La direcci¨®n popular quiere que Feij¨®o siga en Galicia

Ante el vac¨ªo de l¨ªderes, la escasez de verdaderos barones territoriales con poder real y proyecci¨®n y la mala consideraci¨®n que despiertan en el propio PP dirigentes que se podr¨ªan postular para un hipot¨¦tico relevo de Mariano Rajoy, como Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa o Mar¨ªa Dolores de Cospedal, las quinielas de candidatos populares suelen apostar como seguro por Alberto N¨²?ez Feij¨®o. El presidente del PP gallego y de la Xunta de Galicia lo sabe y se deja querer sin despejar ninguna inc¨®gnita. Desde hace a?os, y especialmente en los ¨²ltimos meses, aparece en entrevistas, en medios locales y nacionales, para sellar su ¡°lealtad¡± con Rajoy y para anunciar que lleva tiempo pensando en su futuro pol¨ªtico. Feij¨®o (54 a?os) quiere dejar la pol¨ªtica gallega por un cargo a nivel nacional o por un salto a la vida privada, pero en la direcci¨®n nacional del PP quieren que se quede y concurra a las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas.

Feij¨®o mantuvo una comida privada a mediados del pasado mes de agosto en Galicia con Rajoy. El presidente nacional del PP hab¨ªa asegurado poco antes que no ten¨ªa muchas dudas de que Feij¨®o ser¨ªa el mejor candidato para seguir gobernando en Galicia. Feij¨®o le pregunt¨® sobre esas declaraciones y quedaron en volver a charlar sobre su futuro pol¨ªtico m¨¢s adelante. Esa nueva cita a¨²n no ha tenido lugar, pero en el camino han sucedido algunas cosas, entre ellas que Rajoy fracas¨® el pasado 20-D y que en esa convocatoria las Mareas y los movimientos ligados a Podemos en Galicia han surgido con fuerza y como un serio aviso ante las pr¨®ximas elecciones gallegas, previstas para oto?o.

Cuidar los contactos

Feij¨®o sigue sin deshojar su futuro ni sus verdaderas intenciones. En todas las entrevistas que ha concedido desde el verano ha insistido en la idea de que lleva 10 a?os como responsable del PP en Galicia y siete al frente de la Xunta, y considera que esa etapa de su vida es suficiente. Tres mandatos siempre le parecieron excesivos. Pero tampoco los descarta. Espera se?ales, internas, de Rajoy y del propio PP.

En este tiempo, mientras se decide, ha perfilado algunas actuaciones muy indicativas. Ha nombrado sucesor de hecho en la Xunta al vicepresidente Alfonso Rueda, al que ahora a¨²pa tambi¨¦n para ser nuevo presidente del PP precisamente en Pontevedra. Y ha cuidado sus contactos con otros barones regionales, como Juan Vicente Herrera y Cristina Cifuentes, y con la n¨²mero dos del PP, Dolores de Cospedal.