-Meco considera que el exmilitar argentino sufre una tendencia psicop¨¢tica. El psic¨®logo penitenciario refleja que Scilingo muestra frialdad hacia los hechos por los que fue condenado y subraya su ausencia de empat¨ªa con las v¨ªctimas y el hecho de que no se muestre arrepentido. Adem¨¢s, concluye que el riesgo de que vuelva a reincidir es medio-alto, a pesar de que sea m¨¢s que improbable que se repitan las circunstancias en las que el preso cometi¨® sus cr¨ªmenes.
¡°No quiero que le alivien de ning¨²n modo la condena¡±, explica indignada Rosa Roisinblit (95 a?os), vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, cuya hija, desaparecida junto a su marido en 1978, estuvo detenida en la ESMA ¡ªel destino en el que sirivi¨® Scilingo¡ª mientras estaba embarazada, y su nieto, entregado a una pareja de funcionarios hasta que logr¨® recuperarlo en 2000. ¡°Yo estuve en Madrid en el juicio, y cada vez que declaraba en su contra, ¨¦l bajaba la cabeza como afirmando. Es un delincuente, falt¨® a la verdad. No por nada se condena a alguien a m¨¢s de 1.000 a?os de c¨¢rcel¡±, prosigue Roisinblit.
Rosa Roisinblit, madre de una v¨ªctima de la ESMA: "No quiero que pida perd¨®n, sino saber qu¨¦ fue de mi hija"
Rosa recuerda la angustia de esos d¨ªas. C¨®mo al ver en persona a Scilingo pens¨® que, al fin, alguien le iba a decir que es lo que hab¨ªa ocurrido con su hija, algo que a¨²n hoy desconoce. Tampoco le sorprende la falta de arrepentimiento. ¡°Ninguno de estos asesinos ha pedido perd¨®n. Si Scilingo est¨¢ diciendo que es inocente, ?c¨®mo va a hacerlo?¡±, contin¨²a Roisinblit. ¡°Adem¨¢s, yo no lo necesito, que se lo pida a las personas que tir¨® al agua¡±, a?ade. ¡°Lo que yo quiero saber es saber qu¨¦ pas¨® con mi hija¡±.
La abuela rememora sus primeras apariciones en la televisi¨®n argentina, en la que confes¨®, como hizo despu¨¦s ante el juez Baltasar Garz¨®n, todos sus delitos. ¡°Sali¨® de ese programa y en la calle no hab¨ªa ning¨²n fiscal, ning¨²n juez, ning¨²n polic¨ªa¡±, afirma. ¡°Sali¨® libre de Argentina y eso no me lo puedo perdonar¡±. Hasta que lleg¨® a Madrid para dar otra entrevista, la de Carlos Herrera. Una entrevista que, esta vez s¨ª, tuvo que responder desde prisi¨®n.
investigacion@elpais.es
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