Carlos Roquero, experto en el suelo y su conservaci¨®n

Carlos Roquero (Almer¨ªa, 1924), catedr¨¢tico em¨¦rito de Edafolog¨ªa, que presidi¨® la Sociedad Espa?ola de la Ciencia del Suelo y tuvo altos cargos en la Sociedad Internacional de la Ciencia del Suelo, fue uno de los mayores estudiosos espa?oles del suelo ¡ªun recurso natural no renovable a escala humana¡ª y uno de los responsables de que la edafolog¨ªa (ciencia que trata de la naturaleza y las condiciones del suelo) alcanzase el reconocimiento internacional que merece, ya que de ¨¦l dependen la seguridad alimentaria, la calidad del agua y la vida en el planeta.

El doctor Roquero. fallecido el d¨ªa diez del mes pasado, fue un maestro de edaf¨®logos y de ingenieros agr¨®nomos, primero en la Escuela T¨¦cnica Superior de Ingenieros Agr¨®nomos de Valencia (1965-70) y, desde 1970 y a lo largo de muchos a?os, en la Escuela de Ingenieros Agr¨®nomos de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, centro que fue pionero en la especialidad.

Como tambi¨¦n pionera fue la labor del profesor Roquero en la conservaci¨®n del suelo en Espa?a, de lo que da fe su precursor libro Estudio sobre la conservaci¨®n y mejora del suelo en Espa?a, texto cuya vigencia se mantiene.

Durante unos a?os trabaj¨® en el Ministerio de Agricultura, donde promovi¨® los estudios sobre la conservaci¨®n de suelos. Incorporado a la Escuela de Ingenieros Agr¨®nomos de Madrid, impuls¨® la investigaci¨®n y la docencia en materia de suelos en un contexto universitario muy desasistido, al no contar con infraestructuras de investigaci¨®n, que en aquellos a?os se concentraban fuera de las universidades. Gracias a su labor se introdujo y extendi¨® en Espa?a el sistema de clasificaci¨®n de suelos Soil Taxonomy, uno de los dos marcos de referencia mundial en la especialidad.

Enamorado de su trabajo, generoso con sus conocimientos, el profesor Roquero consider¨® siempre al estudiante como elemento activo de la docencia; llevaba a sus disc¨ªpulos a estudiar el suelo fuera del aula, en el campo. All¨ª supo transmitir a quienes fuimos sus alumnos su entusiasmo por el objeto de estudio. Su accesibilidad y disponibilidad permanentes permitieron que un grupo de j¨®venes protoedaf¨®logos se fuesen agrupando en su entorno y estudiaran de forma innovadora, una actitud que posteriormente difundir¨ªamos y practicar¨ªamos en muchas universidades espa?olas. Lo que no pod¨ªa ser de otra forma, si se tiene en cuenta que el profesor Roquero ten¨ªa una formaci¨®n cient¨ªfica, profesional y humana a la altura de los grandes naturalistas. Por ello, el inter¨¦s por su materia de estudio no le hac¨ªa olvidar la educaci¨®n de las personas ni su vertiente humanista: en el trabajo de campo nunca dejaba de alentar a sus alumnos a visitar la iglesia rom¨¢nica, la catedral g¨®tica o los parajes naturales que se encontraban de camino.

Muchos fueron los trabajos, las tesis que dirigi¨® y los esfuerzos que empe?¨® en aumentar el conocimiento de los suelos espa?oles. Esta ingente labor a lo largo de los a?os ha dado lugar a un sinf¨ªn de publicaciones en revistas cient¨ªficas, comunicaciones a congresos, reuniones y conferencias.

La alta cualificaci¨®n profesional y el reconocimiento internacional del profesor Roquero se ponen de manifiesto en sus numerosas colaboraciones con diversos organismos internacionales, lo que le llev¨® a realizar trabajos de transferencia de tecnolog¨ªa en Brasil, Hait¨ª, Madagascar, Argelia, Irak, Portugal, El Salvador y Costa de Marfil. En el a?o 2000 fue nombrado socio de honor de la Sociedad Espa?ola de la Ciencia del Suelo y en 2015 el Simposio Nacional sobre Control de Degradaci¨®n y Conservaci¨®n de Suelos le otorg¨® su reconocimiento.

Jaume Porta, catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad de Lleida, es presidente de la Sociedad Espa?ola de la Ciencia del Suelo.