¡°Ten¨ªamos las llamas a cent¨ªmetros¡±
Los vecinos de los cinco pueblos de Arag¨®n desalojados el s¨¢bado vuelven a sus casas
El aire se levanta suavemente. El calor aprieta sin descanso durante el mediod¨ªa del lunes. Y los nervios reaparecen en Biota (Zaragoza), en la comarca de las Cinco Villas, donde las llamas rebrotan repentinamente junto a un pino. Rodeado de arbustos ennegrecidos, Manuel Laborda se lanza a apagarlas. Arroja con sus propias manos, callosas y grandes, la tierra gris¨¢cea que recoge de alrededor. No puede perder un minuto. ¡°Tenemos que evitar que se reactive¡±, sentencia este agricultor de 49 a?os, que repasa con la mirada los campos calcinados que se pierden en el horizonte. M¨¢s de 13.500 hect¨¢reas de sembrados y masa forestal que han ardido desde la tarde del s¨¢bado, cuando empez¨® el incendio. Ocurri¨® en el pueblo cercano de Luna, donde los agentes a¨²n investigan la causa, aunque barajan como hip¨®tesis que la chispa de una cosechadora originara ¡°el desastre¡±. El viento que hac¨ªa aquel d¨ªa hizo el resto: el fuego se propag¨® r¨¢pidamente.
¡°Volv¨ªamos de cosechar a las nueve de la noche y nos lo encontramos encima¡±, recuerda Laborda, dos d¨ªas despu¨¦s de que quedaron arrasadas sus 25 hect¨¢reas de cereal y cuando las autoridades ya dan por estabilizado el incendio. Apuntan a que el mi¨¦rcoles ¡°podr¨ªa quedar extinguido¡±. Pero el agricultor no se quita todav¨ªa de la cabeza el replique de campanas que orden¨® aquella noche el sacerdote para alertar a los vecinos, que salieron de sus casas a la carrera. ¡°Ten¨ªamos las llamas a las puertas del pueblo y el humo inundaba las calles. No se pod¨ªa casi ni respirar. Esto era un infierno¡±, recuerda Ezequiel Marco, el alcalde de este municipio de apenas un millar de habitantes.
Apostado junto a un improvisado almac¨¦n de avituallamiento para los agentes de extinci¨®n ¡ªen el interior de la nave de una asociaci¨®n de mujeres¡ª; el regidor rememora c¨®mo tuvieron que echarse al campo durante la madrugada para evitar que el fuego alcanzase el n¨²cleo urbano y las granjas. ¡°A las cuatro de la noche, las llamas sub¨ªan por esta ladera¡±, a?ade Laborda, mientras se?ala una empinada cuesta, a solo cinco metros de un pabell¨®n con cochinos: ¡°Con mangueras, con los tractores, con cubos de agua, con ramas de pinos... Las combat¨ªamos con lo que pod¨ªamos. Pero conseguimos que no pasaran¡±. ¡°Nosotros tambi¨¦n tuvimos las llamas a cent¨ªmetros¡±, contin¨²a Antonio Campos, primer edil de Or¨¦s, otra de las localidades afectadas. Aqu¨ª, a donde se llega tras recorrer varios kil¨®metros de una sinuosa carretera, combatieron el fuego en primera l¨ªnea: ¡°Los agricultores salieron a hacer cortafuegos¡±. Y lograron frenarlo.
Juan Luis Garraga, en cambio, fracas¨® en el intento. Las llamas destrozaron las colmenas, la vi?a y el huerto que tiene junto a Farasdu¨¦s, de 100 habitantes, otro de los municipios acorralados. Con 80 a?os, trat¨® de salvar alguno de los paneles. ¡°El fuego estaba cerc¨¢ndolos. No pude hacer nada y tuve que volverme al pueblo. Al llegar, no quedaba nadie. La polic¨ªa vino entonces a buscarme a mi casa¡±, relata mientras pasea por esta pedan¨ªa de Ejea de los Caballeros, a pocos metros de la carretera que evidencia hasta d¨®nde llegaron las llamas. La vegetaci¨®n de uno de los costados permanece casi impoluta. La del otro, achicharrada: cubierta por una capa de ceniza, moteada por los calcinados y blancos restos de decenas de caracoles. A¨²n huele a humo.
¡°Que el fuego se fraccionase durante su propagaci¨®n, ayud¨® mucho¡±, se?ala uno de los efectivos que intervino este fin de semana en las labores de extinci¨®n. Como ¨¦l, m¨¢s de 500 personas se sumaron a los trabajos ¡ªcon 26 medios a¨¦reos¡ª. Luis, por ejemplo, aterriz¨® en la comarca para ayudar el mismo domingo por la ma?ana. A sus 38 a?os, con m¨¢s de 13 a las espadas de lucha contra incendios, por la tarde ya estaba enfrent¨¢ndose a las llamas, junto a su unidad de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) de Toledo. En la ma?ana del lunes, pocos minutos despu¨¦s de las siete, apuraban el desayuno para volver a la carga.
Aunque, los equipos de emergencias ya se mostraban optimistas a esa hora. Las unidades desplegadas ¡ªentre ellas, m¨¢s de 300 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias¡ª refrescaban las hect¨¢reas calcinadas, atentos a que no se reactivase el fuego por el viento y las altas temperaturas. Tambi¨¦n controlaban los focos que a¨²n permanec¨ªan activos. Los helic¨®pteros sobrevolaban la comarca para descargar m¨¢s agua y la propagaci¨®n del incendio se frenaba. La carretera A-1204, que hab¨ªa sido cortada, se ha reabierto. Y los 1.500 vecinos de los cincos pueblos afectados, a cuyos n¨²cleos urbanos no han llegado las llamas, han vuelto a sus casas: los de Farasdu¨¦s, Biota y Malpica de Ariba ya hab¨ªan regresado el domingo; y los de As¨ªn y Or¨¦s han podido hacerlo este lunes. Aun as¨ª, una calma tensa inunda las calles de todas estas localidades, vigiladas por los bomberos y la UME. ¡°Nos quedan unos d¨ªas de peligro¡±, sentencia Manuel Laborda, sin poder olvidar el s¨¢bado: ¡°En medio de la oscuridad solo se ve¨ªa c¨®mo las chispas saltaban al aire y se propagaban. Como en un volc¨¢n¡±.
Riesgo extremo en todo el pa¨ªs
El riesgo por incendio forestal en Espa?a vuelve a ser hoy "extremo". En todas las provincias hay alguna zona en la que el nivel es el m¨¢s alto de la escala, como consecuencia de las elevadas temperaturas, seg¨²n las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa. Hasta ahora, los seis primeros meses del a?o hab¨ªan sido muy buenos. Seg¨²n los datos del Ministerio de Agricultura, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente, entre el 1 de enero y el 30 de junio, se quemaron 14.535 hect¨¢reas en 4.967 siniestros. Este era hasta ahora el segundo mejor a?o de la ¨²ltima d¨¦cada. Pero las dos olas de calor casi consecutivas que han afectado a la Pen¨ªnsula han dejado en los ¨²ltimos d¨ªas un reguero de fuegos; el de Arag¨®n ha sido el peor y ha quemado ya casi el mismo n¨²mero de hect¨¢reas que los cerca de 5.000 siniestros registrados hasta julio. Bego?a Nieto, directora general de Pol¨ªtica Forestal del ministerio, alerta de las consecuencias de la primavera seca que se ha vivido este a?o: "Se dan las condiciones para que produzcan incendios".
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