Los 100 a?os ya no son una barrera

El d¨ªa que cumpli¨® 100 a?os, el poeta chileno Nicanor Parra atribuy¨® su longevidad a un baile tradicional: "Es por la cueca que todav¨ªa estoy aqu¨ª". La extreme?a Mar¨ªa Antonia N¨²?ez, hija y cuidadora de Francisco N¨²?ez, el hombre m¨¢s longevo de Espa?a con 111 a?os, lo achaca al entorno y a su actitud: "siempre ha trabajado en el campo y su car¨¢cter ha hecho mucho". Ciriaca Gonz¨¢lez, de 107 a?os, tiene otra f¨®rmula "soy hija del trabajo y no me he casado".

Los argumentos de los protagonistas para explicar esta inusual extensi¨®n de la vida son casi tan numerosos como las personas que superan los 100 a?os. En Espa?a son 14.487 seg¨²n los datos del ¨²ltimo padr¨®n del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), m¨¢s del doble que en el a?o 2000.

La ciencia tiene sus propias razones para explicarlo: "Una vez tienes la carga gen¨¦tica adecuada, las condiciones de vida saludables ¡ªdieta, ejercicio f¨ªsico, relaciones sociales o no contaminaci¨®n entre otras¡ª determinan que la persona sea centenaria", dice Consuelo Borr¨¢s, fisi¨®loga de la Universidad de Valencia, que ha realizado diversos estudios acerca de c¨®mo influye la gen¨¦tica en la longevidad.

La evoluci¨®n del n¨²mero de centenarios espa?oles es la imagen de una curva ascendente cuyo techo est¨¢ lejos de alcanzarse. Si hoy equivalen a la poblaci¨®n de la localidad vasca de Azpeitia, las estimaciones del INE indican que en 2029 los habitantes de la ficticia ciudad de los centenarios superar¨¢n a los de Soria, con 46.480 personas, y en menos de medio siglo a los de Bilbao, con 372.775 en 2064.

"El n¨²mero de personas que llega a 100 a?os depende de cu¨¢ntos nacieron y su esperanza de vida: la generaci¨®n de 1929 vivi¨® una crisis econ¨®mica y sufrieron de adolescentes la Guerra Civil, pero los nacidos en 1964, que tendr¨¢n 100 a?os en 2064, son parte del baby boom espa?ol, una de las generaciones m¨¢s numerosas de la historia, y gozan, pasados los 50 a?os, de una esperanza de vida creciente. A 1 de enero de 2015 eran m¨¢s de 700.000, por lo que el INE supone que la mitad vivir¨¢ otros 50 a?os m¨¢s", se?ala Pau Miret,?investigador del Centro de Estudios Demogr¨¢ficos de Barcelona.

M¨¢s all¨¢ de predicciones futuras, la realidad actual ya muestra que el n¨²mero de espa?oles que llega a los tres d¨ªgitos crece en torno al 10% cada a?o, un ritmo que se acelerar¨¢ gracias a la creciente cantera de potenciales centenarios: en la ¨²ltima d¨¦cada los mayores de 85 a?os han aumentado en medio mill¨®n de personas. Todos ellos elevan la ya alta esperanza de vida espa?ola al nacer, situada en 83,2 a?os seg¨²n la OCDE, solo superada por la de Jap¨®n (83,4 a?os).

Versos a los 107 a?os

Ciriaca Gonz¨¢lez es, a sus 107 a?os, la cuarta persona m¨¢s longeva de la Comunidad de Madrid, en una lista que en Espa?a lidera Ana Mar¨ªa Vela con 114 a?os. Que ambas sean mujeres no es casualidad. El 80% de los centenarios lo son. Cada d¨ªa camina cinco minutos a buen paso hasta el bar Playa, en el barrio de Moratalaz, al sureste de Madrid. Para llegar al local se ayuda de un bast¨®n y del brazo de su sobrino Vicente, de 74 a?os, con el que vive desde hace 20. All¨ª come sopa o arroz, juega a las cartas y rememora tiempos pasados junto a una copa de Rioja.

Ciriaca aprendi¨® a leer "sin papel, pluma ni tinta" escribiendo con un palo sobre la tierra del campo las letras que ve¨ªa en los libros de su padre en su Pinarnegrete natal, en Segovia. Hoy recita versos con una memoria que sorprende a los que la oyen. Del campo pas¨® a las cocinas de los bares, donde trabaj¨® m¨¢s de 40 a?os. En su biograf¨ªa no hay hijos o nietos: eligi¨® la solter¨ªa por "desconfianza" hacia los hombres. Cuando le preguntan si conoce a Pablo Iglesias no tarda un segundo en soltar una frase de admiraci¨®n: "?El padre de los pobres!". Su nombre solo tiene para ella el rostro del fundador del socialismo espa?ol, y cita a Manuel Aza?a como el mejor presidente bajo el que ha vivido. Cuando se proclam¨® la Rep¨²blica, Ciriaca estaba a punto de cumplir 23 a?os.

A comienzos de los a?os 50, rozando la cuarentena y a¨²n lejos de saber que alcanzar¨ªa cotas de longevidad tan poco usuales, el poeta Nicanor Parra escribi¨®: "Algo me dice que la vida no es m¨¢s que una quimera; una ilusi¨®n, un sue?o sin orillas, una peque?a nube pasajera".

Una traves¨ªa con principio y final que se prolongar¨¢, para cada vez m¨¢s espa?oles, por encima de los 100 a?os, y por la que Ciriaca Gonz¨¢lez transita entonando en voz alta versos de El Castigo sin venganza de Lope de Vega, obra en la que interpret¨® a Lucrecia, una criada, con 12 a?os: "Aqu¨ª acaba la tragedia, del castigo sin venganza, que siendo en Italia asombro, hoy es ejemplo en Espa?a", resuenan sus palabras a media tarde con sus ojos mirando sin ver, inmersa en un trance en el que vuelve a ser ni?a por un minuto mientras Conchi, la due?a del local, la observa admirada y unos metros m¨¢s all¨¢ un cliente del peque?o y desierto bar Playa echa unas monedas en una m¨¢quina tragaperras copa en mano.