Ech¨¢ndole coraje, partidita de domin¨® y banco en el parque
Los populares dise?an una campa?a para su l¨ªder con gran presencia en el mundo rural olvidado por Ciudadanos
Mariano Rajoy se concedi¨® el martes una jornada climatol¨®gicamente fr¨ªa pero pol¨ªticamente emocionante, llena de autoconcesiones. Un par¨¦ntesis en el estr¨¦s de todo candidato. El l¨ªder del PP y presidente del Gobierno se permiti¨® uno de esos d¨ªas con c¨®modos actos pol¨ªticos de partido, en el territorio amigo de la Espa?a rural que tanto quiere cuidar ahora para contraponer las modernidades de Ciudadanos, con compa?eros de toda la vida, y rememorando episodios que le gusta recordar. Empez¨® la jornada en la vallisoletana Olmedo (3.800 habitantes) cuando el term¨®metro marcaba tres grados bajo cero. El mitin a mediod¨ªa estaba programado en la plaza, al exterior, con sillas de pl¨¢stico que se hab¨ªan escarchado. Baj¨® del coche en traje y le conminaron a que se pertrechara el abrigo. Aguant¨® el acto y solt¨® el discurso.
Luego entr¨® a saludar a los ancianos del Hogar del Jubilado. All¨ª se sent¨® en una partida nada improvisada de domin¨® contra la pareja formada por Gregorio Santiago, comerciante, de 70 a?os, y Jacinto Arranz, de 71, exjefe de recursos humanos durante 42 a?os de la azucarera local. Dos simpatizantes del PP muy antag¨®nicos. Jacinto reconoc¨ªa tras batir 2-0 y ¡°sin bajarse del autob¨²s¡± a Rajoy que el l¨ªder del PP deb¨ªa haberse marchado y dejar paso a otros dirigentes m¨¢s j¨®venes y menos marcados por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que han manchado al partido estos a?os. No es que no le guste Rajoy: es que cree que deber¨ªa haber renovado m¨¢s la lista, ya que le motiva m¨¢s ahora Albert Rivera y Ciudadanos, el partido al que piensa votar tras apoyar tantos a?os a los populares. Gregorio entiende las quejas de su amigo y compa?ero de fichas, pero tiene recelos: ¡°Si ganan cualquiera de los otros, nos pueden mandar todos al jard¨ªn de Fausto¡±, en alusi¨®n al cementerio pol¨ªtico de todo el pa¨ªs.
Tras una comida campechana en Tordesillas, la comitiva de Rajoy se dirigi¨® a Benavente (Zamora). Lleg¨® al Parador y se encamin¨® en sus aleda?os al parque de la Mota. Rajoy quer¨ªa refrescar su pasado y conjurar el futuro.
Hace nueve a?os, en 2006 y en v¨ªsperas de unas elecciones locales, el entonces l¨ªder del PP en la oposici¨®n se present¨® en Benavente para arropar a la lista municipal que encabezaba Juan D¨²o y que luego gan¨®. Dio una vuelta por el centro de la ciudad, de 19.000 habitantes, y se cruz¨® en su camino una marcha de UGT a favor de un hospital comarcal. Le dieron toda una serenata de protestas. Intentaron boicotear su visita a la iglesia de Santa Mar¨ªa. Rajoy se acerc¨® entonces a los jardines de la Mota y ante la aglomeraci¨®n de transe¨²ntes se subi¨® a un banco de madera e improvis¨® un mitin sin megafon¨ªa.
El martes reedit¨® ese momento. Lleg¨® al mismo parque, se hizo hueco entre los cientos de partidarios, se encaram¨® al banco y al mitin, esta vez ya con buen despliegue de sonido. Pese al fr¨ªo, dijo sentir mucho calor y emoci¨®n. Luego se dio un paseo por el centro y se par¨® en una jugueter¨ªa para recoger unos regalos para sus chavales.
El discurso del mitin fue muy parecido al matinal en Olmedo, con un fr¨ªo intenso y sin demasiadas entonaciones. Un simpatizante se sinti¨® impelido a reclamar m¨¢s ¨¢nimo y le espet¨® a voz en grito: ¡°!Ech¨¢ndole huevos!¡±. El presidente acert¨® a replicar: ¡°Esa es la clave de la jugada, poniendo determinaci¨®n y coraje, porque la ¨²nica batalla perdida es la que no se da: Vamos a ganar¡±.
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