Uno de cada 10 alumnos asegura que ha sufrido acoso escolar

?Por qu¨¦ un chico acosa a otro en el instituto? En la mayor¨ªa de los casos, la respuesta es ¡°no s¨¦¡± seguida de: ¡°Era una broma¡±. As¨ª lo recoge la radiograf¨ªa que Save the Children ha hecho sobre acoso y ciberacoso en Espa?a con entrevistas a 21.487 alumnos de secundaria y datos contundentes. Uno de cada 10 se?ala que ha sido v¨ªctima de acoso, un tercio reconoce haber agredido f¨ªsicamente a otro compa?ero en los ¨²ltimos dos meses y la mitad admite haber insultado.

El estudio concreta que para que exista acoso es necesario que haya intencionalidad por parte del agresor, frecuencia de los abusos y desequilibrio entre agresor y v¨ªctima. En la mayor¨ªa de casos, los acosados aseguraron que les persegu¨ªan por ¡°man¨ªa¡± o por su aspecto f¨ªsico. La mitad se?alaron que les hab¨ªan insultado de forma directa y uno de cada cinco que hab¨ªa sido amenazado. El informe, titulado Yo no juego a eso presentado este jueves, repara tambi¨¦n en la figura del agresor. Uno de cada tres, con edades entre 12 y 16 a?os, admiti¨® haber agredido f¨ªsicamente a otro compa?ero en los dos meses previos a la encuesta.

193.000 v¨ªctimas

Las entrevistas del trabajo, realizado en colaboraci¨®n con la universidades Aut¨®noma de Madrid y la de C¨®rdoba, se realizaron entre septiembre de 2014 y junio de 2015 a alumnos de secundaria de centros p¨²blicos. Extrapolando los datos, Save The Children estima en 193.000 las v¨ªctimas y en 103.000 los agresores de acoso y ciberacoso en Espa?a.

¡°Es una forma de violencia y hay que llamarlo por su nombre. No es un juego de ni?os. Como sociedad no podemos permitirnos fallar a ni?os que sufren situaciones de estr¨¦s o ansiedad¡±, se?ala Andr¨¦s Conde, director general de Save the Children Espa?a. ¡°No es un fen¨®meno natural e inevitable, es prevenible, injustificable y se puede erradicar¡±, a?ade.

Diferencias entre chicos y chicas

De los datos aflora una perspectiva de g¨¦nero ¡°a la que hay que atender¡±, seg¨²n Conde. Las chicas sufren m¨¢s como v¨ªctimas y participan menos como agresores. Ellas, adem¨¢s, son m¨¢s propensas a pedir ayuda mientras que los chicos responden m¨¢s a menudo a la violencia con violencia. Otro aspecto analizado, que comparten en este caso v¨ªctimas y agresores, es que en ambos casos tienen baja autoestima.

El informe refleja las diferencias por comunidades aut¨®nomas, aunque Conde considera que en este caso es m¨¢s dif¨ªcil sacar conclusiones. El promedio de v¨ªctimas de ambos tipos de acoso es m¨¢s alto que la media en Murcia, Andaluc¨ªa, Melilla y Baleares y est¨¢ tambi¨¦n alto en otras como Catalu?a. ¡°Parece que la renta de las familias y de las comunidades no es determinante, pero hay que analizar m¨¢s a fondo el asunto¡±, se?ala.

Objeciones al plan del ministerio

Save the Children pide una intervenci¨®n que incluya ¡°objetivos realistas, un calendario y con una dotaci¨®n de recursos humanos y financieros adecuados¡±. El Ministerio de Educaci¨®n present¨® en enero el borrador de un plan de convivencia escolar, a¨²n sin presupuesto ni fechas cerradas para las actuaciones. El ¨²ltimo acto de Educaci¨®n, el pasado 11 de febrero, fue la presentaci¨®n de un sello de Correos contra el acoso. Para el director de Save the Children, ¡°el plan que promueve el ministerio es necesario, pero no es suficiente. Enfrentar la violencia contra la infancia requiere una estrategia integral, que no solo quede circunscrita a la escuela¡±.