La Iglesia aprecia ¡°apariencia delictiva¡± en el ¡®caso Romanones¡¯
El fiscal decidir¨¢ en oto?o si se abre juicio oral a los sacerdotes acusados de pederastia
El sacerdote investigador del caso de los Romanones, el clan de supuestos curas pederastas de Granada, apunta a que efectivamente existieron los abusos de los que les acusa un joven de 24 a?os, un relato que lleg¨® por carta hasta Roma y provoc¨® la llamada telef¨®nica del papa Francisco. El sacerdote describe un ¡°fumus delicti¡± (apariencia delictiva) en el expediente can¨®nico que han consultado las partes del caso y al que ha tenido acceso EL PA?S.
A pesar de la negativa de los religiosos cuando fueron interrogados, ¡°el sacerdote investigador cree que en los tres asuntos en cuesti¨®n hay fumus delicti¡±. La investigaci¨®n ata?e al padre Rom¨¢n junto a los tambi¨¦n religiosos Francisco Campos y Manuel Morales. ¡°Los sacerdotes forman un grupo muy compacto y cerrado¡±, matiza el investigador. Este aboga por evitar que el tribunal eclesi¨¢stico que les juzgue sea el de Granada ¡ªal que pertenece Campos¡ª, ¡°dados los v¨ªnculos de amistad y compa?erismo entre Campos y el resto de personas del tribunal¡±.
El fiscal cree que debe continuar la investigaci¨®n
La acusaci¨®n del fiscal ser¨¢ decisiva para llegar a juicio oral: ¡°Hay que creerse a una persona con datos objetivos, y estos existen. Al menos m¨ªnimamente. Procesalmente me aboca a seguir. Eso no quiere decir que haya una condena. Es un asunto para ver en juicio, y soy partidario de abrir una causa. Es justo que se vea en vista oral porque hay mucho en juego¡±, avanza.
El abogado de los sacerdotes acusados, Javier Muriel, se?ala: ¡°Queda por resolverse la prescripci¨®n sobre 11 de los 12 imputados y esta parte aportar¨¢ una documental importante de descargo. Es muy importante tener en cuenta que hablamos de delitos de indemnidad sexual, por lo que los psic¨®logos deben examinar a los denunciantes y D. [principal denunciante] se ha negado a someterse a esa prueba. ?Por qu¨¦ se ha negado?¡±.
El letrado se refiere a una providencia del magistrado en la que apercibe al supernumerario del Opus Dei para que se presente a una entrevista psicol¨®gica que certifique su grado de coherencia. ¡°En caso de negativa a colaborar en su pr¨¢ctica sufrir¨¢ el perjuicio procesal y probatorio que se derive de tal conducta omisiva y obstructiva¡±, advierte el juez.
La investigaci¨®n de la Iglesia tendr¨¢ un papel muy limitado en la causa penal, ya que se tratar¨¢ como un indicio m¨¢s, como si fuera una declaraci¨®n policial, ilustran fuentes del caso. La instrucci¨®n est¨¢ pr¨¢cticamente finalizada; en oto?o se sabr¨¢ si se abre juicio oral para tratar de dilucidar si existieron abusos o agresiones sexuales siete a?os despu¨¦s de unos hechos ocurridos entre dos personas, sin testigos y en la intimidad.
¡°No hay luces ni taqu¨ªgrafos en este tipo de delitos¡±. La frase¡ª de una fuente que exige anonimato¡ª resume la dificultad del caso. En noviembre un joven de 24 a?os denunci¨® en Granada al sacerdote Rom¨¢n Mart¨ªnez, l¨ªder de un clan de una docena de curas y seglares, por supuestos abusos cuando era monaguillo. Un mes despu¨¦s el juez Antonio Moreno orden¨® la detenci¨®n por abusos continuados de tres sacerdotes y un seglar, que quedaron en libertad con cargos. La instrucci¨®n indic¨® posteriormente que los hechos habr¨ªan prescrito, excepto un abuso sexual supuestamente protagonizado por el padre Rom¨¢n.
El esc¨¢ndalo puso el pasado invierno a la Iglesia frente a la encrucijada ¡ªotra m¨¢s¡ª de responder por supuestos abusos sexuales de religiosos a menores de edad. Tras escribir el joven denunciante una carta al papa Francisco en la que relataba los supuestos abusos, la respuesta del Vaticano fue r¨¢pida para forzar una investigaci¨®n a los curas por pederastia. A continuaci¨®n, el propio Papa llam¨® al joven por tel¨¦fono para disculparse y tranquilizarle porque iba a investigar los hechos, adem¨¢s de impedir a los acusados ejercer el sacerdocio.
En paralelo, la denuncia penal sigui¨® su curso y tras las detenciones de los curas y su puesta en libertad, el caso se desinfl¨® semanas despu¨¦s: el fiscal y el juez estimaban que los supuestos abusos de 11 de los 12 religiosos implicados habr¨ªan prescrito. No as¨ª el de abuso sexual continuado con introducci¨®n de miembro corporal por v¨ªa anal y prevalimiento, castigado con penas de prisi¨®n de 4 a 10 a?os. En ese caso, el plazo de prescripci¨®n ser¨ªa de 10 a?os.
Desde la acusaci¨®n, el abogado de la asociaci¨®n Prodeni (ONG por los derechos de los ni?os), Juan Pedro Oliver, defiende que la investigaci¨®n contin¨²e, ya que hay indicios que apuntan a una agresi¨®n sexual continuada. ¡°Era un grupo muy compacto y cerrado. Una asociaci¨®n il¨ªcita con intereses determinados. Compartieron relaciones entre ellos, con ni?os monaguillos incluidos¡±, sostiene, y estima que el arzobispo deber¨ªa declarar, si no como imputado, al menos como testigo.
Durante la instrucci¨®n, el juez lleg¨® a dar un ultim¨¢tum al arzobispo de Granada, Francisco Javier Mart¨ªnez, para que le entregara la documentaci¨®n ¡°¨ªntegra¡± que pose¨ªa la Di¨®cesis sobre el caso. Mart¨ªnez envi¨® en un principio documentaci¨®n al juzgado, pero evit¨® incluir las declaraciones de los acusados ante el sacerdote investigador.
Todo apunta a que los testimonios del joven y del padre Rom¨¢n en el juicio decantar¨¢n la balanza hacia un lado u otro, dado que los registros y vaciado de los ordenadores de los acusados no arrojaron luz sobre la investigaci¨®n ni pruebas concluyentes.
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