¡®Star Wars¡¯ y la inoportuna llamada de la mesa electoral
Vocales y presidentes de mesa renuncian a planes como ver el nuevo episodio de la saga, 'Star Wars', esquiar o celebrar su cumplea?os
La jornada del domingo ser¨¢ para algunos miembros de las mesas electorales el recuerdo de lo que no hicieron. No fui a esquiar, no celebr¨¦ mi cumplea?os, no fui a ver Star Wars VII. La nueva pel¨ªcula de la saga es un acontecimiento esperado desde hace meses por la granadina Alba Ruiz, estudiante de Turismo de 22 a?os. Star Wars es algo m¨¢s que una pel¨ªcula para toda su familia. Sus padres vieron en el cine la primera trilog¨ªa cuando ella y su hermana a¨²n no hab¨ªan nacido, y en cuanto tuvieron uso de raz¨®n les acompa?aron a ver en la gran pantalla los siguientes episodios y viajaron por la galaxia desde el sof¨¢.
"Desde peque?as nos pon¨ªan las pelis originales en casa y nos hicimos fans", recuerda Alba. Su padre, panadero, trabaja de lunes a s¨¢bado de dos de la madrugada a tres de la tarde y descansa el resto del d¨ªa, lo que deja el domingo como ¨²nica jornada para ir al cine. Por eso, cuando a su madre le notificaron que deb¨ªa ser segunda vocal en una mesa electoral en Motril este domingo, el primero desde el estreno del filme, el sentimiento fue de decepci¨®n. "Somos de ir al cine en familia y es un poco faena porque somos fan¨¢ticos de la saga", cuenta Alba.
El reto ahora es aguantar una semana aislados de toda informaci¨®n sobre la pel¨ªcula. "No quiero saber nada que me pueda estropear la sorpresa. Hasta estar en Twitter es peligroso", dice inquieta. El pr¨®ximo domingo toda la familia recorrer¨¢ los 66 kil¨®metros que separan Motril de Granada para ver la pel¨ªcula ¡ªen 2006 cerr¨® la ¨²ltima sala de cine del municipio¡ª y continuar as¨ª con un ritual que trasciende generaciones.
Os he contado la graciosa historia de que ten¨ªa las entradas de Star Wars para el d¨ªa 20 y me ha tocado ser presidente en la mesa electoral?
— TimoteiS (@TimoteiScrolls) December 13, 2015
Si para la madre de Alba ser¨¢ la primera experiencia en una mesa electoral, en otros casos la reiteraci¨®n es el problema. Cuando el padre de Mario Torija le avis¨® de que la Junta Electoral le hab¨ªa enviado una carta certificada, a Mario no le hizo falta preguntar qu¨¦ hab¨ªa dentro. Su relaci¨®n epistolar compite con la que mantiene con bancos o el¨¦ctricas y cumple ya varios cap¨ªtulos: son las cuartas elecciones en las que exigen sus servicios, y salvo contadas excepciones, la ley no permite negarse a formar parte de una mesa.
Mario, ingeniero de telecomunicaciones madrile?o de 42 a?os, ha sido todo lo que se puede ser en el mundo de las mesas electorales: segundo vocal, vocal y presidente. Dada la imposibilidad de ascender en estas lides, este domingo repite en el puesto de segundo vocal en Villarejo de Salvan¨¦s, un pueblo de poco m¨¢s de 7.000 habitantes situado a 54 kil¨®metros de Alcal¨¢ de Henares, donde vive. "Lo primero que pens¨¦ fue ?otra vez yo? Despu¨¦s me di cuenta de que en esa fecha ten¨ªa planeado un viaje de esqu¨ª con mi mujer y hemos tenido que aplazarlo", lamenta.
La retribuci¨®n para los miembros de las mesas es de 62,61 euros y una reducci¨®n de jornada de cinco horas en el trabajo al d¨ªa siguiente. "Mucha gente valora eso, pero en mi caso pienso en la gente que hay en paro y a la que le vendr¨ªa genial ese dinero. Adem¨¢s, soy aut¨®nomo por lo que al d¨ªa siguiente no puedo permitirme el lujo de estar cinco horas sin trabajar", se?ala. Tras esta nueva llamada, Mario se plantea empadronarse en su actual municipio, aunque reconoce que no lo pasa tan mal durante la votaci¨®n: "Los pol¨ªticos que est¨¢n por all¨ª rondando suelen ayudar llevando los peri¨®dicos, caf¨¦s, churros... Y al final se pasa de forma amena".
600 kil¨®metros m¨¢s al sur, en Oj¨¦n (M¨¢laga), un joven cumplir¨¢ 23 a?os comprobando en un listado que el documento de identidad del votante se corresponde con la persona que porta el sobre y aparece en la lista del colegio electoral. No era el plan inicial de Jos¨¦ Javier Beltr¨¢n, estudiante de psicolog¨ªa en la Universidad de M¨¢laga, que afronta con cierto nerviosismo su rol de segundo vocal. "No sab¨ªa pr¨¢cticamente nada sobre lo que tengo que hacer, pero hemos tenido una charla previa y nos lo han explicado, aunque imagino que me surgir¨¢n dudas conforme avance el d¨ªa", comenta. Responder a las felicitaciones v¨ªa WhatsApp ser¨¢ uno de sus entretenimientos durante las horas de menor afluencia de votantes propias de una localidad con una poblaci¨®n de algo m¨¢s de tres mil habitantes. La celebraci¨®n tendr¨¢ que esperar al final del recuento.
Si Jos¨¦ Javier est¨¢ a punto de acabar la carrera, el burgal¨¦s Lorenzo Mu?oz Hernando la est¨¢ empezando. La llamada de la democracia ha sido prematura para ¨¦l: le informaron de que formar¨ªa parte de una mesa electoral cuando a¨²n no hab¨ªa cumplido los 18 a?os, que ahora ya tiene, y si de momento nunca ha introducido un voto en una urna, en un solo d¨ªa deber¨¢ hacerlo centenares de veces mientras pronuncia la palabra "vota" en su condici¨®n de presidente de mesa. Entre los sufragios a¨²n no sabe si estar¨¢ el suyo. Es uno de los millones de indecisos que no tienen clara su opci¨®n este 20-D.
Su primera experiencia democr¨¢tica no le ha hecho gran ilusi¨®n por razones pr¨¢cticas: tendr¨¢ que desplazarse desde Madrid, donde estudia filosof¨ªa, hasta Burgos, su ciudad natal, donde le toca estar en la mesa. Las cuentas no le salen. "El billete de ida y vuelta me cuesta 40 euros por lo que entre unas cosas y otras no voy a ver el dinero que dan", se queja. A eso se suman tres horas y media en autob¨²s para ir y el mismo tiempo para volver, y elegir entre llegar a su casa en Burgos bien entrada la noche o saltarse la clase de Historia del Mundo Contempor¨¢neo, la ¨²ltima del viernes. El reencuentro con la familia tampoco sirve de argumento. "Ya iba a ir por Navidad".
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