Alfonso Rus, el hombre que contaba billetes
La detenci¨®n del expresidente de la Diptuaci¨®n de Valencia le pone la l¨¢pida pol¨ªtica
La detenci¨®n este martes de Alfonso Rus ha sido un paso m¨¢s en la ca¨ªda en desgracia del que fuera l¨ªder del Partido Popular en la provincia de Valencia, alcalde de X¨¤tiva y presidente de la Diputaci¨®n valenciana de 2007 a 2015. La imagen de su apresamiento supone su definitiva l¨¢pida pol¨ªtica.
Alfonso Rus (X¨¤tiva, 1950) siempre fue un asunto muy controvertido en su ciudad de origen, donde fue alcalde por el PP entre 1995 y 2015. Prometi¨® llevar la playa a esta ciudad del interior y, a¨²n as¨ª, le votaron. "?Ser¨¢n burros!", se sorprendi¨®. El pasado mes de mayo volvi¨® a ser cabeza de cartel sin el apoyo de su partido, que lo suspendi¨® de militancia tres semanas antes de las elecciones municipales por las grabaciones en las que el tambi¨¦n presidente de la Diputaci¨®n de Valencia contaba dinero de una supuesta mordida. ?l siempre neg¨® que la voz que se le atribu¨ªa fuera la suya.
El esc¨¢ndalo de Imelsa, una empresa de la Diputaci¨®n que contrat¨® supuestos trabajos ficticios con firmas de un hombre de su confianza, Marcos Benavent, y cuyas ramificaciones salpican a exmiembros del Consell, acabaron con su fulgurante carrera. Benavent, que asegur¨® que "iba a salir mierda a punta de pala" y fue el autor de las grabaciones, est¨¢ "colaborando plenamente" con la justicia.
El PP perdi¨® las elecciones en X¨¤tiva, donde pas¨® del 45% de 2011 a contar con menos de la mitad de los apoyos, el 21%, una sangr¨ªa que se tradujo en el paso de 11 a 5 concejales. Rus fue sustituido al frente de la Corporaci¨®n por el joven socialista Roger Cerd¨¤ y present¨® la derrota como una conspiraci¨®n del PP contra ¨¦l. Se apart¨® de la vida p¨²blica y se centr¨® en sus negocios. Su familia empez¨® con una tienda que vend¨ªa productos del hogar, y ¨¦l lo fue ampliando a otros negocios, entre los que se cuentan una f¨¢brica de ata¨²des y una firma de textil denominada Stefano Russini. Seg¨²n indic¨®, no pensaba volver a la pol¨ªtica sino dedicar los meses que le quedaban hasta su jubilaci¨®n a trabajar en sus empresas.
¡°Van a por m¨ª porque soy el n¨²mero uno¡±, aleg¨® Rus ante la presi¨®n del entonces presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, para que dejara el partido y evitar que las grabaciones que realiz¨® Benavent (de quien fue padrino de boda), no deteriorasen a¨²n m¨¢s las funestas expectativas electorales. Rus se hab¨ªa convertido en uno de los principales barones del partido. ¡°El d¨ªa 25 de mayo dir¨¦ de d¨®nde viene el complot hacia m¨ª¡±, advirti¨®, insinuando fuego amigo. Nunca cumpli¨® su amenaza.
Cuando salt¨® a la pol¨ªtica auton¨®mica su cartel era tosco, un ripio de complicado encaje en el pulcro elenco de un partido que le consideraba un estrafalario y chismoso tendero de todo a cien, que buscaba relieve social en el pescante de un Ferrari. El partido le prohibi¨® expresamente que no fuera a dar m¨ªtines con el Ferrari. "Si voy en una furgoneta, creer¨¢n que voy a robarles", adujo. Pese a su falta de glamur, Rus se fue haciendo sitio en la c¨²pula del partido. Su momento lleg¨® cuando la corrupci¨®n descabez¨® el paisaje del partido. Eso mejor¨® el aspecto de Rus. Frente a una Generalitat asfixiada, ¨¦l manten¨ªa la caja de la Diputaci¨®n en n¨²meros negros y pagaba a 30 d¨ªas a los proveedores.
Rus emerg¨ªa como uno de los hitos de una organizaci¨®n que se derrumbaba y su ascensi¨®n era la constataci¨®n del fracaso de Fabra. Pero las grabaciones de su apadrinado, entregadas a la fiscal¨ªa por Esquerra Unida, apuntaban que los lixiviados de la basura en la que se hund¨ªa la nave y los que corr¨ªan por debajo del suelo que pisaba Rus no eran distintos. Lo que m¨¢s inquietaba a sus adversarios era cu¨¢ntas alcantarillas m¨¢s levantar¨ªa en su ca¨ªda. La respuesta est¨¢ en los interrogatorios a los que sea sometido ahora.
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