Costa negocia d¨ªa a d¨ªa el pacto con la izquierda que le permite gobernar

El acuerdo del Partido Socialista (PS) portugu¨¦s con las fuerzas pol¨ªticas a su izquierda es tan sui g¨¦neris que ni se llama as¨ª. Tampoco hubo una fotograf¨ªa conjunta de todas las fuerzas para refrendar el d¨ªa hist¨®rico. Y ese pacto tampoco impide que los comunistas presenten en el Parlamento sus propias propuestas, aunque sean rechazadas por sus mismos socios del Gobierno. El l¨ªder del PSOE, Pedro S¨¢nchez, viaja este jueves a Portugal para conocer de primera mano c¨®mo gobierna una coalici¨®n de izquierdas en ese pa¨ªs. Ciudadanos ya ha adelantado que rechaza un pacto a la portuguesa, que el l¨ªder de Izquierda Unida, Alberto Garz¨®n, ve deseable.

Al contrario que en Portugal, en Espa?a la agregaci¨®n de las izquierdas no da mayor¨ªa absoluta. La suma de PSOE (90 diputados), Podemos y sus marcas territoriales (69) e IU (dos) da 161 diputados, lejos de los 176 que marca la mayor¨ªa absoluta. Para llegar, necesitar¨ªa a los independentistas de izquierda de ERC (9) y Bildu (2), lo que dificulta el pacto hasta el extremo. En Portugal, para alcanzar la mayor¨ªa parlamentaria de 116 votos la izquierda ten¨ªa que sumar los 86 diputados del Partido Socialista, los 19 de Bloco de Esquerda y los 17 del PC.

La hoja de ruta de Ant¨®nio Costa para lograr ser primer ministro y aunar a toda la izquierda portuguesa se bas¨® en el olvido de las rencillas anteriores, sobre todo en la campa?a electoral, y en conseguir el objetivo final olvid¨¢ndose de los obst¨¢culos intermedios. Solo para comprender la dificultad de las negociaciones a tres bandas basta decir que jam¨¢s hubo una reuni¨®n conjunta, ni una foto p¨²blica, ni una declaraci¨®n conjunta p¨²blica. El acuerdo del PS, firmado separadamente con el Partido Comunista (PC), los Verdes y Bloco lleva el intrincado nombre de Posici¨®n conjunta sobre situaci¨®n pol¨ªtica, y en sus p¨¢ginas jam¨¢s aparecen las palabras acuerdo o pacto.

En este tiempo de Gobierno minoritario socialista, con apoyo parlamentario de PC y Bloco, no ha habido conflictos en los temas sociales. Se revoc¨® la reforma de ley del aborto aprobada en la ¨²ltima sesi¨®n de la anterior legislatura, se ha aprobado la adopci¨®n de ni?os por matrimonios homosexuales, se han eliminado ex¨¢menes a alumnos y profesores o se han repuesto cuatro fiestas (dos laicas y dos religiosas).

Las fricciones aparecen con los recortes salariales o de impuestos. Mientras los socialistas se daban un plazo de dos a?os, el PC y Bloco quer¨ªan que en 2016 se eliminara una sobretasa sobre el IRPF. Al final, se elimina a las rentas m¨¢s bajas y al resto se escalona la reducci¨®n. Lo mismo ocurri¨® con el aumento del salario m¨ªnimo: el PC quiere que salte ya de los actuales 405 euros a los 600, pero el PS ya lo tiene aprobado a 530 euros para este a?o, aunque promete subirlo a 600 al final de legislatura.

Las diferencias en el gasto p¨²blico se dirimen en reuniones t¨¦cnicas bilaterales, dentro y fuera del Parlamento, con el fin de que no se plasmen en iniciativas legislativas, que dar¨ªan lugar a votaciones contradictorias de cada uno de los firmantes del pacto.

El problema del cuatripartido salta cuando surge un imprevisto, algo que no se contemplaba en los programas electorales respectivos. Pese a que el nuevo Ejecutivo portugu¨¦s lleva menos de dos meses en el tajo, ya le ha surgido uno (y bien gordo): la intervenci¨®n en un banco.

El 1 de enero entraban en vigor nuevas normas europeas sobre la responsabilidad de accionistas y depositantes en el caso de bancos en dificultades. El Estado ten¨ªa el 61% del Banif, un banco que ya se sab¨ªa que estaba en dificultades hasta el punto de que se hab¨ªan presentado hasta seis planes de restructuraci¨®n sin que ninguno de ellos saliera adelante. Con la fecha l¨ªmite pr¨®xima, el Gobierno decidi¨® venderle al Santander el Banif por 150 millones de euros, adem¨¢s de inyectar en el saneamiento del banco m¨¢s de 3.000 millones.

La soluci¨®n dada por el Gobierno socialista fue llevada a votaci¨®n en el Parlamento. Sus socios comunistas y bloquistas votaron en contra, pero el Gobierno salv¨® la venta gracias al apoyo de los diputados de centroderecha del PSD.

En el aire flotan otros futuros problemas, como la venta del Novo Banco, y la m¨¢xima del PC, que no ha variado pese al acuerdo con el PS: "Si no hay dinero para rescatar a las personas, menos debe haberlo para rescatar bancos".