El proceso est¨¢ pendiente del desarme y la disoluci¨®n de la banda
Cuatro a?os despu¨¦s del cese definitivo del terrorismo queda pendiente el desarme y la disoluci¨®n de una ETA ya inactiva
Cuatro a?os despu¨¦s del cese definitivo del terrorismo queda pendiente el desarme y la disoluci¨®n de una ETA ya inactiva y con una estructura m¨ªnima, cuya misi¨®n es precisamente el desarme. Tras la detenci¨®n en Francia el pasado 22 de septiembre de David Pla e Iratxe Sorzabal, los jefes de la banda encargados del desarme, ETA difundi¨® un comunicado en el que confirmaba su voluntad de culminar el sellado de zulos tras las pr¨®ximas elecciones, con un nuevo Gobierno receptivo a verificarlo.
Tanto el Comit¨¦ Internacional de Verificaci¨®n, coordinado por Ram Manikalingam, como el Ejecutivo vasco se comprometen a verificar el desarme a condici¨®n de que sea unilateral, incondicional y completo, no a plazos, y conf¨ªan en que el Gobierno que salga de las urnas del 20-D abandone el rechazo a dicha verificaci¨®n que ha mantenido el presidente Mariano Rajoy. El PSOE est¨¢ a la expectativa, acogido a su doctrina de no abrir debates con el Gobierno del PP en pol¨ªtica antiterrorista.
El lehendakari, I?igo Urkullu, ha intentado, sin ¨¦xito, en estos cuatro a?os convencer a Rajoy de que su Gobierno participe en la verificaci¨®n del desarme para garantizar una disoluci¨®n ordenada. Lejos de atender esa petici¨®n, Rajoy logr¨® hace dos a?os la expulsi¨®n de Noruega de los interlocutores de la banda para el desarme y recientemente la detenci¨®n de los dos citados en Francia.
Desaparici¨®n de la sigla
El Gobierno vasco sigue apostando por un desarme verificado y ordenado que garantice la disoluci¨®n de ETA y de su sigla sin contrapartidas, que conlleve la renuncia a ser agente pol¨ªtico y que ceda a Sortu la interlocuci¨®n con el Ejecutivo. ¡°La presencia de los Gobiernos no es para negociar nada con ETA, sino para garantizar el desarme¡±, insiste el Gabinete aut¨®nomo. Teme que si no se realiza as¨ª puede quedar armamento descontrolado y grupos dispersos que pueden apropiarse de la sigla y mantener en su nombre alguna actividad. Hay un precedente en el IRA irland¨¦s.
La segunda gran cuesti¨®n es la de los casi medio centenar de presos. Cuatro a?os despu¨¦s, la direcci¨®n del colectivo les sigue prohibiendo que asuman la reinserci¨®n individual y acogerse a la mejora de sus condiciones, sin que Sortu se enfrente a ese veto. Tampoco el Gobierno ha dado pasos para su reinserci¨®n.
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