El testigo dice que la autora confesa del crimen de Carrasco ¡°iba tranquila¡±

El polic¨ªa nacional jubilado Pedro Mielgo Silv¨¢n, que propici¨® la detenci¨®n de dos de las acusadas del asesinato en mayo de 2014 de la entonces presidenta de la Diputaci¨®n de Le¨®n, Isabel Carrasco, ha asegurado este jueves ante el tribunal que juzga el crimen que pens¨® que le iban a dar un tiro.

Mielgo y su esposa, quienes presenciaron el asesinato, han asegurado que la autora confesa, Montserrat Gonz¨¢lez, se arrodill¨® sobre la v¨ªctima tras el primer disparo y, acto seguido, la remat¨® en la cabeza de otros tres casi a ca?¨®n tocante. En ese momento, ha dicho el Mielgo, Gonz¨¢lez se levant¨®, se tap¨® con un pa?uelo, cogi¨® la pistola con la mano y se meti¨® la mano en el bolso, empu?ando el rev¨®lver, del que se ve¨ªa la culata. "Iba tranquila", ha afirmado.

El entonces agente fuera de servicio ha explicado que momentos antes del crimen, el 12 de mayo de ese a?o, se cruz¨® en la pasarela sobre el r¨ªo Bernesga con la v¨ªctima, una mujer rubia, a quien ¨¦l no reconoci¨®, aunque su mujer, con quien iba en ese momento, le coment¨® que se trataba de alguna pol¨ªtica porque la hab¨ªa visto en televisi¨®n en alguna ocasi¨®n.

A pocos metros de ella, iba una segunda mujer, seg¨²n ha precisado, "demasiado pegado a ella", a quien el matrimonio identific¨® inicialmente como su escolta. En ese momento, el polic¨ªa se qued¨® de espaldas a ambas mujeres y fue entonces cuando escuch¨® "un ruido, como un petardo", que le hizo darse la vuelta. "La se?ora rubia se estaba como cayendo hacia adelante, como si estuviese r¨ªgida, hasta que se cay¨® del todo".

Disparos a "cuatro o cinco cent¨ªmetros"

El polic¨ªa ha afirmado que cuando la v¨ªctima estaba en el suelo, la otra mujer, a quien ha identificado como Montserrat Gonz¨¢lez, se agach¨® con la pistola sobre el cuerpo y "a muy pocos cent¨ªmetros volvi¨® a disparar, a unos cuatro o cinco cent¨ªmetros" y efectu¨® tres disparos m¨¢s.

Tambi¨¦n ha dado su declaraci¨®n la mujer de Mielgo, Elena Morandeira, presente en el momento de los disparos, pero no durante el seguimiento. El primer disparo s¨®lo lo escuch¨®, pero vio los otros tres, uno de ellos fallido, ha explicado. Despu¨¦s de escuchar el primer disparo, ha agregado que vio a Gonz¨¢lez ponerse a la altura de la cabeza de la v¨ªctima y doblar las rodillas sobre ella. "Vimos que empu?aba algo, una cosa plateada y le peg¨® tres tiros. Del ¨²ltimo tiro sali¨® humo y a la persona que estaba en el suelo le rebot¨® la cabeza hacia atr¨¢s".

Fue a partir de ese momento cuando el testigo comenz¨® a seguir a la asesina confesa, a la que, seg¨²n ha precisado, en momento alguno vio arrojar el bolso con el arma homicida en un garaje, ubicado en la calle Lucas de Tuy, contrariamente a lo sostenido por la propia acusada.

El polic¨ªa ha reiterado que desde el tiroteo en la pasarela sobre el r¨ªo Bernesga hasta la calle Col¨®n "no la perdi¨® de vista en ning¨²n momento" y que ella, "desde que mir¨® una vez para atr¨¢s a ver si la segu¨ªan, no hizo ninguna parada" y no "dej¨® nada".

"Nunca tir¨® el arma"

"Mientras que no la perd¨ª de vista llevaba el bolso y la mano metida en ¨¦l. Estoy seguro de que llevaba el arma. Nunca la tir¨®", ha precisado Mielgo. Ha reconocido, sin embargo, que despu¨¦s s¨ª perdi¨® de vista durante "tres o cuatro minutos" a Gonz¨¢lez, pero fue algo que ocurri¨® despu¨¦s de donde, seg¨²n la versi¨®n de ella, se hab¨ªa deshecho del arma.

Pasados esos minutos, el polic¨ªa jubilado, en el momento de los hechos fuera de servicio y con dedicaci¨®n parcial, volvi¨® a encontrar a Gonz¨¢lez en Gran V¨ªa San Marcos, ya cuando se encontraba en el interior del coche de su hija Triana a punto de huir.

Este jueves adem¨¢s han declarado dos agentes de Polic¨ªa Local, que fueron los primeros en localizar a Gonz¨¢lez y a su hija tras el crimen. Han relatado c¨®mo fue el momento en el que dos testigos presenciales del crimen, uno de ellos Mielgo, les alertaron qui¨¦n era la persona que hab¨ªa efectuado los disparos sobre la pasarela del r¨ªo Bernesga al grito de "?asesina, asesina!" y "?es ¨¦sta, es ¨¦sta!", al mismo tiempo que se?alaban el veh¨ªculo en el que se encontraba Gonz¨¢lez. Los polic¨ªas han precisado, adem¨¢s, que uno de los testigos les aconsej¨® que tuvieran cuidado porque "estaba armada".