La Mancha esconde las tierras raras que agitan el mundo
Una empresa proyecta en Ciudad Real una mina de materias clave para la alta tecnolog¨ªa Su producci¨®n, concentrada en China, ha causado fuertes tensiones internacionales
Las calles de Torre de Juan Abad, en el coraz¨®n de La Mancha, est¨¢n desiertas a eso de las cuatro de la tarde. Solo en el bar del Hogar del Jubilado, en el centro de este municipio de Ciudad Real de 1.100 habitantes, hay un poco de actividad; los parroquianos van llegando para tomar el caf¨¦. Si a alguno se le pregunta sobre unos minerales llamados tierras raras, pone cara de extra?eza y se encoge de hombros. As¨ª que tampoco saben qu¨¦ tiene que ver su pueblo, que vive a duras penas de la agricultura, con la fabricaci¨®n de los famosos iPhone, con la geopol¨ªtica mundial y las peleas comerciales de China con la Uni¨®n Europea, Estados Unidos y Jap¨®n.
Pero tiene mucho que ver, porque la empresa espa?ola Quantum Miner¨ªa est¨¢ proyectando abrir muy cerca una mina de tierras raras, nombre bajo el que se agrupan 17 elementos qu¨ªmicos met¨¢licos usados en la fabricaci¨®n de alta tecnolog¨ªa: ordenadores, televisiones, turbinas de generadores e¨®licos, bater¨ªas de coches h¨ªbridos¡ Los imanes que hacen vibrar los altavoces que producen el sonido de un iPhone, por ejemplo, se hacen con algunos de ellos. Y la mayor parte de las 110.000 toneladas que se producen al a?o en el mundo (86%, en 2014) procede de China, lo que otorga al gigante asi¨¢tico una posici¨®n de enorme ventaja comercial, casi de monopolio, en torno a esta materia prima clave.
En Europa no hay ninguna mina abierta de tierras raras, pero s¨ª hay algunos proyectos. El de Ciudad Real es modesto por tama?o (unas 20.000 toneladas de ¨®xidos m¨¢s otras 10.000 probables), pero destaca entre los dem¨¢s por su alto contenido en neodimio, praseodimio y europio, que son tres de los m¨¢s codiciados elementos.
Arma geopol¨ªtica
Durante a?os, las potencias occidentales vivieron razonablemente tranquilas del mineral chino, hasta que en 2010 el Gobierno de Pek¨ªn comenz¨® a utilizarlo como arma geopol¨ªtica. Impuso fuertes restricciones a su exportaci¨®n con el argumento de proteger el medio ambiente; el lamentable estado de los alrededores de la ciudad de Baotou, al norte del pa¨ªs, es un buen ejemplo. All¨ª, donde adem¨¢s de extraer el mineral se procesa (esta es la parte m¨¢s contaminante), se han tenido que reubicar poblaciones enteras por la contaminaci¨®n del aire, la tierra y el agua.
China consigui¨® reforzar la posici¨®n de sus industrias tecnol¨®gicas e, incluso, que empresas japonesas se mudasen all¨ª para asegurarse el suministro. Y lleg¨® a usarlo como moneda de cambio diplom¨¢tico: amenaz¨® con cortar la venta de tierras raras a Jap¨®n si las autoridades niponas no devolv¨ªan al capit¨¢n de un barco pesquero capturado muy cerca de Senkaku, una isla deshabitada cuya soberan¨ªa reclaman ambos pa¨ªses.
El conflicto acab¨® el pasado enero con el anuncio del fin de las cuotas despu¨¦s de que la Organizaci¨®n Mundial del Comercio diera la raz¨®n a Jap¨®n, Estados Unidos y la Uni¨®n Europea, que las hab¨ªan denunciado. Pero para entonces estos pa¨ªses ten¨ªan ya el miedo bien metido en el cuerpo. EE UU, preocupado tambi¨¦n por su industria armament¨ªstica (con el mineral se hacen misiles), hab¨ªa invertido en investigar en diversificaci¨®n de fuentes alternativas a las tierras raras y hab¨ªa reabierto una gran explotaci¨®n en California. Hay tambi¨¦n nuevas minas en Australia y Vietnam. La UE, por su parte, ha colocado este producto a la cabeza de su estrategia para asegurar el acceso a materias primas cr¨ªticas (con una alta importancia econ¨®mica y, a la vez, alto riesgo de falta de suministro) y quiere fijar un plan para explotar dep¨®sitos de mineral en Europa, para lo cual financia el proyecto EURARE.
¡°Hay recursos potenciales de tierras raras por toda Europa. Aunque los m¨¢s conocidos est¨¢n en Groenlandia y Escandinavia, hay muchas otras zonas que est¨¢n siendo exploradas, incluida Espa?a¡±, dice la ge¨®loga brit¨¢nica Kathryn Goodenough, miembro de EURARE. La mayor¨ªa de expertos cita como el proyecto europeo m¨¢s prometedor el de Norra Karr, en Suecia. Aunque por tama?o y por el tipo de tierras que contiene es muy distinto al de Ciudad Real, son los dos m¨¢s avanzados.
La empresa espa?ola Quantum Miner¨ªa est¨¢ en plena preparaci¨®n de la solicitud del permiso de explotaci¨®n, seg¨²n fuentes conocedoras del proceso. Aunque el espacio donde se centrar¨¢ ser¨¢ mucho m¨¢s peque?o, la etapa de investigaci¨®n ha rastreado miles de hect¨¢reas entre los t¨¦rminos municipales de Torrenueva (2.900 habitantes) y Torre de Juan Abad.
La zona, en mitad del Campo de Montiel, se compone principalmente de cultivos, sobre todo olivos. Tambi¨¦n se puede encontrar alg¨²n coto privado de caza entre tierras de labor y dehesas, o una queser¨ªa que realiza todo el proceso, desde el orde?o de las ovejas.
En Torre de Juan Abad, que tuvo a Francisco de Quevedo como se?or de la Villa y cuenta con una fundaci¨®n en su honor, la mayor¨ªa de vecinos no tiene noticia de ning¨²n proyecto minero. ¡°Aqu¨ª no he o¨ªdo nada y por aqu¨ª pasa todo el mundo¡±, dice Jos¨¦ Antonio detr¨¢s de la barra del bar del Hogar del Jubilado. Algo parecido ocurre en la plaza de Espa?a de Torrenueva, frente a la iglesia parroquial del siglo XVI, donde varios grupos de jubilados insisten en hablar de la mina de antimonio que cerr¨® hace m¨¢s de siete d¨¦cadas en el pueblo; de una nueva, nada saben. Pero tampoco tienen constancia formal en el Ayuntamiento, seg¨²n la secretaria-interventora municipal.
El alcalde de Torre de Juan Abad, Jos¨¦ Luis Rivas (PSOE), s¨ª est¨¢ enterado de un proyecto de investigaci¨®n y lo ve con muy buenos ojos: ¡°Si se abriera una mina estar¨ªamos encantados. Esta es una zona absolutamente deprimida, que vive solo de la agricultura y cada vez da menos trabajo. Los j¨®venes se han ido. As¨ª que, si crearan algo de empleo fijo, aunque no fuera mucho¡ Eso s¨ª, guardando todos los requisitos medioambientales¡±.
Los recelos ecol¨®gicos suelen ser uno de los grandes enemigos de la miner¨ªa. M¨¢s en un negocio con los antecedentes de contaminaci¨®n de las tierras raras. En EE UU, la explotaci¨®n californiana reabierta en 2010, Mountain Pass, en el desierto de Mojave, hab¨ªa cerrado 12 a?os antes al descubrirse que una tuber¨ªa subterr¨¢nea filtraba aguas radiactivas.
Radiactividad baja
Entre los dep¨®sitos de tierras raras hay, efectivamente, elementos radiactivos, como el torio y el uranio. El proyecto de Quantum asegura, sin embargo, que el yacimiento de Ciudad Real tiene un contenido muy peque?o del primero y casi residual del segundo. Adem¨¢s, contemplan en principio hacer solo un concentrado de tierras raras, sin separarlas, que es cuando surgen m¨¢s peligros.
¡°El reto es encontrar las formas de explotar esos recursos de una manera viable econ¨®mica y medioambientalmente¡±, dice la experta brit¨¢nica Goodenough. A?ade que muchos yacimientos de tierras raras tienen ¡°una radiactividad relativamente baja¡±, por lo que no ofrecen ¡°grandes problemas medioambientales¡±. M¨¢s all¨¢, eso s¨ª, de los de una mina a cielo abierto, que ara?a el paisaje, usa mucha agua para hacer el concentrado y produce desechos que hay que tratar correctamente. En Espa?a, hace dos a?os se frustr¨® un proyecto de investigaci¨®n de tierras raras en la sierra de Gali?eiro (Pontevedra) por la dificultad t¨¦cnica del proyecto y por la oposici¨®n ciudadana de un grupo que defiende que la zona sea un espacio natural protegido.
Pero Goodenough opina que la mayor barrera ¡°para asegurar el suministro de tierras raras en Europa¡± es hoy la dificultad de las empresas ¡°para hacer rentables las explotaciones¡±. La cuesti¨®n es que, por muy importante que sea para el continente, los precios los marcan los vaivenes de los inversores en Bolsa y el equilibrio de oferta y demanda. Y, como las restricciones chinas se acabaron compensando con nuevas minas en otros pa¨ªses, con reciclaje de productos con tierras raras y la aparici¨®n de alternativas al mineral, el precio est¨¢ en m¨ªnimos. Y este tipo de explotaciones requieren, adem¨¢s, mucha inversi¨®n, recuerda Christopher Ecclestone, especialista en miner¨ªa del banco de inversi¨®n neoyorkino Hallgarten & Company. ¡°Europa deber¨ªa concentrarse en una o dos minas y en reciclar much¨ªsimo¡±, a?ade Ecclestone.
El proyecto de Ciudad Real ¡ª¡°prometedor¡±, seg¨²n el analista canadiense Ryan Castilloux¡ª sigue avanzando para intentar convertirse en una de ellas. Si lo logran, a¨²n tardar¨¢, pues los tr¨¢mites administrativos se pueden demorar entre uno y tres a?os. Para entonces, seguramente quedar¨¢n pocos vecinos en Torrenueva, en Torre de Juan Abad o en todo el Campo de Montiel a los que no les suene eso de las tierras raras.
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