?Qui¨¦n ha cantado bingo?
Rajoy convierte la entrevista de TVE en un ejercicio de propaganda num¨¦rica eludiendo los errores de la legislatura
![Mariano Rajoy durante la entrevista que le ha realizado este lunes la periodista Ana Blanco en TVE, en Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/I5RPBV4WYWDT4WOZWBY6FVXBCY.jpg?auth=856adda374a82f4a7abb9bc2e199b69e36d64350c14487abf6e44588ec8b73ce&width=414)
Acelerado y triunfalista, Mariano Rajoy parec¨ªa esta noche una m¨¢quina registradora o un animador del bingo. No pueden decirse m¨¢s n¨²meros en menos tiempo ni pueden amontonarse tantas medias verdades, aunque el esfuerzo de pedagog¨ªa se resinti¨® de un error en el embri¨®n mismo de la entrevista: ¡°El rival de Rajoy soy yo mismo¡±.
Lo demostr¨® delante de Ana Blanco en una mutaci¨®n de registrador de la propiedad a pelotari. Todas las preguntas que le lanzaba la periodista, las devolv¨ªa el presidente con el mensaje de la econom¨ªa. Cuando ten¨ªa sentido y cuando no lo ten¨ªa, abusando de la propaganda, incurriendo en el ¨¦xtasis de las comparaciones geopol¨ªticas: nuestro sistema de pensiones es mejor que el de China, proclam¨® Rajoy en un alarde de megaloman¨ªa. Incluso dijo que Espa?a es la naci¨®n m¨¢s antigua de Europa, por los siglos de los siglos. Y por la gloria de mi madre, podr¨ªa haber a?adido el l¨ªder popular en este ejercicio de onanismo medi¨¢tico que lo opuso a un falso debate con la ciudadan¨ªa.
Ahora que Rajoy se aviene a romper la cuarta pared y abandonar el plasma, confina en el plasma a los compatriotas. Los encorseta en una voluntariosa pluralidad sociol¨®gica. Se crec¨ªa el pelotari en el muro. Y repet¨ªa hasta agotarse el papel del doctor Rajoy. Emulando al alter ego del v¨ªdeo, insistiendo en el concepto del enfermo espa?ol que ha sido reanimado y que necesita una sobredosis de autoestima. ?Por qu¨¦ debemos castigarnos de manera inmisericorde?, se preguntaba Mariano desde el p¨²lpito.
¡°La gente no las entiende las decisiones dif¨ªciles¡±
Tiene sentido la alegor¨ªa religiosa porque nuestro presidente exhibi¨® una elocuente tonsura y por el color negro-abismo de su traje, aunque el brillo refulgente de los zapatos lo identificaban con un artista de variedades, jugando a su antojo con los n¨²meros, manipul¨¢ndolos con las artes de un trilero, abrumando con ellos cualquier reflexi¨®n seria sobre la corrupci¨®n, la emergencia social y la cat¨¢strofe pol¨ªtica de Catalu?a.
M¨¢s que una entrevista de fin de ¨¦poca, Rajoy parec¨ªa que hab¨ªa ganado las elecciones por mayor¨ªa absoluta, de forma que prometi¨® dos millones de puestos de trabajo en los pr¨®ximos cuatro a?os y se erigi¨® en timonel de una Espa?a irreconocible.
Trat¨® Ana Blanco de ¡°aterrizarlo¡±, procur¨® reclamarle un m¨ªnimo ejercicio de autocr¨ªtica, pero Rajoy persever¨® en el regate y en la evasi¨®n. Degradando incluso la inteligencia de sus compatriotas: ¡°La gente no las entiende las decisiones dif¨ªciles¡±.
Ya nos las explica usted, presidente. Nos las edulcora enjaezando las cifras como las crines de un caballo. Y repitiendo las mentiras hasta hacerlas incuestionables. Que si somos el pa¨ªs de Europa que m¨¢s crece. Que si hemos respetado siempre el d¨¦ficit. Que si el paro juvenil ha bajado. Que si hay m¨¢s contratos indefinidos que en... 2007.
La tergiversaci¨®n y el nerviosismo retrataron a Rajoy en una suerte de histeria num¨¦rica. L¨¢stima que ninguno de los 12 ciudadanos seleccionados y enlatados en este experimento propagand¨ªstico alcanzara a preguntare por qu¨¦ el juez Castro sospecha que la sede del PP, casa madre de los populares, se hubiera remodelado con dinero negro. Una noticia de este lunes para un programa diferido en directo, como dir¨ªa Mar¨ªa Dolores de Cospedal.
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