¡°Para seguir viviendo, necesitaba perdonar al hombre que me atropell¨®¡±
Un documental narra el encuentro, diez a?os despu¨¦s, entre un joven y el conductor ebrio que lo arroll¨® dej¨¢ndolo sin una pierna
¡°En realidad uno perdona porque no tiene m¨¢s remedio; perdona para aliviarse y poder seguir viviendo", explica Daniel Fern¨¢ndez Carril, de 28 a?os. La v¨ªspera de la nochebuena de 2005, este gallego natural de Cartelle (Ourense) tropez¨® en la carretera con un conductor ebrio que iba a cambiar su vida para siempre. Aurelio invadi¨® el margen contrario y se empotr¨® contra ¨¦l, que conduc¨ªa una moto. Cuando se despert¨® en la cama del hospital le hab¨ªan amputado una pierna y practicado una colostom¨ªa -¡°Me dijeron que tend¨ªa que vivir siempre con la tripa fuera¡±, recuerda-. Daniel ten¨ªa entonces 18 a?os. Ahora, una d¨¦cada despu¨¦s, protagoniza un documental, Mil sorrisos e un perd¨®n (Mil sonrisas y un perd¨®n en gallego), que recoge el momento en que perdon¨® al hombre por el que dej¨® de ser la persona que era.
¡°Necesitaba perdonar, hacerlo por m¨ª, aunque olvidar es imposible¡±, asegura. ¡°Sobre todo cuando tienes tantos dolores¡±. Quer¨ªa ver cara a cara a aquel hombre, que se pusiera en su lugar, que se arrepintiera. Le busc¨®, localiz¨® su direcci¨®n y le escribi¨® una carta relat¨¢ndole c¨®mo hab¨ªan sido los ¨²ltimos diez a?os de su vida. En la misiva le ofrec¨ªa su perd¨®n con una sola condici¨®n: ¡°que se propusiera ser la mejor persona posible¡±. Aurelio, el conductor de mediana edad que le hab¨ªa arrollado aquella v¨ªspera de nochebuena, contest¨® dos meses despu¨¦s, cont¨¢ndole que tambi¨¦n ¨¦l hab¨ªa sufrido por ser el responsable de tanto da?o y que, aunque se hab¨ªa rehabilitado, aquella noche pesar¨ªa sobre su conciencia toda su vida. Tras el intercambio de cartas, fijaron fecha para un encuentro. Y un amigo de la infancia, Bruno Nieto, decidi¨® convertirlo en este documental estrenado hace unos d¨ªas en Celanova (Ourense).
Aurelio accedi¨® a ponerse ante la c¨¢mara. La cinta lo muestra en los nueve minutos finales. Sentado junto a una mesa, en una impersonal habitaci¨®n, clava su mirada en la puerta por la que va a entrar la v¨ªctima de su mayor error. Cuando Daniel llega, los ojos de Aurelio se van directamente hacia la pierna ortop¨¦dica. Le escucha en silencio. "No me esperaba este momento. Te estoy muy agradecido por esto", le responde, al terminar. ¡°Por muy mal que yo lo haya pasado, no hay punto de comparaci¨®n". Daniel le tranquiliza: ¡°No soy capaz de guardar rencor, no quiero hacerlo". Y finalmente, le pide un emocionante abrazo. Ninguno de los dos es capaz de contener las l¨¢grimas.
Diez a?os despu¨¦s del accidente, el joven a¨²n sufre constantes dolores de espalda y de cadera que "la medicaci¨®n ya no calma". Pero no se ha rendido. Ha cambiado el f¨²tbol por la nataci¨®n y la moto por los coches. Ahora compite en carreras como copiloto de su primo. Ha estudiado delineaci¨®n, ha trabajado como decorador de interiores de farmacias y ha obtenido un esca?o como concejal de su pueblo en las municipales del mes pasado. "Me present¨¦ por el PP porque me lo pidi¨® Carmen Leyte [la alcaldesa, senadora y m¨¦dico en Cartelle] y no pude decirle que no porque se ha portado de maravilla conmigo, pero que conste que tengo amigos en todos los partidos y que me interesan m¨¢s las personas que las ideolog¨ªas", explica.
Daniel ha prescindido del rencor, ha pasado p¨¢gina. Asegura que en cuanto lo hizo, el destino lo premi¨® con una novia -"Impresionante en todos los sentidos y guap¨ªsima, guap¨ªsima", repite-. La conoci¨® casualmente en la presentaci¨®n de Mil sorrisos e un perd¨®n en el Festival de Cine de Ourense, al que ella fue por puro azar.
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