Si no el amor, el espanto
Soberanistas y no soberanistas terminan por coincidir en que as¨ª no se deben hacer las cosas
Artur Mas y los que le apoyan han optado por dejarse de sutilezas y tirar por el camino de en medio. El riesgo de tomar atajos ¡ªcon incomprensible prisa, dada la magnitud del empe?o¡ª es que queden prendidos en las zarzas del camino filamentos importantes del propio equipaje. Por ejemplo, y no es poca cosa, el apoyo ciudadano a Mas: en este momento, el 71% de los catalanes no desea que vuelva a presidir la Generalitat. Adem¨¢s, son m¨¢s numerosos (51% frente a 42%) los catalanes que no est¨¢n de acuerdo con la propuesta presentada al Parlament, y los que piensan que esta no refleja fielmente la voluntad mayoritaria ciudadana, tal y como se expres¨® hace un mes (53% frente a 41%).
En realidad, soberanistas y no soberanistas terminan por coincidir en que as¨ª no se deben hacer las cosas, y que una propuesta como la registrada en el Parlament deber¨ªa haber estado precedida de un refer¨¦ndum plenamente legal, directo y claro: opina as¨ª ni m¨¢s ni menos que el 80%. La necesidad ¡ªe incluso la inevitabilidad¡ª de este refer¨¦ndum, debidamente negociado, ha acabado por ser aceptada por todos los electorados catalanes: incluso por la mitad de los propios votantes del PP catal¨¢n. En esto la coincidencia ya es masiva. Incluso empieza a ser mayoritaria en el conjunto de Espa?a.
La ciudadan¨ªa catalana lleva meses reclamando reformas, negociaci¨®n y entendimiento
?Qu¨¦ pasar¨ªa con un refer¨¦ndum organizado con todas las garant¨ªas oportunas? Los datos actuales coinciden ¡ªincluso refuerzan¡ª con lo que sondeos anteriores de Metroscopia llevan reflejando desde hace tiempo: perder¨ªa el secesionismo, sobre todo si quedara fuera de dudas y ambig¨¹edades que la independencia conllevar¨ªa la salida de la Uni¨®n Europea; y de forma m¨¢s rotunda a¨²n si se ofreciera una alternativa intermedia a la independencia o al actual statu quo.
La ciudadan¨ªa catalana lleva meses ¡ªsondeo tras sondeo¡ª reclamando reformas, negociaci¨®n y entendimiento. La actual deriva soberanista resulta instrumentalmente ¨²til para ventear agravios y malestares, para permitir inflamados vivas a lo que cada cual pueda desear; pero, a poco que se serene el ¨¢nimo, hoy por hoy no parece llevar a lugar razonable alguno, por mucho que se acelere.
La salida al actual impasse no requiere que soberanistas y no soberanistas renuncien a sus creencias ni que, por fuerza, tengan de pronto que tenerse afecto. Basta con que se respeten y con que ¡ªpor decirlo con palabras borgianas¡ª si no consiguen que les una el amor, al menos logren que les una el espanto: el espanto ante una sociedad fratricidamente partida en dos como la que estamos, entre todos, a punto de crear.?
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