Cajas vac¨ªas en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia
Un sobrecoste de 1.000 millones en su construcci¨®n aboca a un futuro incierto al complejo
Algunos turistas despistados se acercan y ojean a trav¨¦s de los paneles de vidrio L¡¯Agora, la impresionante construcci¨®n de 70 metros de altura dise?ada por el arquitecto e ingeniero valenciano Santiago Calatrava. Cuentan que el primer boceto lo dibuj¨® tras una comida con Francisco Camps, el expresidente de la Generalitat valenciana, que le manifest¨® su deseo de contar con otro edificio, adem¨¢s de los cuatro que ya funcionaban en la Ciudad de las Artes y las Ciencias (CACSA). T¨¦cnica de venta del galardonado Pr¨ªncipe de Asturias de la que he sido testigo con otro proyecto.
El espacio multifuncional, indican los folletos, ocupa una extensi¨®n de 4.811 metros cuadrados, situado entre el Museo de las Ciencias Pr¨ªncipe Felipe y L¡¯Oceanogr¨¤fic. Se inaugur¨®, sin terminar, hace cuatro a?os, ¡ªle falta la cubierta m¨®vil¡ª, con un sobrecoste de m¨¢s de 45 millones de euros. Est¨¢ cerrado. Imitando a los turistas, miro por las cristaleras y veo una sala gigantesca vac¨ªa, cuyo uso apenas ha sido del 6%.
Me dirijo a L¡¯Umbracle. Un oasis ajardinado de 17.000 metros cuadrados en el que encontrar¨¦ m¨¢s de 50 especies florales aut¨®ctonas de la Comunidad Valenciana y plantas tropicales. Y, donde, adem¨¢s, seg¨²n el dossier de prensa, podr¨¦ contemplar una muestra de esculturas contempor¨¢neas de artistas de renombre internacional. No veo el Paseo del Arte. Tampoco el Jard¨ªn de la Astronom¨ªa, donde puedo interactuar con maquetas, paneles e instrumentos relacionados con la ciencia. La mitad del vergel, cuyo coste inicial fue de m¨¢s de 17 millones de euros ¡ªse duplic¨®¡ª, tambi¨¦n est¨¢ cerrado. Ahora es un lugar de copas que explota una empresa privada. La Terraza de L¡¯Umbracle y su club de amigos ya prepara la apertura para final de mes.?
La otra mitad del mirador est¨¢ casi desierto. Las palmeras y el visillo de parras verdes que colgaba de las marquesinas met¨¢licas y matizaba la visi¨®n de las edificaciones circundantes desde el interior, como describe Miguel Arraiz en la gu¨ªa de Arquitectura de Valencia, ya no existe. La meditaci¨®n en ese enclave, objetivo de Calatrava, ha dado paso a otras actividades.
Observo desde mi atalaya sin interferencias ajardinadas la Nueva Valencia, como se bautiz¨® a la Ciudad de las Artes en sus inicios. Tengo frente a m¨ª el colosal Museo de las Ciencias Pr¨ªncipe Felipe, que simula una columna vertebral de hormig¨®n blanco. La pasi¨®n del arquitecto de Benim¨¤met (Valencia) por el cuerpo humano y la escultura, y su admiraci¨®n por Gaud¨ª, tiene aqu¨ª su m¨¢ximo exponente. Pero es un espacio que reclama, como dice Rafael S¨¢nchez Ferlosio, algo que lo llene. Parti¨® de un presupuesto de 62 millones de euros y ascendi¨® a m¨¢s de 154, que supone un sobreprecio del 216%. Entre otros problemas, hubo que realizar la insonorizaci¨®n y el control de la luz. Una vez concluido en edificio, se tuvieron que a?adir en la fachada sur dos grandes escaleras para cumplir con la normativa de protecci¨®n contra incendios. Imprescindible para lograr la licencia de apertura.
No hay datos de entradas del museo. Se registran los visitantes. Cuando pregunto c¨®mo, me indican que mediante los accesos de control mec¨¢nicos. Pregunto que d¨®nde est¨¢n y me indican que en reparaci¨®n. La ¨²nica cifra oficial que consigo en abril de 2015 es la del n¨²mero de visitantes desde que se inaugur¨® el museo en el a?o 2000. M¨¢s de 30 millones.
A pesar del descenso considerable de visitas a la ciudad de Calatrava, de los sobrecostes y de la situaci¨®n por la que atraviesa, Joaqu¨ªn Maudos, catedr¨¢tico de Fundamentos del An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universitat de Val¨¨ncia y director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (IVIE), defiende el beneficio social de la misma. ¡°La ciudad de Valencia es un antes y un despu¨¦s. Es un punto tur¨ªstico obligatorio¡±, destaca este experto que dirigi¨® los estudios de impacto econ¨®mico y an¨¢lisis coste-beneficio ¡ªque siguen sin ser publicados¡ª, desde el a?o 2000 hasta 2011. No se ha hecho ning¨²n otro desde esa fecha. Tampoco se hizo en su d¨ªa el estudio de viabilidad ni se tuvo en cuenta el coste de oportunidad, ¡°un error¡±, reconoce Maudos, ¡°para un proyecto de tal envergadura¡±.
El desarrollo urban¨ªstico generado por la Ciudad de las Artes, que Maudos califica de positivo, es visto por el catedr¨¢tico de Geograf¨ªa Humana Joan Romero como ¡°la ciudad neoliberal que s¨®lo ha tenido en cuenta una hoja de ruta. Tener suelo disponible. Ha sido una jibari-zaci¨®n de la esfera p¨²blica. Han concebido esta parte de la ciudad como una isla al margen de la ciudad real. Y llevamos a?os pagando las consecuencias¡±, exclama. ¡°Me parece un modelo opaco, despilfarrador y de dudosa rentabilidad para los ciudadanos¡±. Romero, que acaba de publicar Historia de las Espa?as, ultima junto a otros colegas europeos un proyecto de investigaci¨®n sobre el modelo de ciudad en el sur de Europa, en el que Valencia y CACSA tienen un papel preponderante.
El estudio de arquitectos Vetges Tu, autores del tramo II del jard¨ªn del Turia y del Programa de Actuaci¨®n Urban¨ªstica (PAU) de la Avenida de Francia ¡ªm¨¢s de 800.000 metros cuadrados de superficie¡ª donde se ubica la Ciudad de las Artes, no es menos cr¨ªtico con el resultado final del proyecto. ¡°En primer lugar porque est¨¢ sin concluir la parte que da al r¨ªo, todav¨ªa llena de escombros mientras se continuaban construyendo edificios sin orden global, en el que cada pieza compite con la de al lado¡±, comenta Tito Llopis. ¡°Nosotros redactamos un PAU respetuoso e integrado con el jard¨ªn del Turia con 3.234 viviendas. El resultado final, con un desarrollo desorbitado, ha sido la consecuencia de decisiones pol¨ªticas¡±, afirma Llopis, que, como cr¨ªtico de arte y comisario de importantes exposiciones, tambi¨¦n denuncia la dificultad expositiva del museo. ¡°No s¨¦ para qu¨¦ est¨¢ pensado. Por eso creo que ha llegado el ocaso de los arquitectos estrella y que va siendo hora de que los presupuestos de las obras p¨²blicas se cumplan¡±.
Un presupuesto que ni de lejos se ejecut¨® en el Palau de les Arts, tambi¨¦n obra de Calatrava, donde el sobrecoste se dispar¨® hasta superar los 337 millones de euros, es decir, el 447%. El perseverante trabajo del diputado de Esquerra Unida del Pa¨ªs Valencia (EUPV) Ignacio Blanco, ha destapado los contratos y las cifras que se han barajado a lo largo de la obra; datos que el Gobierno valenciano del Partido Popular se neg¨® a entregar durante a?os aduciendo confidencialidad. ¡°Lo que tenemos claro es que hemos contribuido a dar la publicidad y la transparencia despu¨¦s de 20 a?os, algo que corresponde al Gobierno¡±, explica. Blanco tambi¨¦n ha hecho p¨²blico el contrato por el que Calatrava y la Uni¨®n Temporal de Empresas (UTE), formada por Dragados y Acciona, que construy¨® el Palau hace menos de 10 a?os, se hace cargo del cambio de los 20.000 metros cuadrados de trencad¨ªs (revestimiento cer¨¢mico) que cubre las dos caras del centro oper¨ªstico, que comenz¨® a caerse a finales de 2013. Todav¨ªa est¨¢ en reparaci¨®n con todos los inconvenientes que conlleva y que se a?aden a otros anteriores ya subsanados como la defectuosa plataforma esc¨¦nica, la falta de visibilidad en la sala principal y las inundaciones que provocaron da?os por valor de 17 millones de euros.
¡°Ha llegado el ocaso de los arquitectos estrella¡±, afirma el cr¨ªtico Tito Llopis
Por si fuera poco, a la breve historia del Palau de les Arts hay que a?adir la espectacular detenci¨®n de la intendente desde su apertura, Helga Schmidt, imputada por presunta malversaci¨®n de caudales p¨²blicos, prevaricaci¨®n y falsedad documental. Que se a?ade a las que afectan a tres ex directores generales de CACSA: dos por el caso N¨®os, Jorge Vela y Jos¨¦ Manuel Aguilar; y uno por Terra M¨ªtica, Miguel Navarro. Adem¨¢s de la exdirectora de gesti¨®n de CACSA, Elisa Maldonado, y del exsecretario auton¨®mico, Luis Lob¨®n, tambi¨¦n por N¨®os. La Ciudad de las Artes y las Ciencias adjudicar¨¢ a final de este mes L¡¯Oceanogr¨¤fic, L¡¯?gora, y parte del museo, a una de las tres empresas privadas que se han presentado al concurso para gestionarla.
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