?Whisky para todos?
Iglesias sintetiza la cuesti¨®n territorial en ¡°derecho a decidir y que voten los catalanes¡±
¡°Derecho a decidir y que voten los catalanes¡±. Pablo Iglesias ha sintetizado en esa f¨®rmula la posici¨®n de su partido respecto a la cuesti¨®n territorial en general y la catalana en particular. Est¨¢ por la unidad pero piensa que la condici¨®n para que se mantenga es que se admita la posibilidad de que las comunidades que lo deseen puedan separarse. Del caf¨¦ para todos al whisky para todos. En esto no conecta con la opini¨®n mayoritaria. Seg¨²n el CIS, solo el 9,4% de los espa?oles est¨¢ a favor de ¡°un Estado en el que se reconociese a las comunidades aut¨®nomas la posibilidad de convertirse en Estados independientes¡±. Ning¨²n partido que aspire a gobernar Espa?a podr¨¢ ignorar ese dato.
Seg¨²n el CEO (el CIS catal¨¢n) el 58,8% de quienes votaron el 27-S a la coalici¨®n que integraba a Podemos son partidarios de ¡°un Estado dentro de una Espa?a federal¡±: 10 puntos m¨¢s que hace un a?o. Los que prefieren un Estado auton¨®mico se mantienen en torno al 25-30%, y los independentistas bajar¨ªan del 19,5 % al 10,6%. Hay por tanto entre los votantes de Podemos una ampl¨ªsima mayor¨ªa (m¨¢s del 80%) a favor de una f¨®rmula auton¨®mica o federal, que son dos variantes de lo mismo. ?C¨®mo encajan en ese cuadro el ¡°refer¨¦ndum sobre la independencia acordado con el Estado¡± que plantea Podemos en Catalu?a? Malamente, pues deja fuera del ¨¢mbito de la consulta la opci¨®n mayoritaria entre sus propios votantes. Y si es un refer¨¦ndum acordado, no podr¨¢ ser sobre la independencia, sino sobre el acuerdo, que seguramente se situar¨ªa en un punto intermedio entre las opciones en liza.
El refer¨¦ndum no es por s¨ª mismo una propuesta alternativa de relaci¨®n con Espa?a, sino un procedimiento de legitimaci¨®n de lo pactado. La apelaci¨®n a esa votaci¨®n no dispensa de la obligaci¨®n de justificar el fin perseguido. Ser¨¢ preciso demostrar que los agravios invocados (fiscales, por ejemplo) son tan graves que no dejan otra salida que la secesi¨®n.
No es dif¨ªcil compartir la idea de Iglesias de que la superaci¨®n de la crisis catalana requerir¨¢ en alg¨²n momento que los catalanes voten; ellos solos, pero con la condici¨®n de que el conjunto de los espa?oles disponga de la oportunidad de hacerlo previamente sobre la reforma constitucional que servir¨¢ de marco a la del Estatut. No ser¨ªa l¨®gico que sobre esta ¨²ltima debieran decidir tambi¨¦n todos los espa?oles.
El derecho a decidir, eufemismo para referirse a la autodeterminaci¨®n sin los condicionantes que implica, se ha convertido en el im¨¢n del nacionalismo para atraer votos no independentistas pero susceptibles de ser sumados a estos como opuestos a la autonom¨ªa. Podemos deber¨ªa salir al paso de esa tergiversaci¨®n, pero inercias del pasado que vinculan radicalismo social con desestabilizaci¨®n del marco pol¨ªtico les hace sentirse m¨¢s c¨®modos integrados en la marea soberanista dominante en Catalu?a. Con el riesgo de que, a la vista del peso creciente de la cuesti¨®n catalana en la pol¨ªtica espa?ola, en el resto de Espa?a les d¨¦ la espalda la mayor¨ªa antisecesionista que reflejan los sondeos.
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