PP y PSOE aspiran a reeditar sus empates cl¨¢sicos en municipales
El gur¨² Pedro Arriola sigui¨® la campa?a de David Cameron en Londres para ver c¨®mo se afrontan unas elecciones en plena crisis
Durante casi una d¨¦cada, entre 1999 y 2007, PP y PSOE ten¨ªan por costumbre empatar casi con el mismo resultado de voto global en las elecciones municipales en toda Espa?a. Ganaban unos u otros pero el perdedor apenas se distanciaba como m¨¢ximo siete d¨¦cimas. Esa tendencia de empate t¨¦cnico del bipartidismo se rompi¨® con estr¨¦pito en 2011, hace cuatro a?os, con el primer gran ¨¦xito del PP de Mariano Rajoy y el hundimiento del PSOE. Hubo un vuelco de casi 10 puntos. Ahora, ante este 24-M considerado primera vuelta de muchas cosas y con el PP y el PSOE enfrascados en sus respectivas crisis, el bipartidismo aspira a rescatar sus empates cl¨¢sicos, caer algo pero no hundirse, y ser corregidos por los partidos emergentes en vez de por las fuerzas nacionalistas.
La fortaleza del bipartidismo, no obstante, tiene matices relevantes, toda vez que el n¨²mero de indecisos ronda el 40% y Ciudadanos y Podemos, con sus distintas denominaciones, no se presentan en toda Espa?a, a diferencia de socialistas y populares que cubren m¨¢s del 90% de los Ayuntamientos espa?oles.
El PP no quiere reconocer en p¨²blico que tambi¨¦n se toma estas elecciones del 24-M como una prueba en muchos aspectos para las generales de finales de a?o. Pero el computo global de los votos municipales en los 8.119 Ayuntamientos en disputa dibujar¨¢ un panorama bastante aproximado de c¨®mo est¨¢ el clima pol¨ªtico del pa¨ªs, con todas las correcciones locales que se har¨¢n. Ha sucedido m¨¢s veces.
Y la situaci¨®n, seg¨²n estrategas populares y socialistas, puede volver al escenario de empate t¨¦cnico y de mantenimiento de sus suelos respectivos de votantes hist¨®ricos, con algunos matices. Por ejemplo, con menos porcentaje de votos para las dos formaciones cl¨¢sicas y con la presencia correctora en este caso de Podemos y Ciudadanos en vez de los partidos regionalistas o nacionalistas.
En 1999, el PP gan¨® aquellos comicios con un 34,4% de las papeletas y le sac¨® dos d¨¦cimas al PSOE. En 2003, fue el PSOE el que venci¨® con el 34,8% de los votos y cinco d¨¦cimas de ventaja. En 2007, el PP recuper¨® la victoria con el 34,9% y siete d¨¦cimas por encima del PSOE. En 2011, en el denominado escenario negro del PSOE, el PP de Rajoy rompi¨® el techo hist¨®rico de poder local alcanzado en 1995 por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Aquellos comicios tambi¨¦n fueron la puntilla del final de una ¨¦poca, la socialista de Felipe Gonz¨¢lez. El PSOE ven¨ªa de tocar su techo en 1991, con un 38% de los sufragios, y perdi¨® de golpe ocho puntos y el PP salt¨® en esos cuatro a?os 10 puntos.
En la noche electoral del 24 de mayo, habr¨¢ un n¨²mero, un porcentaje derivado del resultado de las elecciones municipales que dar¨¢ la victoria a uno de los dos partidos tradicionales. Los expertos del PP reconocen el avance del PSOE e incluso aventuran que no habr¨¢ mucha diferencia entre ambos.
No se atreven a tanto los socialistas, que s¨ª observan datos de su recuperaci¨®n pero prefieren no lanzar las campanas al vuelo, viniendo de donde vienen: Una p¨¦rdida en las elecciones municipales anteriores de casi todo su poder municipal con una ventaja a favor del PP de dos millones de votos Los populares gobiernan ahora en 3.771 consistorios (45%) frente a los 2.300 de los socialistas.
Los estrategas del PP se han hecho ya un dibujo de c¨®mo quedar¨¢ el mapa electoral tras el 24-M. Asumen que seguir¨¢n como primera fuerza y que perder¨¢n poder, porque el r¨¦cord estaba muy alto, pero tambi¨¦n que esa ca¨ªda ser¨¢ m¨¢s ligera de la pronosticada por las encuestas y muy pareja a la socialista.
S¨ª es evidente el descenso rotundo de UPyD cuyos antiguos votantes ven en Ciudadanos una oferta m¨¢s atractiva; aunque estos se presentan en 970 municipios, y en algunas comunidades aut¨®nomas como Galicia no han conseguido a¨²n un despliegue apreciable. El descenso de Bildu tambi¨¦n lo detectan las encuestas y siempre en beneficio de las candidaturas de unidad popular que se est¨¢n formando bien con Podemos como n¨²cleo central o por otros; principalmente Izquierda Unida.
El margen de error es amplio ante la volatilidad del voto que describen los investigadores sobre las encuestas, como se ha comprobado este viernes en el Reino Unido y como ahora airear¨¢n los dirigentes del Gobierno m¨¢s pr¨®ximos a Rajoy. El presidente no querido a¨²n decirlo en p¨²blico pero ha dejado ese papel a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, y a otros dirigentes territoriales, que s¨ª han cuestionado los trabajos demosc¨®picos que les vaticinan malos datos y hasta el tama?o del muestreo efectuado por el oficial Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas. "Las encuestas no son las urnas", repiten en el entorno de Rajoy.
El gur¨² electoral de David Cameron, Lynton Crosby, recomend¨® al l¨ªder brit¨¢nico y a los dem¨¢s candidatos conservadores una serie de pautas que se grabaron en fuego durante toda la reciente campa?a. El Rasput¨ªn de Cameron recomend¨® dejar de mirar con lupa los sondeos, evitar la presi¨®n medi¨¢tica de Loncres, no hablar nunca de corrupci¨®n e insistir a diario en los mensajes sobre la crisis econ¨®mica, la recuperaci¨®n del pa¨ªs y la creaci¨®n de empleo. Por supuesto recordar que el PIB en Gran Breta?a creci¨® el a?o pasado un 2,8%. El asesor lleg¨® a concluir al final, cuando las encuestas pronosticaban lo peor, que su l¨ªder deb¨ªa alertar al electorado de que o volv¨ªan a ganar los tories o retornar¨ªan "el caos" y los riesgos con las recetas de los laboristas del pasado.
Pedro Arriola, el gur¨² demosc¨®pico del Gobierno y el Rasput¨ªn de Rajoy, tom¨® nota de todos esos mensajes. Arriola viaj¨® estas semanas pasadas a Londres a seguir sobre el terreno c¨®mo un presidente del Gobierno de Europa afronta unas elecciones en plena crisis. Por supuesto, Rajoy no menciona nunca los asuntos de corrupci¨®n, ni aunque est¨¦ en Valencia y haya saltado el d¨ªa antes el caso de las grabaciones de Alfonso Rus, y reitera sin cesar la buena nueva de que "la econom¨ªa espa?ola empieza a decir adi¨®s a las crisis y ha abierto de par en par las ventanas de la recuperaci¨®n". El Gobierno acaba de enviar a Bruselas una previsi¨®n de crecimiento del 2,9% que la Comisi¨®n ha rebajado al 2,8%.
En el comit¨¦ de campa?a del PP siguen el consejo de Arriola y olvidan que la corrupci¨®n existe. "Es lo que nos hace m¨¢s da?o y a¨²n m¨¢s la sensaci¨®n de reiteraci¨®n, de que los casos no terminan nunca", admite uno de los miembros del comit¨¦. No habr¨¢ cambio de estrategia y Rajoy seguir¨¢ as¨ª excepto que se descubra un nuevo gran esc¨¢ndalo, hip¨®tesis que tampoco se puede descartar. En el PSOE prima todav¨ªa m¨¢s la cautela y la prudencia ante el alto porcentaje a¨²n de indecisos.
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