Junqueras, presidente
El l¨ªder de ERC se erige en timonel de la nueva fase aglutinando la izquierda social y el derecho de autodeterminaci¨®n
Artur Mas se ha convertido en una expresi¨®n posmoderna del incre¨ªble hombre menguante. Su figura ha ido reduci¨¦ndose, caricaturiz¨¢ndose, carboniz¨¢ndose, degrad¨¢ndose, hasta el extremo de confiar su dimensi¨®n prof¨¦tica a la arbitrariedad sentimental de la CUP, cuya ¨²ltima asamblea ha renegado de encubrir con la estelada un partido corrupto, un l¨ªder exhausto, un proceso malogrado.
Malogrado no quiere decir difunto, ni siquiera frustrado. Se trata de forzar las elecciones para acomodar una reencarnaci¨®n que concede a Junqueras un papel determinante. Amortizado Mas, superadas las contradicciones ideol¨®gicas, el l¨ªder de Esquerra se erige en timonel de un nuevo consenso. Que no consiste en la dial¨¦ctica soberanismo-espa?olismo, sino al planteamiento de una izquierda social frente a las fuerzas convencionales y conservadoras. Incluidas entre ¨¦stas ¨²ltimas, la propia Convergencia, de forma que Mas ya no es un aliado, sino un rival agonizante y hasta inofensivo.
Junqueras tiene las simpat¨ªas de la CUP en la ret¨®rica independentista, republicana y hasta recelosa del capitalismo, aprovecha la inercia de ERC -no ofrece duda el resultado de las generales-, puede sondear la implicaci¨®n del PSC en la sensibilidad gen¨¦rica de las izquierdas y conecta con el proyecto de Iglesias/Colau tanto en las cuestiones sociales como en el dogma del refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n.
Se antoja un escenario que ralentiza la v¨ªa directa, inmediata de la desconexi¨®n, pero que propone mayor estabilidad de cuanto desprend¨ªa la alianza contra natura de Junts pel Si y la CUP. Artur Mas quer¨ªa convertirla en un salvoconducto estrictamente personal, aspiraba a que el sue?o de la patria com¨²n desdibujara su negligencia. Incluso cre¨ªa en su ingenuidad que la amenaza de convocar elecciones, el ¨²ltimo y el ¨²nico de sus poderes o superpoderes, forzar¨ªa un acuerdo in extremis.
No se ha producido. Mas ha sido sacrificado por una comuna antisistema. Y no es el ¨²nico proto-presidente neutralizado en la asamblea de la CUP. El otro se llama Pedro S¨¢nchez, v¨ªctima de un efecto mariposa que retrata su delicad¨ªsima posici¨®n maximalista en las arenas movedizas del PSOE: o la Moncloa o nada.
El problema consiste en que la primera hip¨®tesis requiere el impulso expl¨ªcito de Podemos, cada vez menos probable porque el escenario de unas nuevas elecciones en Catalu?a tanto convierte el referendum de autodeterminaci¨®n en un argumento prioritario de Iglesias y Colau como aleja, por id¨¦nticas razones, cualquier atisbo de acuerdo de investidura de Pedro S¨¢nchez en el escenario de Madrid.
Condescendiente, arrogante, Iglesias se ofrec¨ªa ayer a ayudar al PSOE. M¨¢s en concreto, se ofrec¨ªa a ayudar a hundirlo, percibiendo con instinto de depredador que la divisi¨®n de los socialistas convierte a Podemos en una fuerza pol¨ªtica hegem¨®nica a la que convienen las elecciones anticipadas en Catalu?a... y en Espa?a.
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