¡°El Gobierno espa?ol podr¨ªa hacer m¨¢s para atraer el capital chino¡±
Mao explica que el ¨¦xito de la comunidad china en Espa?a radica en su cultura del esfuerzo y los pr¨¦stamos familiares
Mao Feng es el presidente de la Asociaci¨®n de Chinos de Espa?a y un observador privilegiado de una vibrante comunidad que no ha dejado de crecer y de prosperar en Espa?a. Que est¨¢ compuesta por hombres y mujeres que hace a?os llegaron a Espa?a con una mano delante y otra atr¨¢s y que hoy conducen coches deportivos. ¡°La clave del ¨¦xito est¨¢ en la mentalidad. En China hay un refr¨¢n muy conocido: 'Todos los soldados quieren ser general'. Los que vienen tienen claro que no van a ser camareros toda su vida. Vienen para ser jefes¡±.
Mao observa tambi¨¦n de cerca el desembarco de inversores del gigante asi¨¢tico, que llegan con la billetera llena, dispuestos a comprar hoteles, f¨¢bricas y fincas a precio de saldo, en una Espa?a abaratada por a?os de crisis econ¨®mica. Y cree que el Gobierno espa?ol podr¨ªa hacer m¨¢s para aprovechar el enorme potencial de la creciente y abultada clase media china. La falta de vuelos directos, una pol¨ªtica de visados poco ¨¢gil y la falta de inter¨¦s por los usos y costumbres de los nuevos clientes son algunas de las asignaturas pendientes, que Mao desgrana durante una entrevista en la sede de la Asociaci¨®n china en Madrid.
La trayectoria personal de Mao es un perfecto ejemplo de las din¨¢micas que rigen a la di¨¢spora china en Espa?a. Aterriz¨® en Madrid en 1996, siguiendo a su mujer, camarera en un restaurante chino de Majadahonda. Desde entonces, s¨®lo ha ido a mejor. Primero mont¨® una tienda de bolsos y bisuter¨ªa ¨Cuna innovaci¨®n en aquellos a?os, en los que los chinos solo abr¨ªan restaurantes y alg¨²n que otro ultramarino-. Le fue bien y con los a?os lleg¨® a establecer otras tres tiendas en distintos puntos de Madrid. En 2005, compr¨® una nave en el Pol¨ªgono Cobo Calleja, el epicentro del comercio mayorista chino, desde donde parten las mercanc¨ªas que se venden en los negocios de toda Espa?a. Ahora regenta comercial-Asia, el gran centro comercial del pol¨ªgono de Fuenlabrada y reparte su tiempo entre los negocios y su empe?o en promover el conocimiento mutuo entre espa?oles y chinos y en lograr una mayor integraci¨®n de sus compatriotas en el pa¨ªs de acogida.
Mao traza una interesante radiograf¨ªa de la comunidad empresarial china en Espa?a. ¡°Por un lado cada vez hay m¨¢s negocios chinos en Espa?a, pero adem¨¢s, los que vinieron en su d¨ªa, tienen cada vez m¨¢s experiencia y les interesan m¨¢s los productos de calidad. Si antes abr¨ªan sobre todo restaurantes y tiendas de alimentaci¨®n, ahora venden ropa, m¨®viles, productos de inform¨¢tica, placas solares, pisos¡ Hay tambi¨¦n un desembarco de empresas multinacionales chinas y de sus trabajadores en Espa?a. Cita al ICBC (Industrial and Commercial Bank of China), Huawei, de telefon¨ªa m¨®vil, Cosco, transporte mercanc¨ªa mar¨ªtima, UnionPay, tarjetas bancarias¡
Prosperan con celeridad fruto de su mentalidad emprendedora y su cultura del esfuerzo. ¡°No nos importa cargar peso, ni la suciedad. No cerramos a mediod¨ªa cuando los dem¨¢s paran a comer. Nosotros trabajamos muy duro porque la idea es facilitar al vida al cliente¡±. Pero tambi¨¦n ascienden gracias a una red familiar que se financia entre s¨ª, al margen de los bancos y del pago de intereses. ¡°Aqu¨ª nos conocemos casi todos. La gran mayor¨ªa venimos de la misma provincia de China. Nadie se puede escapar sin pagar una deuda, porque la imagen es muy importante para nosotros y ser¨ªa una tremenda deshonra¡±.
Con la crisis, hay espa?oles que nos culpan de su situaci¨®n
El bache comercial que sigui¨® a caso Emperador ¨Cen 2012, gran redada contra el blanqueo de capitales y de fraude fiscal, por parte de al llamada mafia china- est¨¢ m¨¢s que superado y hoy Cobo Calleja es un zoco vivo, que los domingos por la ma?ana, cuando los espa?oles duermen, alcanza intensas cotas de actividad.
Junta a los empresarios chinos residentes en Espa?a hay otro grupo que cobra creciente importancia. Se trata de inversores atra¨ªdos por los precios de una Espa?a a la que la crisis ha obligado a colgar el cartel de ¡°se vende¡±. ¡°El boca a boca funciona. En China se escucha que Espa?a est¨¢ en crisis, que necesita inversi¨®n y que los precios est¨¢n baratos¡±. Espa?a no es sin embargo el ¨²nico pa¨ªs dispuesto a dar al bienvenida a Mr. Li. ¡°El problema es que muchos otros pa¨ªses tambi¨¦n quieren atraer capital chino y lo ponen m¨¢s f¨¢cil todav¨ªa. Espa?a tiene que mejorar si quiere atraer a los chinos¡±. Mao cita por ejemplo el tema de los visados, que su juicio, Espa?a tarda mucho en conceder, comparado con otros pa¨ªses europeos como Italia o Reino Unido. Cita tambi¨¦n la escasez de vuelos directos a China, unos ocho a la semana y s¨®lo a Pek¨ªn, mientras que Francia por ejemplo cuenta hasta 97 vuelos semanales. Los vuelos afectan tambi¨¦n al turismo de las emergente clases medias. El a?o pasado vinieron 287.867 turistas chinos a Espa?a. A Francia llegaron en 2013 dos millones. ¡°El Gobierno espa?ol podr¨ªa hacer mucho m¨¢s para atraer el capital chino¡±, concluye.
Los que vienen tienen claro que no van a ser camareros toda su vida. Vienen para ser jefes
Si al Gobierno le reprocha la falta de estrategia, a los empresarios espa?oles les aconseja acercarse a la cultura china para entender que por ejemplo un hotel que no tenga en la habitaci¨®n una jarra para hervir agua no es un establecimiento aceptable para un chino por muchas estrellas que tenga o que el cuatro es un n¨²mero de mala suerte que no debe estar presente en ning¨²n negocio que aspire a atraer clientes chinos. Adaptar las webs para poder pagar con tarjetas de cr¨¦dito chino, -algo casi imposible ahora- es otro de los cambios que a juicio de Mao impulsar¨ªan los negocios con China.
Este empresario reconoce por ¨²ltimo que no s¨®lo los espa?oles tienen deberes por hacer. Mao es consciente que los chinos no acaba de mezclarse con los espa?oles, que la integraci¨®n est¨¢ a a?os luz de producirse. ¡°Aqu¨ª la gente es muy amable, pero reconozco que los chinos somos un poco cerrados¡±. Y culpa de la distancia a la falta de conocimiento del espa?ol. La crisis, explica, tampoco ha ayudado. Ha despertado cierto sentimiento de rechazo ¨C¡°minoritario¡±, matiza- hacia su pujante comunidad. ¡°Los espa?oles est¨¢n en paro, mientras los chinos vamos desarrollando nuestros negocios. Hay espa?oles que nos culpan de su situaci¨®n¡±.?
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