As¨ª cambi¨® Twitter el discurso pol¨ªtico en Espa?a

Han pasado 10 a?os desde que Twitter echara a andar como herramienta de comunicaci¨®n pero hace menos de una legislatura que la l¨®gica del tuit se ha asentado en los usos comunicativos de la pol¨ªtica espa?ola. La llegada al escenario institucional de nuevos partidos surgidos del activismo online y los usos desarrollados con menos eco en la pol¨ªtica local han acabado de normalizar un estilo de comunicaci¨®n que la mayor¨ªa de formaciones abrazaron en una primera fase como mero instrumento de amplificaci¨®n de mensajes.

Eran los tiempos en los que los partidos se limitaban a propagar consignas y a levantar acta de las visitas y los actos en los que participaban los l¨ªderes, con poco espacio para el intercambio y la escucha. Se trataba de tener atendida una ventana m¨¢s de exposici¨®n p¨²blica con una supuesta coloquialidad y cercan¨ªa que no siempre se cumpl¨ªa. Uno de los ejemplos m¨¢s sonados del final de esa etapa fue la torpeza con la que la cuenta de Mariano Rajoy trat¨® de zanjar las preguntas de un tuitero adolescente durante la campa?a de 2011.

El salto hacia la conversaci¨®n y la movilizaci¨®n corri¨® paralelo a los nuevos liderazgos y a los movimientos sociales nacidos de la crisis econ¨®mica. Durante la campa?a de las europeas de 2014, todo un punto de inflexi¨®n para Podemos, Twitter se coloc¨® en una posici¨®n central dentro de la maquinaria de difusi¨®n de mensajes con el apoyo clave de la televisi¨®n y de los programas de debate pol¨ªtico.

El primer tuit de Podemos, simult¨¢neo a su presentaci¨®n en sociedad, ten¨ªa detr¨¢s un largo recorrido previo y la experiencia de equipos dedicados solo a las redes sociales, un ¨¢rea que poco a poco fue sumando expertos en todas las orillas de la pol¨ªtica espa?ola.

En las pasadas elecciones ha cristalizado precisamente esa profesionalizaci¨®n del discurso en las redes sociales, que en muchos casos (y particularmente en Twitter) ha devenido en una avalancha de gui?os, memes y ocurrencias de aplauso f¨¢cil alrededor de los candidatos. La cueva (lugar figurado en el que trabajan los de redes) de Izquierda Unida, Albert Rivera como Naranjito o el propio Mariano Rajoy en su renovada estrategia de social media dejaron para el recuerdo nuevas f¨®rmulas de comunicaci¨®n impensables hace solo cuatro a?os.

Pero no todo son gatos en esta nueva etapa, tambi¨¦n caben anuncios de calado y tomas de postura que acompa?an y en ocasiones sustituyen a las convencionales ruedas de prensa. Por no hablar de los tuits m¨¢s o menos imprudentes que vuelven desde el pasado para recordar que la consistencia del discurso no es exclusiva del atril f¨ªsico.