El baj¨®n de Bildu y el cambio vasco

Hace ya tiempo que el l¨ªder de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, advirti¨® a Bildu, desde la c¨¢rcel, del riesgo de que su gesti¨®n municipal autoritaria, sobre todo en Gipuzkoa con la recogida de basuras, donde hab¨ªa arrollado hace cuatro a?os, le pasara factura. As¨ª ha sido. Pero a un nivel que Otegi no habr¨ªa imaginado ni en sus peores sue?os. Bildu, tras un aviso en las municipales de mayo, perdi¨® el domingo el 36% de su electorado y baj¨® de seis a dos esca?os. Ninguna encuesta lo previ¨® como tampoco lo hab¨ªa hecho del ascenso espectacular de Podemos, que ha engullido los 100.000 votos perdidos por Bildu, doblando de 148.000 a 316.000 su resultado de las municipales, lo que le ha hecho el partido m¨¢s votado de Euskadi y segundo en esca?os, 5 contra 6 del PNV. Algo sorprendente.

Los datos del domingo reflejan el cumplimiento del temor de Otegi porque en numerosos municipios d¨®nde gobern¨® Bildu ha sido derrotado por Podemos. Pero este cambio tiene m¨¢s calado. Quienes eligieron a Podemos y abandonaron a Bildu vieron en este un partido viejo. Adem¨¢s de su problema de liderazgo ¡ªsu l¨ªder est¨¢ en prisi¨®n¡ª, Bildu no ha presentando un proyecto social de renovaci¨®n, acorde con los tiempos. Le perjudica su pasada vinculaci¨®n con ETA. No se sale de ese mundo y ha sido incapaz de apostar por un final unilateral de ETA, a la vista de los obst¨¢culos del Gobierno del PP. Y si Bildu ha sido v¨ªctima de su pasado, el PP vasco, con otro resultado desastroso, lo ha sido de su incapacidad de adaptarse a los tiempos sin ETA. Mientras, Ciudadanos no ha conseguido ni un esca?o por su rechazo al Concierto.

El domingo mostr¨® que Euskadi est¨¢ cambiando. Lo advert¨ªa una reciente encuesta del Soci¨®metro del Gobierno vasco al destacar que el independentismo ha ca¨ªdo al 21% en plena efervescencia soberanista catalana y el predominio de las preocupaciones sociales y econ¨®micas. Ha ganado en esca?os el nacionalismo del PNV, alejado del independentismo, y ha superado las expectativas demosc¨®pi-cas el PSE, que ha pactado con ¨¦l la pol¨ªtica social y econ¨®mica. Pero ha ganado en votos Podemos, que ha sabido encarnar lo nuevo, el recambio generacional y, por tanto, capitalizar mejor que Bildu el malestar social contra el Gobierno de Rajoy. Un partido que ni es independentista ni se sit¨²a en el abertzalismo, pero que defiende el ¡°derecho a decidir¡± como f¨®rmula para resolver el conflicto territorial. Intenta superar la divisi¨®n entre nacionalistas y no nacionalistas con un proyecto transversal de renovaci¨®n, que recuerda al fallido intento de la Euskadiko Ezkerra de Bandr¨¦s y Onaindia.

Antes de un a?o habr¨¢ elecciones auton¨®micas en Euskadi, que favorecen a los partidos nacionalistas, y se plantear¨¢ la reforma del Estatuto vasco. Entonces se comprobar¨¢ si Podemos ¡ªcon una evoluci¨®n ideol¨®gica tremenda en tiempo r¨¦cord, sin caras conocidas y con una reciente crisis en Euskadi¡ª es flor de un d¨ªa o es capaz de desarrollar un proyecto pol¨ªtico propio; si consigue lo que Euskadiko Ezkerra no logr¨® o se limita a ser el aliado de Bildu en el Parlamento vasco.