Mariavelismo

Es un lugar com¨²n sostener que Mariano Rajoy carece de liderazgo, ya que seg¨²n sus cr¨ªticos no gobernar¨ªa tanto por acci¨®n como por omisi¨®n, por inhibici¨®n o por indecisi¨®n. Es el llamado marianismo. Ahora bien, como sabemos por Steven Lukes, el no tomar decisiones es tambi¨¦n una forma de ejercer el poder, que incluso puede llegar a ser bastante eficaz, en la medida en que logre alcanzar con ¨¦xito sus objetivos ¨²ltimos. Es el estilo minimalista que caracteriza al liberalismo conservador: laissez faire, laissez passer. Algo que repugna al activismo neoliberal de la revoluci¨®n neocon. Pero que sin embargo le ha permitido al presidente del PP (el Partido de los Propietarios) defender satisfactoriamente los intereses de sus votantes: las clases medias-medias y medias-altas espa?olas, que ya han logrado superar la crisis con su patrimonio recuperado e incluso ampliado.

De modo que, en realidad, en lugar de marianismo deber¨ªamos hablar de mariavelismo, si se me permite esta contracci¨®n del prefijo mariano con el maquiavelismo que define la habilidad pragm¨¢tica para ejercer el poder con ¨¦xito: el fin justifica los medios. Y una muestra de este maquiavelismo marianista la hemos tenido esta Semana Santa, con lo que se vino a llamar la conjura de Viernes Santo. Ante el descalabro del PP en las elecciones andaluzas, se esperaba que su presidente diera la cara, realizase una autocr¨ªtica y fijase responsabilidades. Incluso se hizo creer, quiz¨¢ porque as¨ª se filtr¨®, que sustituir¨ªa a la secretaria general del partido para recuperar mayor eficacia pol¨ªtica en las pr¨®ximas elecciones. Pero en lugar de eso lo que se produjo fue una agria fractura pol¨ªtica entre cospedales, sorayos y arenistas. Por tanto, durante los d¨ªas de pasi¨®n ya nadie hablaba del fracaso andaluz sino de la cruenta lucha por el poder en la cima del partido. Pero finalmente lleg¨® el martes de pascua y no hubo nada. Rajoy se lav¨® las manos como Poncio Pilatos y todo sigui¨® exactamente igual. Con un claro vencedor, evidentemente: divide et impera.

?Quiere decir todo esto que el presidente del Gobierno y del PP ganar¨¢ las pr¨®ximas elecciones? Pues probablemente s¨ª. Algunos creen que Rajoy no tiene relato pero sucede exactamente al rev¨¦s, pues lo que siempre nos cuenta es una historia de ¨¦xito: misi¨®n cumplida. A fuerza de recortes y m¨¢s recortes (el fin justifica los medios), he logrado vencer a la crisis. As¨ª que si incumpl¨ª mi programa fue para cumplir con mi deber. Un relato incre¨ªble para millones de parados y empleados precarios, pero muy veros¨ªmil para la mayor¨ªa de clase media que ha recuperado su nivel de consumo y estilo de vida.

De modo que Rajoy cuenta con un contundente relato, que quiz¨¢ le permita ganar las elecciones. Pero le falta todo lo dem¨¢s, pues no tiene ethos ni pathos. Su mariavelismo es tan minimalista que resulta incapaz de sintonizar con sus electores. Nadie puede pensar que es uno de los nuestros y nadie se conmueve o se impresiona por sus palabras. De ah¨ª que, en el ranking internacional de popularidad de los jefes de Gobierno que registra la revista El Molinillo (¨®rgano de la Asociaci¨®n de Comunicaci¨®n Pol¨ªtica), Rajoy punt¨²a siempre el m¨¢s bajo desde hace tres a?os. Por lo tanto, es posible que gane las elecciones. Pero ser¨¢ por la m¨ªnima y dif¨ªcilmente podr¨¢ gobernar, si no encuentra nadie dispuesto a apoyarle. Y eso ser¨ªa morir de ¨¦xito.