Todos contra Pedro S¨¢nchez
El l¨ªder del PSOE sabe que ser¨¢ blanco de cr¨ªticas pero no se pondr¨¢ a la defensiva
Pedro S¨¢nchez representa a un partido, el PSOE, que suscita simpat¨ªa en una amplia capa de la sociedad espa?ola, o mejor, que no despierta rechazo y animadversi¨®n, seg¨²n detectan los estudios de opini¨®n cualitativos. Otra cosa es que le quieran votar. Pedro S¨¢nchez llega al debate que organiza ma?ana EL PA?S a partir de las 21.00 con esa convicci¨®n, y de ah¨ª el af¨¢n de situarse como el representante de una opci¨®n para la mayor¨ªa de la sociedad: desde el centro a la izquierda. No lo tendr¨¢ f¨¢cil. Sus dos adversarios llegan con el ¨¢nimo de pescar en ese caladero; los dos necesitan el espacio que S¨¢nchez reivindica para los socialistas. Todos contra ¨¦l; tambi¨¦n ser¨ªa as¨ª si hubiera acudido a la cita el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
No va a ser un debate sencillo para S¨¢nchez. Tendr¨¢ frente a ¨¦l a dos adversarios que no le van a reconocer ninguna capacidad de representar un tiempo nuevo en la pol¨ªtica espa?ola. El l¨ªder socialista tratar¨¢ de no situarse en una posici¨®n defensiva. Se presentar¨¢ como un ¡°joven pol¨ªtico¡± que lleva al frente de un partido centenario apenas quince meses y que durante ese tiempo ha removido las estructuras de la organizaci¨®n ¡ªdentro de lo posible al tratarse de un partido federal con fuerte poder de los barones¡ª con medidas dr¨¢sticas contra la corrupci¨®n y con normas internas con un rigorismo para muchos excesivo. Se presentar¨¢ como un ¡°pol¨ªtico limpio¡±, dispuesto a tomar medidas en el ¨¢mbito econ¨®mico, social y de regeneraci¨®n.
Se presentar¨¢ tambi¨¦n como representante de un partido, que a pesar de los ¡°errores cometidos¡± ¡ªseg¨²n reconocer¨¢¡ª ha sido el adalid, desde la recuperaci¨®n de la democracia en Espa?a, de las reformas m¨¢s trascendentes del pa¨ªs. La catarata de logros del pasado y de proyectos de futuro ser¨¢n el santo y se?a de Pedro S¨¢nchez ante unos contrincantes de los que espera que le nieguen el pan y la sal. ?l tambi¨¦n les discutir¨¢ su capacidad de representar al electorado progresista ¡ª¡°a las clases medias y trabajadoras¡±¡ª porque su ideario y sus propuestas o son ¡°muy conservadoras¡±, en el caso de Albert Rivera, o son ¡°irrealizables¡±, en el de Pablo Iglesias. Le atacar¨¢n por todos los flancos. Su confianza est¨¢ en la fuerza de su perfil personal y en la potencia de la bandera socialdem¨®crata.
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