Banquillo haberlo, haylo
Los destinatarios del doble varapalo que supone la decisi¨®n de los tres magistrados son los siguientes: el juez Carlos Valle, que dict¨® el sobreseimiento y archiv¨® la causa y, l¨®gicamente, Esperanza Aguirre, beneficiaria de la acci¨®n del juez.
Los magistrados Pedro J. Rodr¨ªguez, Francisco J. Serrano y Mar¨ªa Almudena ?lvarez Tejero se?alan que la ¡°inobservancia de mandatos impartidos por los agentes de movilidad y los municipales¡± puede constituir una ¡°infracci¨®n penal por desobediencia¡±.
Bien.
O sea: la ahora candidata del PP a la alcald¨ªa de Madrid no observ¨® las exhortaciones de la autoridad.
Esta infracci¨®n puede ser grave, en cuyo caso se tramita como delito, o leve, cuya v¨ªa es el juicio de faltas. Pero los magistrados no han valorado la entidad o gravedad de la desobediencia para sacar la conclusi¨®n de si se debe seguir instruyendo el caso como delito o como falta.
?Por qu¨¦ no han entrado al fondo, como apuntaba la secci¨®n sexta el pasado 5 de septiembre de 2014 al reabrir por primera vez la causa?
Porque ning¨²n recurso de apelaci¨®n planteaba la necesidad de seguir el procedimiento por desobediencia grave, es decir, delito.
?Ninguno?
Los magistrados solo consideran leg¨ªtimo el recurso de la fiscal de Madrid Marta A. Jainaga que, precisamente, consider¨® desde un primer momento los hechos como desobediencia leve y, por tanto, susceptibles de tramitarse por el juicio de faltas. Esto es lo que el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Manuel Moix, sostuvo en 2014.
?Y qu¨¦ pasa con el recurso del agente de movilidad Rafael Alarc¨®n Morales?
Es como si no existiera. Los jueces no lo tienen en cuenta. La letrada Esther Mac¨ªas planteaba en nombre del agente tramitar la causa como desobediencia grave, es decir, delito.
Pero los magistrados se?alan que la desobediencia carece de un perjudicado concreto susceptible de ejercer la acusaci¨®n particular.
Por tanto, el agente de movilidad es, de hecho, expulsado del procedimiento, tal como hab¨ªan solicitado sin ¨¦xito al juez Valle la fiscal y el abogado de Esperanza Aguirre y que han reiterado ante la Audiencia en su apelaci¨®n.
Al existir, por tanto, un solo recurso y al solicitar ¨¦ste la reapertura de la causa a trav¨¦s del juicio de faltas, los magistrados ni siquiera han entrado a la valoraci¨®n de los hechos seg¨²n su gravedad.
Aunque el auto del juez Valle recurrido no mencionaba el tema de la personaci¨®n del agente de movilidad como acusaci¨®n particular, es lo cierto que ya en el auto del 5 de septiembre de 2014, el juez Juli¨¢n Abad Crespo de la Audiencia advert¨ªa que en el delito de desobediencia el bien jur¨ªdico a proteger no es personal.
Hubiera sido dif¨ªcil para los tres magistrados de la Audiencia, despu¨¦s de dicho auto, mirar para otro lado y dejar sin respuesta el tema de la acusaci¨®n particular.
Otro gallo cantar¨ªa si el agente se hubiera personado para ejercer la acusaci¨®n popular.
M¨¢s all¨¢ de esta peripecia procesal, la argumentaci¨®n de Esperanza Aguirre durante la instrucci¨®n ha sido derrotada de manera flagrante al considerar los magistrados, seg¨²n se ha apuntado, que aqu¨ª ha habido una ¡°inobservancia de mandatos impartidos por los agentes de movilidad y municipales¡±.
En rom¨¢n paladino: la ahora candidata a alcaldesa de Madrid del Partido Popular no ha hecho caso de varias advertencias de los agentes.
El juez Valle hab¨ªa retorcido el auto del 5 de septiembre que reabri¨® por primera vez el caso para llevar la investigaci¨®n por desobediencia grave. Y lo hizo a tal punto que fund¨® su resoluci¨®n de archivo en el argumento de que la Audiencia hab¨ªa descartado la existencia de desobediencia leve o falta. Cosa que la Audiencia jam¨¢s hab¨ªa dicho. Por eso la fiscal recurri¨®.
La decisi¨®n de la Audiencia, pues, es que Esperanza Aguirre se siente en el banquillo de un juicio r¨¢pido por faltas.
?Banquillo?
S¨ª. Hay acusados, denunciante, en este caso la fiscal de Madrid, y testigos. Por cierto, una camarera que declar¨® en el atestado no ha comparecido ante el juez. Nadie hizo un verdadero esfuerzo para que esa declaraci¨®n tuviera lugar. El acusado, a su vez, debe presentarse, por supuesto. Aunque si se ausenta no le vayan a buscar con la fuerza p¨²blica. O pueda estar presente por procurador. Todo ello no supone inexistencia de banquillo.
Precisamente, el juez Valle archiv¨® la causa para evitar el banquillo a Esperanza Aguirre.
Lo dice en su resoluci¨®n del 19 de febrero:
"En el caso que nos ocupa, como en cualquier otro, si no existe ese afianzamiento fundado y razonable de comisi¨®n delictiva, no puede sino recaer el sobreseimiento. La presencia de esa certidumbre o alta probabilidad es la garant¨ªa legal de que, en quien no concurra no ser¨¢ llevado a juicio o, por decirlo en t¨¦rminos coloquiales, no sufrir¨¢ pena de banquillo".
El juez explica: "Aplicando la anterior doctrina al caso que nos ocupa y en funci¨®n del resultado de la investigaci¨®n...se aprecia una frontal oposici¨®n de las versiones de los denunciantes y denunciada, y un resultado igualmente contradictorio de los medios de prueba practicada durante la instrucci¨®n. As¨ª pues, la soluci¨®n no puede ser otra que el sobreseimiento de los presentes autos pues la denuncia inicial ha sido rebatida por la denunciada, existiendo incluso m¨¢s apoyos a su versi¨®n que a la de los agentes de movilidad denunciantes, y dudas serias de la credibilidad de estos..."
Y va de suyo que ahora, cuando se celebre el juicio de faltas, una personalidad pol¨ªtica, como es el caso de Esperanza Aguirre, no puede darse el lujo de ausentarse en el banquillo por desobediencia leve, es decir, dejar plantada a la justicia; ser¨ªa unir a la desobediencia a los agentes una desobediencia bis, por as¨ª decir, a los jueces.
Nos queda un ¨²ltimo punto, pero no por ello menos relevante. Ahora sabemos que la retirada de la acusaci¨®n pop¨´lar representada por la asociaci¨®n Transparencia y Justicia, que dirige en la sombra el comisario Pepe Villarejo, ten¨ªa un objetivo inconfesable: dejar el procedimiento sin el impulsor de la desobediencia grave o delito (doctrina Atutxa)
Villarejo consigui¨® reabrir la causa con el argumento de la desobediencia grave y luego, por razones igualmente incofensables, se esfum¨®. Alguna vez alguien deber¨ªa investigar en nuestras instituciones c¨®mo y por qu¨¦ ocurren estas cosas.
Por algo ser¨¢.
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.