La primicia de Europa Press
El periodista de Europa Press que dio la noticia de la muerte de Franco narra esos momentos
Eran las 4.58 del 20 de noviembre de 1975. En la redacci¨®n de Europa Press, s¨®lo est¨¢bamos el jefe de teletipos, Jos¨¦ Luis Blanco, y yo como redactor jefe de guardia. Nos intercambi¨¢bamos en silencio unas miradas que reflejaban temor, tensi¨®n e incertidumbre. Acab¨¢bamos de transmitir la noticia: "Franco ha muerto. Franco ha muerto. Franco ha muerto". Todav¨ªa en plena dictadura, con los medios de comunicaci¨®n bajo un f¨¦rreo control oficial, dar por muerto al dictador sin pasar por la censura previa pod¨ªa tener graves consecuencias para la agencia y para nosotros mismos. Por eso, no me sorprendi¨® que Blanco se resistiera de entrada a presionar el bot¨®n de salida de la vieja Siemens, pero lo hizo finalmente y all¨ª est¨¢bamos esperando las consecuencias.
S¨®lo el repiqueteo del teletipo y la convicci¨®n de haber logrado la primicia en buena ley nos distra¨ªa un poco. Tras la difusi¨®n, yo hab¨ªa ordenado la transmisi¨®n de varias informaciones que ten¨ªamos ya listas sobre el ordenamiento legal previsto para la ocasi¨®n. Semanas antes hab¨ªamos difundido la interminable biograf¨ªa de Franco preparada desde hac¨ªa a?os, que estuvo pinchada durante meses en el techo de la redacci¨®n para su peri¨®dica actualizaci¨®n.
Con los medios de comunicaci¨®n bajo un f¨¦rreo control oficial, dar por muerto al dictador sin pasar por la censura previa pod¨ªa tener graves consecuencias
Dos acontecimientos de signo contrario nos sacaron del ensimismamiento. El teletipo rojo de la Direcci¨®n General de Prensa, el organismo del Ministerio de Informaci¨®n y Turismo que se encargaba de controlar y censurar a la prensa, transmiti¨® poco despu¨¦s de las cinco de la ma?ana una larga nota bajo el t¨ªtulo "Su excelencia el Jefe del Estado, General¨ªsimo Francisco Franco Bahamonde, ha entrado en la recta final de su existencia". Casi al mismo tiempo, recib¨ª la primera e impagable llamada reconfortante. Era Antonio Petit, redactor jefe de La Gaceta del Norte, de Bilbao. "Compa?ero, tranquilo, enhorabuena, lo acaba de pasar la agencia oficial (entonces Cifra, servicio nacional de Efe). Les hab¨¦is sacado unos buenos minutos de diferencia", me dijo.
Ah¨ª empezaron las felicitaciones, el bloqueo de una centralita que el telefonista, Clemente Sanz, gestionaba a duras penas tras una noche agotadora. Pero la alegr¨ªa dur¨® poco. El director general de Prensa exigi¨® hablar conmigo: "Te vas a tragar el teletipo, Mart¨ªn. Todo eso que has pasado es pura mentira. El Caudillo sigue vivo, como decimos en nuestro teletipo oficial, que es el que t¨² tienes que seguir", me espet¨®. Le respond¨ª que la noticia estaba contrastada. "Te vas a enterar. Te tragar¨¢s el teletipo", repet¨ªa sin escuchar nada.
Tambi¨¦n llam¨® Juan Garc¨ªa Carr¨¦s, presidente del Sindicato de Actividades Diversas, devoto de Franco y amigo del entonces director de la agencia, Antonio Herrero Losada. Eran sobre las 5.05 y fue el primer personaje del r¨¦gimen que llamaba para reclamar informaci¨®n. Le cont¨¦ lo que sab¨ªamos. Respondi¨® primero con un largo silencio y luego con sollozos incontenibles: "No puede ser. No puede ser. Es imposible que Franco muera as¨ª. Esto es una tragedia".
?C¨®mo lleg¨® la noticia perseguida por todo el mundo? En el hospital madrile?o de La Paz, decenas de periodistas pasaban las noches de guardia a la caza de cualquier indicio que indicara el final de aquella cruel agon¨ªa del dictador, entubado en una habitaci¨®n de la planta tercera. Nuestro compa?ero Mariano Gonz¨¢lez nos dio la primera alarma hacia las 23.00 del d¨ªa 19. Mariano hab¨ªa detectado la inesperada presencia de personas relevantes de la familia Franco y de las casas civil y militar del Jefe del Estado. A lo largo de casi seis horas, movilizamos todo el abanico de fuentes de informaci¨®n. Algunos respondieron con evasivas, otros con pistas, otros con elocuentes se?ales y, finalmente, dos con la confirmaci¨®n definitiva que nos dio total garant¨ªa de lo que acababa de ocurrir.
Fue entonces cuando orden¨¦ a Blanco que soltara la bomba informativa. La f¨®rmula del "Franco ha muerto" repetida tres veces ya la hab¨ªamos pactado con la aquiescencia de Antonio Herrero Losada y Leopoldo Fern¨¢ndez Cabeza de Vaca, entonces redactor jefe de la agencia. En realidad, estaba preparada desde un a?o antes, cuando Franco fue hospitalizado por una tromboflebitis tratada por el endocrino Vicente Pozuelo Escudero, miembro despu¨¦s del denominado "equipo m¨¦dico habitual" que firmaba los partes en las ¨²ltimas semanas del dictador. Elegimos la f¨®rmula para remarcar la solidez en la confirmaci¨®n de la noticia y destacar su car¨¢cter de primicia exclusiva de la agencia.
Ya avanzada la ma?ana, sal¨ª a la calle y... tuve la sensaci¨®n de que inaugur¨¢bamos otro pa¨ªs.
Marcelino Mart¨ªn Arrosagaray fue el periodista que difundi¨® la muerte de Franco a trav¨¦s de la agencia Europa Press.
Art¨ªculo publicado por primera vez en EL PA?S el 30? aniversario del 20N.
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