Declaraci¨®n de insurgencia

La propuesta de resoluci¨®n que las dos formaciones independentistas presentaron el martes en el Parlament pone de manifiesto, por si alguien lo dudaba, que el proceso catal¨¢n de independencia expr¨¦s nada tiene que ver con los modelos de secesi¨®n del mundo civilizado, a los que a menudo se dice seguir. Y no solo porque Espa?a no es Canad¨¢ ni Gran Breta?a, como gusta repetir a los soberanistas, sino porque Catalu?a no es Quebec ni Escocia.

En ninguna de estas dos naciones, que tambi¨¦n anhelan la independencia, se entender¨ªa que su Parlamento aprobara una declaraci¨®n instando al Gobierno a desobedecer la Constituci¨®n y al Tribunal Constitucional del Estado, del que se pretende una ¡°desconexi¨®n democr¨¢tica¡± sin m¨¢s legitimaci¨®n que una mayor¨ªa absoluta de esca?os, pero sin una mayor¨ªa de votos, en contra de lo que afirma el primer punto de la resoluci¨®n.

La propuesta de Junts pel S¨ª y la CUP no es una m¨¢s de las 11 que el Parlament ha adoptado desde 1980 sobre el derecho de autodeterminaci¨®n, y deja carente de sentido la Declaraci¨®n de soberan¨ªa y del derecho a decidir del pueblo de Catalu?a, de enero de 2013, anulada parcialmente por el Tribunal Constitucional en su sentencia 42/2014. Ahora ya no se invoca a ese derecho inexistente, el invento pol¨ªtico que ha ocupado el centro del discurso pol¨ªtico soberanista, sino que se declara ¡°solemnemente¡± el inicio de ¡°un proceso de creaci¨®n del Estado catal¨¢n independiente en forma de rep¨²blica¡±, y la apertura de un ¡°proceso constituyente¡± a fin de ¡°preparar las bases de la futura Constituci¨®n catalana¡±.

Se sigue as¨ª la hoja de ruta aprobada en marzo de 2015 por Converg¨¨ncia Democr¨¤tica (CDC), Esquerra Republicana (ERC), la Asamblea Nacional Catalana (ANC), ?mnium Cultural y la Asociaci¨®n de Municipios por la Independencia (AMI), que ya preve¨ªa una declaraci¨®n inicial ¡°como anuncio e inicio del proceso hacia la proclamaci¨®n de un nuevo Estado¡± y la elaboraci¨®n de un proyecto de texto constitucional en el plazo de 10 meses. Un camino que ya entonces parec¨ªa delirante.

Si nada lo impide, el Parlament aprobar¨¢ en sesi¨®n solemne una resoluci¨®n declarando que la Constituci¨®n espa?ola ya no est¨¢ vigente en Catalu?a, y de ah¨ª que no tenga sentido su impugnaci¨®n ante el Tribunal Constitucional, al que adem¨¢s se considera ¡°deslegitimado¡±. El proceso abandonar¨¢ as¨ª definitivamente el mundo del derecho, al que hasta ahora ha intentado soslayar con astucias, para adentrarse en el mundo prejur¨ªdico, el de la soberan¨ªa y el poder constituyente. Se aparta de los valores de la Uni¨®n Europea, y se aleja del constitucionalismo como invento ilustrado para controlar jur¨ªdicamente al poder pol¨ªtico.

Ni legitimidad democr¨¢tica ni Estado de derecho. La propuesta de resoluci¨®n no es una declaraci¨®n unilateral de independencia, es una declaraci¨®n de insurgencia que sit¨²a al proceso fuera del mundo civilizado.

Enric Fossas Espadaler es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.