Felipe Gonz¨¢lez: ¡°Ni el PP ni el PSOE deber¨ªan impedir que el otro gobierne¡±
En un contexto de incertidumbre tras las elecciones generales, el expresidente socialista explica su punto de vista sobre la actual crisis pol¨ªtica y ofrece un marco en el que pueda encontrarse una salida
Como recuerda en esta entrevista, hace 20 a?os que Felipe Gonz¨¢lez sali¨® del Gobierno y 19 desde que abandon¨® la secretar¨ªa general del PSOE. Sin embargo, su influencia dentro de su partido y en la sociedad no solo no ha decrecido en este tiempo, sino que ha aumentado ahora que el pa¨ªs vive la zozobra de una crisis pol¨ªtica de muy dif¨ªcil soluci¨®n y de consecuencias inciertas.
Despu¨¦s de varios d¨ªas en los que su silencio ha sido interpretado de muy diversas maneras y su posici¨®n manipulada en beneficio de intereses particulares ¡ª¡°estoy cansado de que interpreten lo que suponen que pienso o deber¨ªa pensar¡±¡ª, Gonz¨¢lez explica en estas p¨¢ginas su verdadero punto de vista sobre la situaci¨®n actual y ofrece un marco en el que pueda encontrarse una salida.
Para ello, sostiene el expresidente del Gobierno, es preciso que los dos principales partidos del pa¨ªs, el Partido Popular y el PSOE, ambos derrotados en las recientes elecciones, dejen a un lado la preocupaci¨®n por su futuro y antepongan los intereses de Espa?a. Defiende un proyecto reformista que supere el inmovilismo practicado durante estos a?os por Mariano Rajoy y el liquidacionismo que pretende Podemos.
Gonz¨¢lez califica de ¡°irresponsabilidad¡± la decisi¨®n de Rajoy de renunciar a formar Gobierno sin retirarse ni permitir que otro dirigente de su partido lo intente. Tambi¨¦n alerta sobre los riesgos de un pacto del PSOE con Podemos, partido del que afirma que pretende ¡°liquidar el marco democr¨¢tico de convivencia y, de paso, a los socialistas¡±. No defiende ninguna combinaci¨®n precisa para formar Gobierno. Prefiere un Gobierno progresista y reformista, pero admite que es muy dif¨ªcil porque no existe una mayor¨ªa de esa naturaleza en el Parlamento. En todo caso, recomienda que ni el PP ni el PSOE impidan que el otro forme Gobierno si ellos mismos no lo pueden lograr.
Pregunta. ?Considera que la crisis actual puede ser la prueba de que el sistema pol¨ªtico espa?ol ha entrado en crisis?
Respuesta. Hace alg¨²n tiempo que presenta s¨ªntomas de deterioro el sistema surgido de la Transici¨®n y la Constituci¨®n del 78. Despu¨¦s de m¨¢s de tres d¨¦cadas que deben ser calificadas de ¨¦xito hist¨®rico para Espa?a, el sistema necesita reformas y cambios regeneracionistas. Pero las actitudes inmovilistas y las liquidacionistas estrechan el margen para propuestas de reforma que son cada vez m¨¢s necesarias.
La crisis financiera y sus terribles consecuencias econ¨®micas y sociales han acelerado la sensaci¨®n de que hacen falta cambios. Muchos ciudadanos ven en peligro los derechos que consideran adquiridos, en sanidad o educaci¨®n, por ejemplo. Pero tambi¨¦n han sufrido un ajuste basado en el paro, la devaluaci¨®n salarial, la precarizaci¨®n del empleo y la consiguiente p¨¦rdida de dignidad del trabajo. Ahora, en la fr¨¢gil recuperaci¨®n, los ciudadanos siguen viendo que las desigualdades no se corrigen. La sensaci¨®n de agotamiento aumenta con la serie permanente de casos de corrupci¨®n, tanto los que est¨¢n llegando a la justicia como los que aparecen sin cesar.
La crisis aumenta de tama?o por la aparici¨®n del secesionismo, que plantea un desaf¨ªo para una Espa?a que ha sido un espacio p¨²blico compartido durante 500 a?os. La propia Uni¨®n Europea se ha equivocado en el enfoque de esta crisis que nos afecta a todos, y Espa?a es cada vez menos relevante en las decisiones de la Uni¨®n.
¡°No tendr¨ªan que negar la posibilidad de un Gobierno si no pueden hacerlo ellos¡±
As¨ª que, en efecto, vivimos una especie de final de ciclo, sin que se abra paso un proyecto reformista imprescindible para Espa?a. En los a?os ochenta sab¨ªamos d¨®nde est¨¢bamos y qu¨¦ quer¨ªamos ser, pero, como otras veces en la historia, parece que nos hemos salido de la ruta y no sabemos ni a d¨®nde vamos ni qui¨¦nes somos. Falta un proyecto reformista para Espa?a.
P. ?Por qu¨¦ entonces ha sido el PP el partido m¨¢s votado?
R. Eso es un hecho, porque la concentraci¨®n de voto de la derecha en torno al PP ha sido mayor que los votos en el espacio de la izquierda. Hemos pasado a lo que he dicho en otras ocasiones: un Parlamento a la italiana, pero sin italianos para manejarlo. Pero lo relevante es que el PP no ha sido capaz de leer el resultado como lo que es: una derrota. No solo por perder casi 60 diputados, sino porque est¨¢ siendo rechazado por los dem¨¢s partidos. O sea, porque la mayor¨ªa del Parlamento es muy cr¨ªtica con la gesti¨®n del Gobierno y su comportamiento en estos a?os.
Es notable que es muy fuerte el rechazo a Rajoy, que no ha querido ni quiere asumir responsabilidades como dirigente del PP y del Gobierno. Igual de fuerte es el rechazo a Pablo Iglesias por la reacci¨®n que inspira su pol¨ªtica liquidacionista. Pero ninguno de los dos quiere interpretarlo as¨ª.
P. ?Y el Partido Socialista? Pedro S¨¢nchez apareci¨® la noche electoral celebrando un resultado que valor¨® como ¡°hist¨®rico¡±. ?Ha sabido el Partido Socialista interpretar el resultado?
R. Creo que esa lectura err¨®nea de los resultados afecta tambi¨¦n al Partido Socialista, que ha sufrido una derrota clara en las urnas y deber¨ªa haber considerado la voluntad de los ciudadanos.
¡°Quiero que Espa?a tenga Gobierno. Yo prefiero que sea progresista y reformista¡±
Adem¨¢s, se est¨¢ confundiendo la idea de que en un eje de izquierda y derecha hay m¨¢s votos en la izquierda, como ha ocurrido casi siempre. De esa noci¨®n se deriva, sin m¨¢s, que se dan posibilidades de Gobierno de izquierda mayores de las que hay en la realidad, no solo en la aritm¨¦tica parlamentaria, sino en las necesidades de que haya un Gobierno progresista y reformista, con base suficiente para llevar adelante su tarea.
P. ?Existe una mayor¨ªa progresista en este Parlamento?
R. Ojal¨¢ existiera una mayor¨ªa progresista y reformista, porque esa ser¨ªa la opci¨®n que preferir¨ªa como la mejor para Espa?a. Pero analizando la representaci¨®n parlamentaria no creo que exista. Esto no contradice que tampoco exista una mayor¨ªa conservadora. De ah¨ª la dificultad en la que estamos.
P. ?Le decepciona o le preocupa esa falta de una mayor¨ªa progresista?
R. Lo que m¨¢s me preocupa es la necesidad de un Gobierno para Espa?a basado en un programa que permita que haya reformas en la Constituci¨®n, en el sistema electoral, en educaci¨®n, en sanidad o en relaciones industriales. Pero de esto no est¨¢ hablando nadie. Creo que se habla m¨¢s de votos para la investidura que de votos para desarrollar un programa de Gobierno al servicio de los espa?oles.
Cuando digo esto, no estoy hablando de derogar leyes pasadas sino de propuestas reformistas y de los votos que estas necesitan para salir adelante. En definitiva, creo que los ciudadanos esperan di¨¢logo y acuerdos en este escenario de fuerzas elegidas m¨¢s all¨¢ del bipartidismo imperfecto de las ¨²ltimas d¨¦cadas, que parece claro que ha quedado atr¨¢s.
P. Entonces, ?qui¨¦n debe tratar de formar Gobierno?
R. En principio, el orden l¨®gico es que lo intente la minor¨ªa con m¨¢s votos y representaci¨®n, que es el PP. Pero ese espect¨¢culo montado el viernes pasado en la ronda de consultas del Rey tanto por Iglesias como por Rajoy no es indicativo de que este ¨²ltimo ni su partido est¨¦n tom¨¢ndose en serio su responsabilidad. Esa jugada del candidato del PP, declinando hacerse cargo de la investidura y al mismo tiempo manifestando que no se retira, es de una irresponsabilidad dif¨ªcil de calificar. ?Qu¨¦ pretende? ?Propone que se estrellen otros y ofrecerse ¨¦l despu¨¦s como ¨²nica soluci¨®n? ?Habr¨¢ pensado en las implicaciones que tiene para todas las instituciones este juego? ?Est¨¢ pensando solo en s¨ª mismo, sin tener en cuenta los intereses de Espa?a?
P. Como usted menciona, esos episodios de la investidura se produjeron con el Rey de por medio. ?Cree que esto compromete de alguna forma el papel del Rey?
R. El Rey es un jefe de Estado con la ventaja de que debe obrar con neutralidad respecto a las opciones pol¨ªticas en juego. Esto exige un respeto por parte de los l¨ªderes pol¨ªticos para preservar esa neutralidad en el marco de la Constituci¨®n y las leyes. Por eso me ha preocupado el juego partidista del viernes pasado cuando acab¨® la primera ronda de consultas. Nadie tiene derecho a decirle al jefe del Estado que ni acepta ni se retira, como hizo Rajoy.
¡°La pinza que el PP hizo en Andaluc¨ªa con Podemos no es un ejemplo a imitar¡±
P. Si se confirma esa renuncia de Rajoy, ?es posible un Gobierno progresista liderado por el PSOE?
R. Si tenemos en cuenta la aritm¨¦tica parlamentaria, s¨ª es posible ese Gobierno, pero con enormes dificultades para llevar adelante una tarea de Gobierno reformista y progresista. Obviamente, Pedro S¨¢nchez debe cumplir el mandato de los electores y tambi¨¦n del comit¨¦ federal del Partido Socialista y debe intentarlo si fracasa el candidato del PP, sea o no Rajoy.
Para hacerlo tiene que hablar con todos, ya que eso es el di¨¢logo, y dejar claro con qu¨¦ programa para Espa?a est¨¢ dispuesto a gobernar. Reitero que no se trata de sumar votos para una investidura, sino de tener una base coherente de apoyos para gobernar, que no es lo mismo.
El comportamiento arrogante de los l¨ªderes de Podemos, con humillaciones que ponen al descubierto cu¨¢les son sus verdaderas intenciones, no se debe aceptar. Esos dirigentes, con el debido respeto que merecen sus votantes y los grupos que se han sumado a las distintas plataformas, quieren liquidar, no reformar, el marco democr¨¢tico de convivencia, y de paso a los socialistas, desde posiciones parecidas a las que han practicado en Venezuela sus aliados. Pero lo ocultan de manera oportunista. Del mismo modo, dejaron de hablar de Grecia cuando m¨¢s lo necesitaron sus amigos. Son puro leninismo 3.0.
Para colmo, plantean tambi¨¦n con disimulo la autodeterminaci¨®n, algo que contradice un proyecto para Espa?a como espacio p¨²blico que comparten 46 millones de ciudadanos que quieren ser tratados como tales, tambi¨¦n para decidir en igualdad de derechos y obligaciones su destino com¨²n.
P. ?Cree que es leg¨ªtima la formaci¨®n de un Gobierno cuya ¨²nica coincidencia sea la de ser anti-PP?
R. A m¨ª no me gustan los Gobiernos anti lo que sea, aunque los haya vivido yo mismo. Recuerde el ¡°v¨¢yase se?or Gonz¨¢lez¡±. Los Gobiernos deben proponerse para realizar proyectos, no para negar los de los otros.
¡°Las actitudes inmovilistas y las liquidacionistas estrechan el margen para propuestas de reformas muy necesarias¡±
Pero no es un problema de legitimidad, como usted dice. Es una obviedad recordar que para las reformas que necesita Espa?a hay que contar con el PP en bastantes casos, porque esa es la realidad parlamentaria. Del mismo modo, parece l¨®gico exigir al PP que diga qu¨¦ est¨¢ dispuesto a hacer por convicciones y, por tanto, es l¨®gico esperar que lo haga tanto si est¨¢ en el Gobierno como si pasa a la oposici¨®n.
P. ?Es partidario de una gran coalici¨®n entre PP, PSOE y Ciudadanos?
R. De ninguna manera. Me parece una propuesta que nace de un fracaso y que no se plantea la gobernanza de Espa?a en el medio plazo. El fracaso es el de la estrategia que algunos llaman del ¡°Gobierno del Ibex¡±, una suma PP-Ciudadanos que fuese mayoritaria, creando as¨ª una pinza contra el Partido Socialista apoyando la subida de Podemos. ?Recuerdan a Rajoy el 6 de diciembre animando a Iglesias? ¡°Vas bien Pablo, vas bien¡±, le dec¨ªa.
Eso fall¨®, y pasaron del lema ¡°hay que salvar al soldado S¨¢nchez¡±, ideado para hundir al candidato, a hacer a S¨¢nchez responsable de la estabilidad que sugieren, ya despu¨¦s de las elecciones del 20 de diciembre.
Para colmo, dejar el espacio de la oposici¨®n a Podemos es una gran estupidez, m¨¢s a¨²n que un error, generada por la falta de visi¨®n de Espa?a en el medio plazo. Mire, si no se emprenden las reformas que necesitamos, incluida la regeneraci¨®n democr¨¢tica frente a la corrupci¨®n rampante que nos inunda cada d¨ªa, estamos contribuyendo a alimentar a los que desean liquidar el marco democr¨¢tico de convivencia que tenemos.
P. ?Cu¨¢l es entonces el mejor Gobierno posible?
R. Eso es mucho pedir en una entrevista como esta, pero creo que ha llegado el momento de mirar a los ciudadanos y abandonar estrategias de trileros como las que hemos visto el viernes pasado. A nadie le extra?ar¨¢ que a estas alturas de mi vida prefiera que haya un Gobierno con programa acordado para Espa?a, porque lo necesitamos, incluso si no es el Gobierno que m¨¢s me guste a m¨ª personalmente.
Podr¨ªamos contar el n¨²mero de esca?os en dos dimensiones: la de izquierda y derecha o la de los que sumen en un proyecto reformista para Espa?a, un eje en el que no entran los que quieren acabar con esa realidad o ponerla en riesgo.
¡°Vivimos un final de ciclo... No sabemos ni a d¨®nde vamos ni qui¨¦nes somos. Falta un proyecto reformista para Espa?a¡±
Si los partidos pol¨ªticos estuvieran hablando de programas de Gobierno y no de aritm¨¦ticas parlamentarias incompatibles en todo o en parte con un Gobierno estable, ser¨ªa menos complicada la respuesta.
Pero el ambiente no es ese. Es un momento m¨¢s de regates cortos y oportunistas, o de supervivencias personales como la de Rajoy, que de miradas largas para dar respuesta a los desaf¨ªos de Espa?a.
P. ?Alg¨²n ejemplo de esos regates cortos?
R. Un ejemplo: PP y Ciudadanos sumar¨ªan 163 diputados. Por otro lado, PSOE, Podemos e Izquierda Unida sumar¨ªan 161 diputados. Esto ¨²ltimo ser¨ªa una especie de tripartito, que depender¨ªa para lograr mayor¨ªa del mismo n¨²mero de diputados, m¨¢s o menos, de los que depend¨ªan los del bipartito anterior, pero en condiciones menos compatibles, porque han derivado hacia posiciones de ruptura de Espa?a, m¨¢s que de acuerdos para gobernar.
Por tanto, lo podr¨ªa intentar el PP, con Rajoy o con otro candidato, con Ciudadanos, para arrancar con el encargo del Rey.
Tambi¨¦n podr¨ªa ser el PSOE, hablando y negociando hacia Ciudadanos y hacia la amalgama de Podemos, pero dejando claros los elementos esenciales para que se pueda hablar de un Gobierno para Espa?a.
En suma, hay que entender la nueva realidad que han querido los electores, que exige que haya di¨¢logo y acuerdos. Y que puede repetirse, en peores condiciones, si los responsables pol¨ªticos no asumen el resultado y devuelven la responsabilidad que les toca a los ciudadanos en nuevas elecciones.
P. ?Y un Gobierno del PSOE con Ciudadanos? ?Ve eso posible?
R. Intentar llegar a un acuerdo con Ciudadanos dentro de la aritm¨¦tica parlamentaria significa tener una base para las reformas que necesitamos. Si se habla de Gobierno de reformas y de progreso, hay que tener fundamentos program¨¢ticos y n¨²mero de diputados para apoyarlos. En este ejercicio el PP tiene que dejar claro si sus posiciones program¨¢ticas, a¨²n en la sombra, lo son por convicci¨®n o por oportunismo de Gobierno. Porque no habr¨¢ reformas de calado si el PP practica la vetocracia.
P. ?Qu¨¦ se debe hacer con la crisis de Catalu?a durante este periodo de Gobierno en funciones?
R. Que haya un Gobierno en funciones no quiere decir que haya un vac¨ªo de poder. Si alguien lo ve as¨ª, se equivoca.
¡°El PP no ha le¨ªdo el resultado como es: una derrota. No solo por perder 60 diputados sino por su rechazo en el Parlamento¡±
La democracia exige que la ley, tanto la Constituci¨®n como el Estatuto, se cumpla, incluso para cambiarla. Sin esa premisa, se pone en peligro la democracia misma y el marco de convivencia que nos hemos dado entre todos los espa?oles. Si alguien se salta la legalidad, el Gobierno tiene la obligaci¨®n de restablecerla. Y tiene adem¨¢s los instrumentos parlamentarios para hacerlo.
Soy muy cr¨ªtico con el inmovilismo y me gusta muy poco la respuesta judicial, porque creo que lo prioritario en pol¨ªtica es una respuesta pol¨ªtica como paso imprescindible. El inmovilismo tiende a ampararse en el Tribunal Constitucional u otras variantes, porque no cumple con su obligaci¨®n.
Por eso, cumplida la ley como condici¨®n democr¨¢tica, debe haber una clara disposici¨®n al di¨¢logo, algo que se viene obstaculizando en los ¨²ltimos a?os.
P. ?Qu¨¦ papel cree que debe cumplir su partido en una situaci¨®n como la actual?
R. No soy responsable del partido, ni tengo responsabilidad institucional. Hace 20 a?os que sal¨ª del Gobierno y 19 de la secretar¨ªa general del Partido Socialista. No me toca decidir.
Me gusta que se debata y que se adopten posiciones claras ante los ciudadanos, manteniendo la unidad. Yo opino como ciudadano que vota al PSOE y milita en ¨¦l, con la carga de la experiencia vivida en Espa?a, en Europa, en Am¨¦rica y en otros lugares.
Tambi¨¦n soy prudente a la hora de decir lo que pienso a los l¨ªderes del partido. Si me preguntan, respondo, pero intentando no entrometerme nunca.
A veces sufro, porque estoy en desacuerdo con unos o con otros, incluso con unos y con otros, pero trato de ser prudente sin perder la libertad y la responsabilidad como ciudadano y votante.
Ahora acepto esta entrevista porque estoy cansado de que otros interpreten lo que suponen que pienso o deber¨ªa pensar, dependiendo de gustos o de intereses. Como cualquiera, me puedo equivocar, algo a lo que incluso tengo derecho, pero me gustar¨ªa no interferir, sin renunciar a opinar cuando quiero o creo que necesito hacerlo.
As¨ª que comprendo la inquietud, pero no me toca decidir lo que tiene que hacer el partido. Y esto es algo que asumo con serenidad.
P. Desde esa libertad personal, ?qu¨¦ cree usted que es un proyecto progresista en el momento presente de Espa?a?
R. Necesitamos recomponer las fracturas en la cohesi¨®n social de las pol¨ªticas que se han hecho en la crisis y hacerlo con criterios de sostenibilidad, con la visi¨®n puesta en el momento que vivimos en Espa?a y en el mundo.
Dir¨ªa que necesitamos una econom¨ªa social de mercado, algo que en Europa se est¨¢ poniendo en cuesti¨®n, aunque sea parte de su identidad fundamental. En Espa?a son muchas las desigualdades provocadas, y hay que corregirlas con un modelo econ¨®mico capaz de combinar la necesidad de ser competitivos para generar riqueza y la de redistribuir con justicia el excedente que se genere.
Tenemos que dignificar el trabajo, superando la precariedad, mejorando los salarios y relacion¨¢ndolos con la productividad. En fin, tenemos que recomponer nuestro sistema de acceso universal a la sanidad; pactar una reforma educativa en general y de la Formaci¨®n Profesional en concreto, y apoyar en serio, no con palabras, la investigaci¨®n y la innovaci¨®n para mejorar nuestra capacidad de competir y de generar empleos dignos.
Deber¨ªamos federalizar nuestro modelo auton¨®mico, garantizando la descentralizaci¨®n pol¨ªtica y la financiaci¨®n, preservando el poder del Gobierno central como responsable de la igualdad de derechos y obligaciones de todos los ciudadanos. Como ve, creo en una descentralizaci¨®n pol¨ªtica que reconozca y garantice la diversidad, pero no creo en una centrifugaci¨®n que ponga en peligro la realidad misma de Espa?a.
Hay que tomarse en serio la reforma de la ley electoral y mucho m¨¢s en serio, por su gravedad, la regeneraci¨®n del sistema para luchar con rigor contra las pr¨¢cticas corruptas que nos est¨¢n ahogando.
Esta es solo una parte de las cosas que se deber¨ªan estar debatiendo y acordando entre los responsables pol¨ªticos, para salir cuanto antes de este juego de sombras.
¡°Analizando la representaci¨®n parlamentaria, no creo que exista una mayor¨ªa progresista y reformista, que ser¨ªa la opci¨®n que preferir¨ªa¡±
En fin, progresar es hacer reformas frente al inmovilismo y al liquidacionismo, ambos fen¨®menos que han acompa?ado demasiado tiempo a nuestra historia. Si fuimos capaces de superarlo en la Transici¨®n, ?por qu¨¦ no lo vamos a poder hacer ahora?
P. ?Cree que el PSOE debe negociar con el PP?
R. Me parece indiscutible que se debe dialogar con el PP. Otra cosa es que haya margen o no para acordar cosas que faciliten lo que acabo de decir. Pero la experiencia de Gobierno de Rajoy ha sido de decretos leyes e imposiciones sin ning¨²n di¨¢logo y eso hay que intentar superarlo. Pero en democracia hay que atender el mandato de las urnas, en el que se incluye ese di¨¢logo sin reservas.
P. ?Cree que el PSOE deber¨ªa, llegado el caso, permitir con su abstenci¨®n la formaci¨®n de un Gobierno en Espa?a?
R. No quiero definir la posici¨®n del partido como tal. Dicho esto, creo que ni el Partido Socialista ni el PP ni otros deber¨ªan negar la posibilidad de un Gobierno para Espa?a si no est¨¢n en condiciones de hacerlo ellos con sus formulaciones y programas.
Lo que digo vale pues para cualquier partido responsable, porque jugar a impedir que gobierne otro aunque yo no pueda gobernar no conduce a nada. Lo que el PP hizo en Andaluc¨ªa para impedir un Gobierno del Partido Socialista en una pinza con Podemos no es un ejemplo de pr¨¢ctica democr¨¢tica responsable, y es algo que no hay que imitar.
Pero es falso lo que se est¨¢ diciendo y se me atribuye. Quiero que Espa?a tenga un Gobierno capaz de sacar adelante un proyecto. Prefiero que ese Gobierno sea progresista y reformista. Si no es posible, no creo que haya que obstaculizar la posibilidad, muy dif¨ªcil por cierto, de un Gobierno distinto.
P. ?Qu¨¦ importancia cree que tiene Europa en la b¨²squeda de una soluci¨®n a la crisis actual en Espa?a?
R. Ver¨¢, yo soy un europe¨ªsta cr¨ªtico con los errores de la Uni¨®n Europea en la lucha contra la crisis. Estoy seriamente preocupado por los desaf¨ªos que tiene por delante en temas que no se pueden sortear: refugiados, refer¨¦ndum brit¨¢nico, amenazas a la seguridad y dem¨¢s. Pero me asombra que el tema de la Uni¨®n Europea est¨¦ ausente de nuestras campa?as y de los debates actuales.
Me preocupa que Espa?a sea irrelevante en la sala de m¨¢quinas de la Uni¨®n Europea, porque el proceso es de soberan¨ªa compartida, no de cesi¨®n de soberan¨ªa para que otros decidan por nosotros.
Dependemos mucho de lo que se decida en Europa, por eso tenemos que decidir con los socios en igualdad de condiciones, no diciendo ¡°lo que nos diga Europa, lo haremos¡±. Me parece humillante ese comportamiento. Somos parte de Europa, con las mismas responsabilidades que otros en sus decisiones.
Dependemos de la Uni¨®n Europea, con quien compartimos soberan¨ªa, y tenemos que decidir de forma conjunta para cambiar el rumbo de la Uni¨®n.
¡°Nadie tiene el derecho a decir al jefe del Estado que ni acepta ni se retira, como hizo Rajoy. Es de una irresponsabilidad dif¨ªcil de calificar¡±
P. ?C¨®mo cree que puede afectar la crisis de Espa?a a la estabilidad de Europa?
R. No soy partidario de esas campa?as que tratan de meter miedo a los ciudadanos para condicionar su libre voluntad. Ah¨ª incluyo campa?as como las que vienen de la Comisi¨®n Europea sobre la formaci¨®n de Gobierno aqu¨ª. Pueden advertir sobre nuestro d¨¦ficit, pero no interferir en la formaci¨®n de Gobierno.
Es importante para los espa?oles resolver nuestros problemas. Tambi¨¦n es importante para Europa, en la misma medida en que influyen en ella los problemas de otros socios.
P. En las ¨²ltimas semanas se ha especulado mucho con su nombre en distintos escenarios potenciales, siempre como una especie de soluci¨®n ideal. ?Por qu¨¦ cree que se echa tanto en falta un Felipe Gonz¨¢lez en Espa?a?
R. Respuesta negativa: porque les ha dado tiempo a olvidarse de los errores que comet¨ª. Respuesta positiva: porque reconocen que siempre puse por delante los intereses de Espa?a y eso se echa de menos ahora.
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