Queremos un cambio en Educaci¨®n
Es necesario hacer un peque?o balance hist¨®rico para recordar el porqu¨¦ de tanta protesta y de tanta defensa de la escuela p¨²blica
Los resultados electorales del 20 de diciembre dejaron claro que Espa?a quer¨ªa un cambio pol¨ªtico de fondo y de forma. Un cambio que no deber¨ªa haber sorprendido tanto a la sociedad espa?ola, que por otro lado y durante los ¨²ltimos a?os llevaba reclam¨¢ndolo de manera constante, con distintas se?ales y a trav¨¦s de foros y actuaciones distintos.
Demandas de cambio las hemos visto en los ¨²ltimos a?os en las calles de nuestras ciudades y pueblos, en las continuas protestas, en tertulias, art¨ªculos de opini¨®n y sobre todo en el contacto diario con la gente y en los puestos de trabajo.
Es necesario hacer un peque?o balance hist¨®rico para recordar el porqu¨¦ de tanta protesta, de tanta camiseta verde y de tanta defensa de la Escuela P¨²blica que hemos compartido todas las personas que creemos que por la mejora de la educaci¨®n en nuestro pa¨ªs y por el futuro que la educaci¨®n garantiza a nuestra sociedad, merece la pena luchar, implicarse y llegar a grandes acuerdos. Y como parte de nuestra historia, no muy lejana, debemos recordar que en el a?o 2010 se estuvo muy cerca de llegar a alcanzar un consenso educativo, aunque el PP lo impidi¨® en el ¨²ltimo momento.
Lamentable decisi¨®n, porque su etapa de gobierno ha dejado un balance muy negro para la educaci¨®n espa?ola, recorte tras recorte en la asignaci¨®n presupuestaria no fueron suficientes para el gobierno de Rajoy. El famoso Real Decreto-Ley 20/2012 increment¨® la ratio de alumno/profesor convirti¨¦ndola en Educaci¨®n Secundaria en la m¨¢s alta de Europa, incrementando la carga lectiva de los docentes de manera considerable, alargando el plazo para cubrir las sustituciones de profesores, fomentando las plantillas de profesores interinos, etc. Todo ello acompa?ado de la limitaci¨®n de todo tipo de becas, menos ayudas para material, transporte o comedores escolares, incremento de tasas universitarias, de Escuelas Oficiales de Idiomas,¡ ha logrado que el acceso a la educaci¨®n haya perdido ese car¨¢cter de casi universalidad que tanto cost¨® lograr y que el concepto del derecho a la igualdad de oportunidades haya quedado sumamente debilitado.
Y lleg¨® la LOMCE, y con ella, nuestro sistema educativo sufri¨® un nuevo varapalo, agravando por ley la desigualdad ya acumulada por los recortes instalados en todo el territorio espa?ol. La LOMCE deja un panorama regresivo, introduciendo cambios muy significativos que segregan tempranamente y de manera casi irreversible al alumnado. Se introducen rev¨¢lidas en el sistema que cierran puertas a la posibilidad de continuidad de los estudios de bachillerato o de FP o universitarios. Se a¨ªsla a los j¨®venes con m¨¢s dificultades de aprendizaje, conden¨¢ndolos a la no titulaci¨®n al limitar sus programas de refuerzo y aprendizaje a 2? y 3? de ESO; se extirpa el modelo de escuela democr¨¢tica o participativa por la desaparici¨®n de la capacidad de decisi¨®n de los Consejos Escolares; se abre la puerta a los rankings de centro y a in¨²tiles y poco fundadas comparativas que no tendr¨¢n en cuenta los contextos econ¨®micos, culturales o sociales de los entornos de los centros.
La LOMCE ataca por igual las ense?anzas art¨ªsticas y humanistas, asumiendo la educaci¨®n un papel mercantilista que poco se preocupa por el individuo como perteneciente a una sociedad y por tanto objeto de recibir una educaci¨®n para la ciudadan¨ªa, tan necesaria hoy en d¨ªa para que la tolerancia, el respeto, y la convivencia sean los valores presentes en la diversidad, la pluralidad y la diferencia existentes en nuestras vidas.
Por si fuera poco, la LOMCE ha venido cargada de incertidumbre, prisas, escasez de formaci¨®n al profesorado, requisitos burocr¨¢ticos irrelevantes pero cargantes e incomprensibles, exigencia de nuevos materiales y libros de texto de un gran coste econ¨®mico para las familias y significativamente, no aborda grandes necesidades y retos que ya desde educaci¨®n primaria claman soluciones.
Es preciso introducir en el debate educativo los retos reales del sistema: garantizar un sistema educativo p¨²blico, estable y de calidad, inclusivo, basado en la equidad y la igualdad entre hombres y mujeres, que atienda a la diversidad desde edades tempranas, a los alumnos de altas capacidades, que explore nuevos sistemas de evaluaci¨®n, que ofrezca la formaci¨®n inicial y continua necesaria al profesorado para que logren que nuestros j¨®venes sean resolutivos y capaces de poner en pr¨¢ctica los contenidos y competencias adquiridas, con una orientaci¨®n educativa y profesional m¨¢s individualizada y que se ampl¨ªe la oferta educativa en las edades no obligatorias, para que nadie que quiera estudiar se quede sin la opci¨®n de hacerlo.
Nuestro sistema educativo ha sufrido de manera especial estos ¨²ltimos a?os y de manera m¨¢s dolorosa la educaci¨®n p¨²blica. Este ataque y la m¨¢s absoluta ausencia de negociaci¨®n sobre la LOMCE consiguieron que partidos pol¨ªticos (excepto PP, UPyD, Foro de Asturias y UPN) y los representantes de la Comunidad Educativa a trav¨¦s de sindicatos de profesores, federaciones de padres y madres y federaciones de alumnos firmasen el acuerdo el 13 de junio de 2013 para derogar la LOMCE.
Es necesario un cambio de gobierno que la sociedad espa?ola ha demandado en las urnas, pero es necesario y urgente un cambio en educaci¨®n, reparando con urgencia algunas de las cuestiones que se han implantado con la LOMCE y que afectan a ni?os y a j¨®venes este mismo curso. No se puede perder tiempo para devolver oportunidades y apoyo a muchos j¨®venes que necesitan un cambio lo antes posible para no quedarse fuera del sistema, para no perder el tren. Y no se puede perder tiempo para comenzar ese camino que demanda la sociedad y que debe conducirnos a todos los grupos pol¨ªticos a alcanzar un acuerdo, un consenso para una ley b¨¢sica de educaci¨®n.
Los socialistas estamos convencidos de que este es el camino a seguir, como tambi¨¦n lo est¨¢ la comunidad educativa. Ya nos lo han recordado sindicatos, padres y estudiantes en el Congreso. En este empe?o, ni un minuto que perder, ahora toca trabajar por y para la mejor educaci¨®n y los partidos pol¨ªticos tenemos el deber de responder a este llamamiento y urgencia social, con di¨¢logo, con voluntad de acuerdos y con la convicci¨®n de que debemos poner todo de nuestra parte para lograr ese ansiado pacto educativo.
M.? Luz Mart¨ªnez Seijo es diputada del PSOE por Palencia y profesora y doctora en Planificaci¨®n e Innovaci¨®n Educativa.
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