Sin rastro de la apostas¨ªa
Ni la Iglesia ni las instituciones p¨²blicas tienen informaci¨®n sobre cu¨¢nta gente se da de baja del catolicismo
Luc¨ªa (nombre ficticio) ha sobrepasado ya el medio siglo y, aunque su decisi¨®n estaba meditada desde hace varios lustros, ha sido ahora cuando se ha decidido a apostatar. ¡°Cre¨ªa que iba a ser muy complicado, que no te dejan, que hay que hacer muchos tr¨¢mites. Incluso en una ¨¦poca dec¨ªan que hab¨ªa que reunir a tu familia en una iglesia y hacerlo p¨²blico all¨ª en una ceremonia a la que pod¨ªa acudir cualquiera. Eso echa para atr¨¢s, piensas que no merece la pena tanto l¨ªo¡±, cuenta Luc¨ªa.
Puede que en alg¨²n momento o en alg¨²n lugar fuera as¨ª, pero los tr¨¢mites son bastante m¨¢s sencillos. Internet es una buena herramienta a la hora de averiguar qu¨¦ hacer y c¨®mo. Basta buscar ¡°apostatar en Espa?a¡± para que varias entradas detallen los pasos a seguir en el procedimiento.
En 1971 no hab¨ªa apenas tecnolog¨ªa, pero la pol¨ªtica socialista Amparo Rubiales apostat¨® ¡°sin problemas¡±. Era el requisito imprescindible para que pudiera casarse solo por lo civil en la Espa?a franquista y ultra cat¨®lica. Al contrario que lo que indica Luc¨ªa, Rubiales cree que la Iglesia no pon¨ªa entonces trabas para apostatar. ¡°Era m¨¢s el miedo social que las dificultades que te pon¨ªa la Iglesia. A m¨ª, ninguna. Pero la gente no daba el paso porque era muy duro afrontar eso en la familia, en la sociedad. Es el mismo miedo social que hace que no haya m¨¢s gente que apostate hoy d¨ªa¡±, afirma la exvicepresidenta del Congreso.
"Es el miedo social el que hace que la gente no apostate m¨¢s", afirma la socialista Amparo Rubiales, que lo hizo en 1971 para casarse por lo civil
Juan Vera, de 34 a?os y licenciado en Traducci¨®n e Interpretaci¨®n, es el impulsor de apostatar.org, una web donde recabar informaci¨®n sobre el proceso y entrar en contacto con las personas que tienen la misma intenci¨®n. ¡°M¨¢s o menos se puede apostatar sin problema en casi todo el Estado. Insisto, m¨¢s o menos. Algunas di¨®cesis, como Ciudad Real o Castell¨®n, siguen siendo el farolillo rojo de la apostas¨ªa, pero Valencia por ejemplo ha pasado de denegar sistem¨¢ticamente todas las solicitudes a aceptarlas desde hace unos meses sin mayor problema. As¨ª se desprende de las experiencias que han enviado algunos valencianos a la web en 2015. De todas formas, la postura oficial de la Iglesia sigue siendo un misterio, ya que apenas mencionan p¨²blicamente el tema. Imagino que forma parte de su actitud de "cuanto menos se hable de esto, mejor". En muy pocas di¨®cesis te informan abiertamente sobre ello y, si lo hacen, es porque preguntas. Pr¨¢cticamente ninguna publica informaci¨®n motu proprio a d¨ªa de hoy¡±, explica. ¡°La Iglesia ni te va a facilitar nada, no va a perder sus privilegios, pero se puede y uno debe ser coherente con su laicidad y ocuparse y preocuparse¡±, apostilla Amparo Rubiales.
¡°La apostas¨ªa debe ser un acto civil¡±, reclama el madrile?o Luis Vega, presidente de AMAL (Asociaci¨®n Madrile?a de Ateos y Librepensadores) desde su fundaci¨®n, en 2008. Tambi¨¦n es vicepresidente de la federaci¨®n nacional UAL (Uni¨®n de Ateos y Librepensadores), que preside Albert Riba, de Ateus de Catalunya. ¡°Cualquier ciudadano y de forma gratuita debe ir a un registro civil y darse de baja, simplemente con su DNI y la voluntad de hacerlo. Ninguna intervenci¨®n ni dilaci¨®n por parte de las iglesias¡±, dice.
No hay informaci¨®n oficial, ni tampoco cifras. ¡°Datos de ap¨®statas no hay¡±, dicen escuetamente desde la Conferencia Episcopal. Tambi¨¦n aseguran que ¡°no existe un censo de personas cat¨®licas ni de otras religiones¡± y remiten a las encuestas del CIS, cuyo bar¨®metro de julio de 2015 refleja que el 70,6% de los espa?oles se confiesa cat¨®lico; el 15,1% no creyente; ateo, el 9,7%, y practicantes de otra religi¨®n, el 2,3%. Sin embargo, la propia p¨¢gina web de la Conferencia Episcopal aporta el n¨²mero de personas bautizadas en Espa?a: 34.496.250. ¡°No hay cifras de ning¨²n tipo sobre ap¨®statas, ni por parte del Estado ni de la Iglesia. ?Las tienen en realidad? Como con tantos otros aspectos de la Iglesia Cat¨®lica, podr¨ªa ser, pero no se sabe a ciencia cierta¡±, recalca Juan Vera, que remite al n¨²mero de visitas, comentarios y experiencias recibidas en apostatar.org como dato orientativo: ¡°No paran de aumentar mes a mes, se cuentan por miles¡±.
"M¨¢s o menos ahora se puede realizar el tr¨¢mite en toda Espa?a sin grandes problemas", dice el responsable de la web apostatar.org
¡°Apostatar es un acto personal. Muchos ateos consideran que c¨®mo no tiene ning¨²n fin pr¨¢ctico, les basta con su decisi¨®n personal y no dan el paso¡±, dice Luis Vela. ¡°Hay que decir que la Iglesia no te borra de sus archivos y no dice p¨²blicamente cuantos ap¨®statas lo consiguen anualmente. Sus ingresos no dependen del n¨²mero de afiliados, aunque algunas veces se indique eso. Est¨¢n definidos en los presupuestos del Estado (unos 12.000 millones de euros) en el 0,7% de los que ponen la cruz en el casillero (aproximadamente un 30% y algo m¨¢s de 250 millones) y subvenciones de ayuntamientos, comunidades y privados¡±, explica el presidente de AMAL.
C?MO APOSTATAR
La primera recomendaci¨®n de las webs para iniciar el proceso es simple: tener paciencia y seguir los puntos. Eso hizo Luc¨ªa, a quien Internet le abri¨® las puertas para realizar algo que llevaba d¨¦cadas queriendo hacer. Lo primero es pedir la partida de bautismo (no confundir con un volante, ya que este no sirve), en la di¨®cesis a la que pertenece la iglesia donde se celebr¨® el rito (Internet tambi¨¦n ayuda a saber a qu¨¦ di¨®cesis se pertenece). Con una salvedad, para los nacidos antes de 1965 el bautismo se inscrib¨ªa en la parroquia correspondiente al domicilio de los padres, independientemente de d¨®nde fueran bautizados. Ese fue el caso de Luc¨ªa, que naci¨® en un distrito de Madrid, pero sus padres viv¨ªan en otro, donde fue inscrita como cat¨®lica. ¡°Las webs te indican que digas que necesitas la partida de bautismo para casarte, porque as¨ª no te ponen pegas y te evitas la charla de alg¨²n p¨¢rroco, o incluso la negativa a proporcion¨¢rtela para eso¡±, explica. Ella habl¨® de matrimonio y no tuvo problemas. Obtuvo el documento, previo pago de ocho euros. Si hubiera querido que se la enviaran por correo, habr¨ªa tenido que pagar algo m¨¢s, en torno a los 20 euros, seg¨²n las p¨¢ginas consultadas.
Segundo paso, a¨²n m¨¢s sencillo que el anterior, compulsar una fotocopia del DNI. Un tr¨¢mite que resuelven en el momento en cualquier comisar¨ªa y gratis. Con los dos documentos, ya solo queda un tercero para tener toda la documentaci¨®n que pide la Iglesia para darse de baja. Las webs sobre apostas¨ªa incluyen un enlace para descargarse un formulario que hay que rellenar, en el que se detallan unas causas por las que se pide la apostas¨ªa, adem¨¢s de describir en qu¨¦ consiste esta, y se aportan fundamentos de derecho. El que se descarg¨® Luc¨ªa ten¨ªa cuatro p¨¢ginas.
Con ello se dirigi¨® al Arzobispado de Madrid, en la Catedral de la Almudena, e hizo entrega de los papeles. Es conveniente llevar una fotocopia de todo para que la sellen, por si acaso. ¡°Me dijeron que me enviaban una contestaci¨®n por correo, que yo esperaba que fuera la apostas¨ªa. Pasaban las semanas y no llegaba. Llam¨¦ varias veces al Arzobispado y me dec¨ªan que ya hab¨ªa salido la carta. Cuando hab¨ªan pasado tres semanas reconocieron que era demasiado tiempo y que me tendr¨ªa que haber llegado¡±, relata Luc¨ªa. Unos d¨ªas despu¨¦s, y tras una nueva llamada de ella, le explicaron que hab¨ªan puesto mal la direcci¨®n y que se la volv¨ªan a enviar. Esta vez s¨ª lleg¨®. ¡°Imagino que es una t¨¢ctica, que no la enviaron al principio, a ver si desist¨ªa, si lo dejaba pasar. Pero para m¨ª era importante¡±, dice Luc¨ªa.
¡°La apostas¨ªa debe ser un acto civil¡±, reclama el presidente de AMAL (Asociaci¨®n Madrile?a de Ateos y Librepensadores)
Sin embargo, la respuesta que lleg¨® no era la esperada. Una carta del arzobispo acusaba recibo de la documentaci¨®n y le explicaba las ¡°terribles¡± consecuencias de la apostas¨ªa: exclusi¨®n de los sacramentos; privaci¨®n de las exequias eclesi¨¢sticas (¡°a no ser que antes de la muerte se hubiera dado alguna se?al de arrepentimiento¡±); exclusi¨®n del encargo de padrinazgo para el bautismo y la confirmaci¨®n, y necesidad de una licencia en el caso de que se quiera contraer matrimonio cat¨®lico. La carta conclu¨ªa afirmando que la Iglesia la acoger¨¢ con los brazos abiertos si se arrepent¨ªa en el futuro.
Adem¨¢s, inclu¨ªa un nuevo formulario de renuncia, este de una sola hoja. ¡°B¨¢sicamente resum¨ªa lo mismo que ya hab¨ªa entregado desarrollado en cuatro folios. Pero hab¨ªa que volver a repetir el tr¨¢mite con su formulario. Quieren desanimarte con tantos vericuetos¡±, cree Luc¨ªa. Este formulario tiene que estar firmado por un notario o por el p¨¢rroco del lugar donde vive la demandante. ¡°Si me quiero dar de baja de la Iglesia es de imaginar que mi relaci¨®n con el p¨¢rroco y con la parroquia es nula. Volv¨ª a ir al Arzobispado, ya que ellos tienen un notario eclesi¨¢stico, que firma la carta junto al arzobispo. Soy muy cabezota¡±.
Lo siguiente es esperar la carta con la apostas¨ªa propiamente dicha, por la que tambi¨¦n tuvo que hacer una nueva llamada de tel¨¦fono reclam¨¢ndola ya que se retras¨® un par de semanas. ¡°Y luego comprobar que, como aseguraba el arzobispo en su misiva, este hecho se consignar¨¢ en mi partida de bautismo, para que no sea utilizada mi adscripci¨®n a la Iglesia cat¨®lica en ning¨²n tipo de listado, fichero o base de datos de la instituci¨®n¡±, indica Luc¨ªa, que sabe que a¨²n le espera un largo camino hasta que vea esa anotaci¨®n en su partida de bautismo.
TODO TIPO DE BARRERAS
Juan Vera apostat¨® en 2013, en la di¨®cesis de Cartagena, a d¨®nde envi¨® toda la documentaci¨®n por correo. ¡°Me pidieron que fuera en persona a terminar el tr¨¢mite y as¨ª lo hice. No tuve problema alguno hasta que el delegado del obispo para apostas¨ªas me pregunt¨® por qu¨¦ lo hac¨ªa mientras le¨ªamos y firm¨¢bamos mi declaraci¨®n de abandono. Al decirle que estaba en desacuerdo con casi todos los preceptos excluyentes de la Iglesia, tuve que aguantar un chaparr¨®n de burradas hom¨®fobas y mis¨®ginas que prefiero no repetir. Sal¨ª de all¨ª tan cabreado que decid¨ª hacer algo al respecto para que la informaci¨®n sobre apostatar fuera m¨¢s accesible. Una semana despu¨¦s Apostatar.org ya estaba en marcha¡±, recuerda Vera.
¡°Ponen todo tipo de barreras¡±, asegura Luis Vela. ¡°Yo he apostatado dos veces y no s¨¦ si estoy inscrito. Hubo un tiempo que apoy¨¢ndonos en la Ley de Protecci¨®n de Datos se pod¨ªa apostatar con relativa facilidad¡±, relata. ¡°Entre 2006 y 2011 se produjo una batalla judicial entre la Iglesia y la Agencia Espa?ola de Protecci¨®n de Datos (AEPD) que los obispos ganaron definitivamente¡±, dice Juan Vera. El Tribunal Supremo sentenci¨® en 2008 que los libros bautismales no son un listado que pueda modificarse voluntariamente por los interesados y, aunque la AEPD recurri¨® al Constitucional, este no admiti¨® el recurso. Por tanto, Protecci¨®n de Datos queda al margen de la apostas¨ªa, acata la sentencia y ha declinado pronunciarse sobre ello.
¡°No hay legislaci¨®n que proteja al ciudadano para poder desvincularse del culto cat¨®lico, m¨¢s bien al contrario. Si la Iglesia tuviera un registro de fieles ser¨ªa mucho m¨¢s f¨¢cil darse de baja, pero entonces ver¨ªamos a mucha gente apostatando en masa y eso no les conviene¡±, afirma el director de apostatar.org. ¡°En otros pa¨ªses es tan f¨¢cil como hacerlo por Internet, como es el caso de Finlandia, o ir a una oficina municipal y rellenar un impreso, como en Alemania. Esto es as¨ª porque all¨ª la afiliaci¨®n religiosa est¨¢ unida de forma directa al pago de impuestos. Una vez te das de baja, dejas de pagarles impuestos directos, aunque sigue habiendo aportaciones del Estado a la Iglesia Cat¨®lica¡±.
?Es un tab¨² a¨²n hablar de apostas¨ªa? ¡°Quiz¨¢ s¨ª, ya que estamos en un pa¨ªs hist¨®ricamente cat¨®lico, pero eso est¨¢ cambiando a marchas forzadas y cada vez se habla m¨¢s del tema¡±, asegura Juan Vera, que cree que no hay m¨¢s gente que apostata ¡°por falta de informaci¨®n sobre c¨®mo hacerlo, o porque ni siquiera saben que existe la posibilidad de dejar de ser cat¨®lico¡±.
Luis Vela es rotundo: ¡°En este momento todas las encuestas indican que los ciudadanos est¨¢n mucho m¨¢s dispuestos en ir a una sociedad laica que los partidos. En temas como la laicidad, el aborto, la eutanasia, los matrimonios del mismo sexo, la no inclusi¨®n de adoctrinamiento en las escuelas, la sociedad es mayoritaria en su aceptaci¨®n, en algunos casos entre los mismos cat¨®licos¡±. Por ello, su asociaci¨®n promover¨¢ en diciembre realizar una declaraci¨®n ante notario de la intenci¨®n de darse de baja del listado de la Iglesia. ¡°Esto, junto a un escrito, lo presentaremos ante el Ministerio de Justicia, pidiendo la regulaci¨®n civil de este tr¨¢mite¡±, concreta.
Juan Vera hace de su defensa de la apostas¨ªa una bandera. ¡°Claro que lo digo, ?no hay nada de qu¨¦ avergonzarse! La gente pregunta con curiosidad sobre el tr¨¢mite, algunos ni saben que es posible hacerlo. Pero la reacci¨®n general es ¡®me pondr¨¦ las pilas y lo har¨¦ yo tambi¨¦n¡¯. Mi familia me felicit¨® por ser coherente con mis creencias¡±, comenta. Sin embargo, Luc¨ªa se esconde tras un nombre ficticio a pesar de estar muy segura del paso tomado. ¡°Mi familia es muy religiosa. S¨¦ que les dar¨ªa un disgusto tremendo a mis t¨ªos, que son ya muy mayores y a los que estoy muy unida. Y no veo la necesidad de herir a los que quiero. Cuando mueran, ser¨¢ distinto¡±, explica.
¡°Adem¨¢s de la coherencia del acto con las creencias de cada uno, apostatar es importante porque supone la posibilidad de abandonar un grupo religioso que, por una raz¨®n o por otra, no te representa. Es importante porque es en s¨ª un acto democr¨¢tico¡±, asegura Juan Vera. ¡°Implica tratar a la Iglesia como a un colectivo m¨¢s del que te puedes salir, como de cualquier asociaci¨®n en otros ¨¢mbitos de la vida diaria. La gente debe saber que tiene derecho a apostatar¡±.
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