Westendorp: ¡°La adhesi¨®n supuso lograr la normalidad¡±

Bajo la batuta de Leopoldo Calvo Sotelo como ministro de Relaciones con las Comunidades Europeas, Carlos Westendorp (Madrid, 1937), ahora secretario general del Club de Madrid, form¨® parte desde el primer minuto del equipo que sufri¨® el ¡°calvario¡± de las negociaciones para la adhesi¨®n de Espa?a a Europa.

Pregunta: ?Qu¨¦ supuso la entrada de Espa?a en la comunidad europea?

Respuesta: Supuso la normalidad. Antes ¨¦ramos diferentes, por mucho que el eslogan de Manuel Fraga Iribarne fuera muy efectivo tur¨ªsticamente, pero que revelaba tambi¨¦n una diferencia desagradable y es que no pertenec¨ªamos a la familia democr¨¢tica. Entrar en la Europa al mismo tiempo consolid¨® nuestra econom¨ªa y nuestra democracia.

P. ?C¨®mo fue la negociaci¨®n para esa entrada?

R. Muy laboriosa. Se llevaba intentando negociar desde hac¨ªa muchos a?os. Ingenuamente Castiella, ministro de Asuntos Exteriores, escribi¨® una carta en 1962 pidiendo la adhesi¨®n de Espa?a a las comunidades europeas. No tuvo respuesta como era l¨®gico. Hubo un primer acuerdo de libre cambio en 1970, donde se recog¨ªa que para pasar a la segunda fase del desmantelamiento de los derechos de aduana se producir¨ªa ¡°cuando se dieran las condiciones¡±. Todos interpretamos que eso quer¨ªa decir cuando desapareciera Franco. Tiempo despu¨¦s, bajo el Gobierno de UCD, se solicit¨® la adhesi¨®n y tardamos otros nueve o diez a?os en conseguirla. As¨ª que fue muy laboriosa.

P. ?C¨®mo se vencieron las resistencias europeas al ingreso de Espa?a?

R. Hay un elemento que jug¨® un papel importante, que fue la convocatoria del refer¨¦ndum sobre la pertenencia a la OTAN por parte del reci¨¦n llegado entonces a la Presidencia del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez. Europa se preocup¨®. De hecho, un ministro alem¨¢n de Exteriores reconoci¨® que no se pod¨ªa pedir a los soldados espa?oles que defendieran los intereses europeos al tiempo que se les negaba la entrada en la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE). La convocatoria del refer¨¦ndum sacudi¨® los esp¨ªritus europeos m¨¢s reticentes. Es verdad que Adolfo Su¨¢rez, injustamente, no fue bien tratado por los socios europeos. Eso desapareci¨® con Felipe Gonz¨¢lez y con Fran?ois Mitterrand. Gonz¨¢lez jug¨® entonces la baza del esp¨ªritu de equipo con los l¨ªderes de la ¨¦poca, especialmente con Mitterrand y Helmut K?hl. El factor personal, sin duda, jug¨® un papel pero tambi¨¦n el entusiasmo colectivo de la sociedad espa?ola.

P. ?C¨®mo fue acogida esa entrada, dentro y fuera?

R. Al principio tuvimos resistencias, sobre todo por parte de los agricultores del sur de Francia, pero al final todo se fue arreglando y la entrada de Espa?a supuso un acicate para la construcci¨®n europea. Pero los problemas no los tuvimos solo fuera, tuvimos mucha oposici¨®n de los monopolios, la banca, los seguros, la agricultura, la pesca... Una vez integrados, tuvimos una recepci¨®n muy buena cuando se dieron cuenta de que ¨¦ramos un socio leal, que pele¨¢bamos por nuestros propios intereses pero al mismo tiempo lo hac¨ªa por los intereses europeos que son los comunes a todos.