Esperanza y los batracios

Tiene mala suerte Esperanza Aguirre. Tanta mala suerte que los cargos implicados en los esc¨¢ndalos m¨¢s inquietantes coinciden con los pol¨ªticos de mayor confianza y hasta de mayor responsabilidad. L¨®pez Viejo, viceconsejero de Presidencia, figura en el embri¨®n de la trama G¨¹rtel, mientras que Francisco Granados, consejero plenipotenciario de Interior, Justicia y Presidencia, organiz¨® a brochazos la trama P¨²nica.

¡°De 500 cargos que he nombrado, alguno me ten¨ªa que salir rana¡±, objetaba Aguirre desde la relatividad estad¨ªstica. El problema es que el PP no era tanto un partido como un estanque lleno de batracios. Favorec¨ªa su desarrollo el h¨¢bitat del fango. Tambi¨¦n lo hac¨ªa la amnesia y la ignorancia de Esperanza Aguirre. Ignorancia porque ella misma admit¨ªa una responsabilidad in vigilando. Fue la raz¨®n que forz¨® su dimisi¨®n a punto de jubilarse -llevaba 12 a?os al frente del PP- o fue una medida preventiva respecto a los esc¨¢ndalos que comprometen el horizonte judicial del partido.

El ejemplar que ha croado en ¨²ltimo lugar es Ignacio Gonz¨¢lez. Ya decidi¨® sacrificarlo Mariano Rajoy en el laboratorio de G¨¦nova 13, quiz¨¢ porque desconfiaba de la honestidad del ex presidente de la Comunidad de Madrid. O porque se tem¨ªa que pudieran imputarlo a cuenta de las anomal¨ªas del ¨¢tico de Estepona. Ahora no se dice imputar, se dice investigar, de forma que los pol¨ªticos presuntamente corruptos han encontrado un asidero sem¨¢ntico que no rebaja las dudas pero s¨ª rebaja el ¨¦nfasis del linchamiento social.

Y las dudas se antojan embarazosas. No ya porque el ¨¢tico estuviera originalmente a nombre de un testaferro en un para¨ªso fiscal, sino porque habr¨ªa sido el premio en ladrillo a la arbitrariedad con que se adjudicaron fincas p¨²blicas en favor de la empresa Martinsa, cuyo titular, Fernando Mart¨ªn, forma parte de los empresarios investigados sistem¨¢ticamente en la trama G¨¹rtel. ¡°Cant¨®¡± el comisario Jos¨¦ Manuel Villarejo y se vali¨® de unas grabaciones que ¨¦l mismo realizo a Gonz¨¢lez en la cafeter¨ªa La Mallorquina, otorgando al caso el prosaico sesgo berlanguiano de la corrupci¨®n espa?ola: tahures y megal¨®manos hipnotizados en el movimiento circular de la hormigonera.

El ¨¢tico era el premio tangible, pero Villarejo sostiene que Gonz¨¢lez pudo haber recibido dos millones de euros en dinero invisible por haber adjudicado unos terrenos en Arganda del Rey, de tal manera que la putrefacci¨®n en la Comunidad de Madrid estar¨ªa amparada desde la cima jer¨¢rquica mientras Esperanza se recreaba en la placidez del estanque.

El juzgado de Estepona vincula a Gonz¨¢lez con un delito de cohecho y otro de blanqueo de capitales. E investiga -antiguamente imputa- a Enrique Cerezo por su oscuro papel de mediador, quiz¨¢ demostrando que la pel¨ªcula m¨¢s famosa producida por el presidente del Atl¨¦tico de Madrid no alud¨ªa al sexo sino a la corrupci¨®n: ¡°Desde que amanece, apetece¡±.