La sangre del monstruo
Licencias que se eternizan, inversiones que se ralentizan... El s¨ªndrome de la paralizaci¨®n avanza entre las Administraciones
Una peque?a empresa alquil¨® unas dependencias, magn¨ªficamente construidas por una empresa p¨²blica, y se limit¨® a amueblarlas, sin desarrollar actividad nociva alguna. Solicit¨® la licencia de apertura y pag¨® 1.000 euros en proyectos. Cinco a?os despu¨¦s a¨²n no se la han concedido y ahora le solicitan un proyecto de ac¨²stica m¨¢s el correspondiente certificado de final de obra. Si ocurriera alg¨²n percance, el empresario contraer¨ªa una grave responsabilidad.
Nadie quiere tomar una responsabilidad, temeroso de ser denunciado por un motivo peregrino y arrojado a la jaur¨ªa de una opini¨®n p¨²blica deseosa de sangre
Licencias que se eternizan, inversiones que se ralentizan, decisiones que nunca llegan. El s¨ªndrome de la paralizaci¨®n avanza entre nuestras Administraciones. ?Por qu¨¦? Pues, entre otras cosas, porque nadie quiere tomar una responsabilidad, temeroso de ser denunciado por un motivo peregrino y arrojado a la jaur¨ªa de una opini¨®n p¨²blica deseosa de sangre. La judicializaci¨®n de la pol¨ªtica y de la actividad administrativa ha ocasionado que miles de pol¨ªticos, directivos y funcionarios p¨²blicos sean imputados. Queremos pensar que en su mayor¨ªa, con raz¨®n, pero nos consta que el exceso de celo y la caza de brujas genera la presunci¨®n de culpabilidad de cualquier responsable p¨²blico. ?Qui¨¦n se atrever¨¢ a firmar una licencia o una adjudicaci¨®n, por no hablar de una recalificaci¨®n o una modificaci¨®n urban¨ªstica?
El infierno est¨¢ lleno de buenas intenciones, dec¨ªan los cl¨¢sicos. Las demasiadas normas que controlan la actividad p¨²blica, terminan dificult¨¢ndola. Hemos creado un monstruo que devorar¨¢ a muchos bienintencionados que entran ahora en pol¨ªtica.
Ni siquiera se lo figuran, pero un porcentaje de ellos terminar¨¢ imputado. Porque se lo merecen, o simplemente por estar ah¨ª y por intentar mover la Administraci¨®n. Cuidado, cuidado, que el monstruo precisa de sangre¡ y la nueva es la que m¨¢s le gusta.
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