15 a?os despu¨¦s del terror
Los hijos de dos v¨ªctimas de la escalada final de ETA abogan por que el Gobierno reactive la reinserci¨®n de los presos
Sara ten¨ªa 19 a?os y Josu 25 cuando ETA asesin¨® a sus padres: Fernando Buesa, portavoz socialista en el Parlamento vasco y exvicelehendakari, y Flori¨¢n Elespe, teniente de alcalde socialista de Lasarte (Gipuzkoa). Sara y Josu fueron v¨ªctimas de la ¨²ltima etapa del terrorismo etarra. En el 15? aniversario de aquellos cr¨ªmenes, el historiador Luis Castells recuerda c¨®mo los 23 asesinatos perpetrados por ETA aquel a?o marcaron un hito porque no suced¨ªa desde hac¨ªa una d¨¦cada y no volver¨ªa a suceder. Un terror que la banda extendi¨®, adem¨¢s, a toda la poblaci¨®n...
Sara Buesa y Josu Elespe califican de ¡°terrible¡± aquella etapa de su vida. Ella recuerda c¨®mo estuvo con su padre hasta poco antes de que lo mataran a las 16.30 del 22 de febrero de 2000. ¡°Aunque siempre estuvo muy absorbido por la pol¨ªtica, reservaba un espacio para su familia. Com¨ªa con nosotros y se preocupaba por nuestros problemas. Aquel d¨ªa tambi¨¦n¡±, recuerda.
¡°La brutalidad de los estertores de la banda¡±
Tras la ruptura de la tregua de 1998-1999, ETA reaccion¨® a la desesperada, con una campa?a de asesinatos que tuvo su mayor intensidad en 2000, causando 23 muertos. ¡°Fue la brutalidad de los estertores de ETA¡±, se?ala el historiador Luis Castells, uno de los autores del informe Foronda, que resalta, adem¨¢s la ¡°significaci¨®n¡± de sus v¨ªctimas.
Recuerda Castells que entre las v¨ªctimas ¡°hubo pol¨ªticos favorables a un final dialogado del terrorismo, como Ernest Lluch y Juan Mar¨ªa J¨¢uregui; periodistas, como Jos¨¦ Luis L¨®pez de Lacalle; empresarios vinculados al PNV, como Jos¨¦ Mar¨ªa Korta; intelectuales, como Jos¨¦ Ram¨®n Recalde, que result¨® gravemente herido; pol¨ªticos relevantes, como Fernando Buesa; concejales, ertzainas...¡±.
El objetivo prioritario de ETA consisti¨® en ¡°quebrar la voluntad del Estado¡±, se?ala Castells. Pero, a partir de 2000, en su etapa final, decide ¡°expandir el terror¡± a toda escala entre la poblaci¨®n, una estrategia que inici¨® en 1995 con el asesinato del concejal Gregorio Ord¨®?ez (PP) y sigui¨® en 1997, con otro hito en su escalada criminal: el secuestro y asesinato el edil de Ermua Miguel ?ngel Blanco. Su reacci¨®n a la desesperada provoc¨® ¡°una reacci¨®n social a¨²n m¨¢s extendida en el Pa¨ªs Vasco¡± en un contexto ¡°cada vez m¨¢s desfavorable al terrorismo tradicional, con el final del IRA y la vulnerabilidad de la propia ETA, con detenciones cada vez m¨¢s continuas de sus dirigentes¡±. ¡°Era la antesala del final¡±.
Josu Elespe estaba aquel 21 de marzo en Ataun (Gipuzkoa) y un amigo le avis¨® por tel¨¦fono. ¡°Mi reacci¨®n fue de incredulidad. Tom¨¦ el coche y no me convenc¨ª hasta que llegu¨¦ a Lasarte y vi que la entrada estaba acordonada. De la sensaci¨®n de irrealidad pas¨¦ a sentirme desbordado¡±. Recuerda c¨®mo durante un tiempo sinti¨® odio, pero ahora dice: ¡°La victimizaci¨®n te impide ser feliz. Ahora no odio, pero eso no significa que haya olvidado¡±.
¡°Era incapaz de llorar. Pero cuando vi la foto del paraguas tirado en la calle con los peri¨®dicos que ilustraba el asesinato de Jos¨¦ Luis L¨®pez de Lacalle (10 semanas despu¨¦s del asesinato de su padre) me desbord¨¦ y no par¨¦ de llorar¡±, relata Buesa. Para Sara fue clave el respaldo familiar. Su madre, Natividad Rodr¨ªguez, cuatro d¨ªas despu¨¦s del asesinato de su padre, le dijo: ¡°A pesar de todo, la vida es bonita¡±. Ahora reflexiona: ¡°Cuando miro hacia atr¨¢s me doy cuenta de que me he convertido en una persona m¨¢s sensible, humana, m¨¢s emp¨¢tica hacia el sufrimiento y m¨¢s tolerante¡±.
Tanto Buesa como Elespe recuerdan el respaldo con que contaron, muy diferente al de las v¨ªctimas de ETA de una o dos d¨¦cadas atr¨¢s. ¡°Todos, incluso gente que no nos conoc¨ªa, nos expresaba su apoyo. Era un alivio¡±, se?ala Sara. ¡°Percib¨ª lo conocido y querido que era mi padre. Nunca olvidar¨¢ mi familia el comportamiento del pueblo de Lasarte¡±, replica Josu.
Tambi¨¦n recuerdan como una pesadilla la respuesta institucional. ¡°Se notaba la divisi¨®n pol¨ªtica entre el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y el de Juan Jos¨¦ Ibarretxe en pol¨ªtica antiterrorista. Ibarretxe mostraba una ignorancia insultante hacia las v¨ªctimas. Estaba obsesionado con su plan y parec¨ªa como que lo de ETA no iba con ¨¦l, mientras que Aznar utilizaba al terrorismo y a las v¨ªctimas para fortalecer su poder. Nos doli¨® mucho esa utilizaci¨®n y no nos hemos sentido representados cuando Aznar y Jaime Mayor Oreja hablaban en nombre de las v¨ªctimas¡±.
Sara se limita a calificar de ¡°terrible¡± su vivencia de la respuesta institucional, incluida la manifestaci¨®n en Vitoria en protesta por el asesinato de su padre, y que algunos trataron de convertirla en un homenaje a Ibarretxe. ¡°Todo fue a¨²n m¨¢s duro porque ven¨ªamos de una tregua de ETA que mucha gente crey¨® que iba en serio¡±.
Sara califica de ¡°paso positivo¡± la reciente autocr¨ªtica del lehendakari I?igo Urkullu, en nombre del Gobierno vasco, con motivo del 15? aniversario del asesinato de su padre. Pero para ella fue ¡°m¨¢s reconfortante¡± la intervenci¨®n del lehendakari en junio en su encuentro con las asociaciones de v¨ªctimas por ¡°ser m¨¢s profunda¡±. ¡°Iremos viendo si las palabras se corresponden con los hechos¡±, agrega Elespe.
Elespe no se considera satisfecho con el resultado judicial del asesinato de su padre. ¡°Est¨¢ archivado provisionalmente. Hay indicios sobre los autores, pero no hay garant¨ªas de que sean declarados culpables Los asesinatos no deben quedar impunes, sea cual sea la situaci¨®n pol¨ªtica¡±. Pero su familia no quiere amargarse por ello. ¡°La condici¨®n de v¨ªctima no es el motor de nuestra vida. Lo son los familiares, los amigos y el trabajo¡±. ¡°En mi caso, se ha hecho justicia. Los asesinos fueron detenidos muy pronto y est¨¢n juzgados, cumpliendo condena¡±, se?ala Buesa.
Buesa reclama que para las v¨ªctimas ¡°es b¨¢sico que las instituciones dejen clara la deslegi-timaci¨®n de la violencia de ETA frente a quienes pretenden repartir responsabilidades o justificarla por un conflicto pol¨ªtico¡±. Reconoce que hubo otras violencias ¡ªBatall¨®n Vasco Espa?ol (BVE), Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n (GAL)¡ª, pero ¡°deben tratarse de modo independiente, sin considerar que unas justifican las otras¡±. En cuanto a las asociaciones de v¨ªctimas, cree que ¡°deben defender los derechos de las v¨ªctimas sin dejarse utilizar pol¨ªticamente¡±.
Elespe destaca que el Gobierno vasco ¡°ha mejorado su trato a las v¨ªctimas¡± desde que Ibarretxe se fue. Pero con el Gobierno de Rajoy ¡°no hay ning¨²n contacto¡±. ¡°Rajoy es reh¨¦n de su pasado. Con el cese definitivo de ETA quiso tomar algunas medidas, pero no pudo porque algunas asociaciones de v¨ªctimas le reprocharon sus compromisos con ellas, a las que utiliz¨® para atacar al Gobierno socialista. Sigue utilizando el terrorismo¡±.
Buesa opina que ¡°no es un capricho de las v¨ªctimas la exigencia a la izquierda abertzale del reconocimiento de que el terrorismo de ETA no tuvo justificaci¨®n¡± porque ¡°hace falta en la sociedad vasca para establecer una convivencia fundada en valores b¨¢sicos¡±. No lo ve ¡°f¨¢cil ni r¨¢pido¡±, pero conf¨ªa en ¡°la capacidad de las personas para cambiar¡±.
Elespe coincide en que ¡°la izquierda abertzale debe asumir su responsabilidad porque ETA no hubiera durado tanto sin su apoyo¡±. ¡°Han dado pasos impensables hace 10 a?os, pero les falta reconocer que ning¨²n conflicto pol¨ªtico justifica la violencia. Tengo miedo de que la idea de la justificaci¨®n de la violencia pueda calar en un sector de la sociedad vasca¡±.
Buesa defiende que los Gobiernos activen medidas de reinserci¨®n, ¡°dentro de la legalidad¡±, para quienes muestren su rechazo de la violencia. ¡°No tengo ning¨²n problema tampoco en que los presos de ETA cumplan sus condenas cerca de sus familias¡±.
Elespe cree que el pr¨®ximo Gobierno ¡°debe recuperar las v¨ªas de reinserci¨®n de los presos de ETA, los acercamientos, los beneficios penitenciarios y los encuentros con las v¨ªctimas¡±. Y concluye: ¡°Para m¨ª fue muy reconfortante o¨ªr a un exterrorista pedir perd¨®n. Tiene una dimensi¨®n humana muy importante y contribuye a deslegitimar el terrorismo¡±.
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