La brecha

Los comicios del 20-D est¨¢n marcados por la apertura de una doble brecha generacional. En el sistema de partidos, que se ha desdoblado en dos bloques de edad: la nueva pol¨ªtica juvenil de Ciudadanos y Podemos contra la ya envejecida del PP, PSOE, IU, etc. Y al abrir las urnas sabremos si tambi¨¦n se ha abierto una escisi¨®n en la sociedad: la que opone a los nacidos tras la Transici¨®n (un tercio del electorado), a los que alcanz¨® la crisis cuando todav¨ªa no se hab¨ªan integrado y por eso se indignan contra un statu quoque les excluye, frente a sus mayores, que ya hab¨ªan adquirido su estatus definitivo cuando estall¨® la crisis y han sabido adaptarse a ella con relativa comodidad.

La brecha ciudadana se absorber¨¢ conforme se vayan integrando las cohortes m¨¢s recientes. Pero quiz¨¢ no suceda lo mismo con la brecha pol¨ªtica, pues es probable que la fragmentaci¨®n del sistema de partidos haya venido para quedarse. De momento, ya ha dividido por la mitad a cada una de las opciones ideol¨®gicas. As¨ª, Ciudadanos es la nueva versi¨®n juvenil del viejo PP, del que ha heredado su liberalismo privatizador y su rechazo a la ¡°ideolog¨ªa¡± de g¨¦nero (anatema para los conservadores). De igual modo, Podemos es la versi¨®n juvenil de la vieja IU y el viejo PC, del que ha heredado su lema eurocomunista del ¡°compromiso hist¨®rico¡±. Y solo el PSOE mantiene unidas sus dos alas: la vieja guardia capitaneada por Susana D¨ªaz y los j¨®venes appar¨¢tchiki de Pedro S¨¢nchez, que dan la cara por los dem¨¢s para que sus adversarios se la rompan en Internet.

Esta brecha pol¨ªtica entre partidos caducos y emergentes es el nuevo eje de confrontaci¨®n bipolar que sustituye a la polarizaci¨®n anterior entre derecha e izquierda o arriba y abajo. Y se da la paradoja de que puede aparecer un nuevo bipartidismo emergente en sustituci¨®n del denostado bipartidismo anterior. Pues si bien hay cuatro opciones casi empatadas en las encuestas (PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos), a la hora de la verdad tendr¨¢n que pactar entre ellas para poder gobernar. Y aqu¨ª todo son habas contadas, en funci¨®n del reparto de esca?os que arrojen las urnas. En aplicaci¨®n de la ley de Riker (que predice formar con el m¨¢s d¨¦bil la coalici¨®n m¨ªnima capaz de vencer), una de dos: o se impone una coalici¨®n PP-Ciudadanos, o alternativamente otra opuesta PSOE-Ciudadanos con Podemos de posible asociado. De nuevo, bipartidismo imperfecto con Ciudadanos como ¨¢rbitro, por ser la ¨²nica formaci¨®n capaz de pactar con las otras dos. Y de ambas opciones ?cu¨¢l ser¨ªa preferible? Sin duda, la peque?a gran coalici¨®n entre Ciudadanos y PSOE, al ser imposible la aut¨¦ntica grosse Koalition entre PSOE y PP.?