La gran mayor¨ªa de empleados del complejo judicial de Madrid eran jefes
Hab¨ªa n¨®minas de hasta 106.000 euros y casi todos los operarios llegaron por enchufe
Diecisiete de los 20 operarios del Campus de la Justicia de Madrid, la sociedad 100% p¨²blica encargada de crear la que iba a ser la mayor ciudad judicial del mundo (que ha supuesto un despilfarro para las arcas p¨²blicas de 105 millones), fueron contratados como jefes sin subordinados, seg¨²n documentaci¨®n a la que ha tenido acceso EL PA?S. Hab¨ªa n¨®minas de hasta 106.000 euros. Y casi todos llegaron al Campus por elecci¨®n arbitraria o relaci¨®n de parentesco.
Al renunciar la Comunidad de Madrid a levantar la megaciudad judicial a finales de 2008, coincidiendo con la irrupci¨®n de la crisis econ¨®mica, muchos de los operarios continuaron en n¨®mina pese a que apenas hab¨ªa trabajo que realizar. Los tres ¨²ltimos fueron despedidos finalmente a mediados de 2012, cuando se decidi¨® extinguir el Campus por inviable. Pero bien pudo finiquitarse tres a?os antes. A varios trabajadores hubo que indemnizarles con hasta 36.000 euros por el despido. Todos ellos fueron contratados a dedo. Y, seg¨²n fuentes del Campus, ¡°por ser amigos de alg¨²n alto cargo¡±. El Campus permit¨ªa la contrataci¨®n a dedo ya que, aunque su capital era p¨²blico, se cre¨® como sociedad mercantil sujeta al derecho privado.
Entre los empleados del Campus estuvo un hijo del exministro y actual eurodiputado Miguel Arias Ca?ete. Tambi¨¦n sirvi¨® el Campus para pagar supuestos favores. Fueron contratados varios agentes que se vieron salpicados en el esc¨¢ndalo del espionaje de de Madrid. El sueldo medio de los operarios rond¨® los 62.000 euros, seg¨²n la documentaci¨®n a la que ha tenido acceso EL PA?S. Y en esos a?os se beneficiaron de fuertes subidas salariales aun cuando la sociedad ya estaba abocada al cierre por ruina.
Amigos, hijos de... y esp¨ªas
Entre los operarios del Campus de la Justicia figuran contratados dos agentes policiales que resultaron salpicados en el llamado caso de los esp¨ªas de Madrid (altos cargos del PP que supuestamente utilizaron a agentes a sus ¨®rdenes para espiar a otros pol¨ªticos del mismo partido, entre ellos al ex vicealcalde de Madrid Manuel Cobo o al ex consejero de Justicia Alfredo Prada).
Tambi¨¦n hubo apellidos ilustres. Por ejemplo, un hijo del ex ministro de Rajoy y actual comisario europeo Miguel Arias Ca?ete. Junto a su hijo fue contratada C. M., hija de un exsocio del despacho que tuvo Ca?ete. Ella era secretaria del Consejo de Administraci¨®n del Campus y ¨¦l, jefe del ¨¢rea financiera.
La expresidenta Aguirre tambi¨¦n tuvo a personas de su confianza y de jugar al golf. A Miguel Gim¨¦nez de C¨®rdoba, que fue director gerente del Campus, con un salario bruto mensual de 8.519,47 euros.
Prada, que hoy es presidente de la Comisi¨®n de Justicia del PP en el Congreso, era el consejero de Justicia cuando naci¨® el Campus. Seis de los empleados eran personas vinculadas a ¨¦l. El Campus pod¨ªa contratar sin necesidad de hacer ex¨¢menes.
La sociedad fue extinguida en julio del a?o pasado tras nueve a?os de funcionamiento. EL PA?S destap¨® ayer que el Campus de la Justicia, ideado y pregonado por la expresidenta Esperanza Aguirre, ha desperdiciado 105 de los 130 millones de euros que le inyect¨® desde 2005 el Gobierno de Madrid. A estas alturas el patrimonio neto de la firma se ci?e a un secarral de 400.000 metros cuadrados situado entre el aeropuerto de Barajas y el recinto ferial del IFEMA, sobre ¨¦l emerge un ¨²nico edificio, el que iba a ser el Instituto de Medicina Legal, cuyas obras costaron 22 millones, que hoy est¨¢ tasado en 17,5 y cuyo deterioro es tal que necesitar¨ªa al menos otro cinco para funcionar.
Contratos indefinidos
El dinero p¨²blico despilfarrado (la megaciudad judicial no se ha levantado) se ha ido por todos lados. Desde fastuosas presentaciones millonarias de colocaci¨®n de primeras y segundas piedras o proyectos de cientos de miles de euros que nunca vieron la luz, hasta maquetas que costaron cada una casi un mill¨®n de euros y que ahora ven pasar el tiempo en un s¨®tano de la Consejer¨ªa de Justicia de Madrid. Campus de la Justicia fue constituida ex profeso en 2005 para gestionar la construcci¨®n de una Ciudad Judicial que iba a ser la mayor del mundo. El fallido proyecto consist¨ªa en aglutinar en Valdebebas todos los juzgados de la capital, que a¨²n siguen dispersos en casi una veintena de sedes (el Gobierno regional paga 39,8 millones de euros anuales en alquileres).
Uno de los cap¨ªtulos que han contribuido al despilfarro del dinero p¨²blico del Campus fue el de los empleados. Bajo el mando de sucesivos consejos de administraci¨®n que presidieron, por este orden, los consejeros Alfredo Prada, Francisco Granados y Salvador Victoria, llegaron a sumar hasta 20 n¨®minas.
¡°Apenas hab¨ªa curritos, casi todos eran jefes sin tropa a la que mandar, pero con sueldo de jefe¡±, se?alan fuentes cercanas al extinto Campus, que recuerdan los viajes por medio planeta que organiz¨® el Campus por orden de la Comunidad para presentar ¡°un proyecto que ha sido una ruina para todos¡±. Hasta lleg¨® a anunciarse el proyecto en el Washington Post con un coste de 12.000 euros.
S¨®lo hab¨ªa un administrativo y un recepcionista. Tambi¨¦n hab¨ªa una secretaria, pero esta lo era del Consejo de Administraci¨®n, integrado por altos cargos pol¨ªticos del Gobierno regional. A todos se les hicieron contratos indefinidos.
El Campus coloc¨® su primera oficina en un lujoso edificio alquilado de la calle Miguel ?ngel. ¡°El despliegue de comilonas y plazas de garaje gratis era tremendo, y todo hab¨ªa que pagarlo", se?alan fuentes del Campus. Luego, los operarios, cada vez menos porque no hab¨ªa ninguna actividad, se trasladaron a otro edificio de la calle Ribera del Loira. Finalmente, acab¨® en la sede de la Consejer¨ªa de Justicia.
Un ejemplo de que los operarios del Campus no escatimaban recursos es, por ejemplo, que dispon¨ªan de una gestor¨ªa que cobraba un dineral por cada gesti¨®n, cuyo tiempo cronometraba en minutos. Por el hecho de recibir un fax del Campus, o una llamada telef¨®nica, o revisar un papel, percib¨ªa entre 33 y 90 euros. Por asistir a una reuni¨®n del Campus, 500 euros. Y por una mera consulta, algo m¨¢s de 90.
investigacion@elpais.es
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