Lo malo y lo peor

Hoy se cumplen cuatro meses de las elecciones generales. Seguimos sin Gobierno y estamos en la recta final. Sab¨ªamos de antemano que nada se resolver¨ªa antes de este tramo. Tambi¨¦n sab¨ªamos que algunas salidas que se daban como posibles no lo eran. Aunque quiz¨¢s nunca llegamos a pensar que se escenificar¨ªan con tanta pompa y circunstancia, aunque debimos suponerlo: ciertas formaciones son poco m¨¢s que eso. Pero en todo caso estamos en la fecha que estamos y no se puede perder m¨¢s tiempo.

Se han ensayado dos pactos: uno insuficiente (PSOE y Ciudadanos) y el otro imposible (PSOE, Ciudadanos y Podemos). Como es sabido, para pactar la investidura de un presidente de gobierno se necesitan tres requisitos: mayor¨ªa parlamentaria, acuerdo program¨¢tico y confianza mutua. El pacto PSOE-C's cumpl¨ªa con los dos ¨²ltimos pero no con el primero: era insuficiente y necesitaba un socio m¨¢s. A sabiendas, se busc¨® el socio equivocado: al contrario del anterior, exced¨ªan con mucho de la mayor¨ªa pero no hab¨ªa posible acuerdo program¨¢tico y, menos a¨²n, confianza mutua. Todo qued¨® muy claro en el debate de investidura de Pedro S¨¢nchez.

Ah¨ª empez¨® una comedia, quiz¨¢s necesaria para convencer a los respectivos electorados de PSOE y Podemos. Confusamente entreverada con la comedia, y para aumentar la confusi¨®n, Pablo Iglesias dejaba caer de vez en cuando la todav¨ªa m¨¢s fantasmal apuesta de un "gobierno a la valenciana" que ni ¨¦l mismo pod¨ªa creerse porque ni siquiera cumpl¨ªa el requisito aritm¨¦tico. Pues bien, esta comedia ha durado un mes y medio, no ha habido suspense, la escena final era conocida.

Volvemos atr¨¢s: PSOE y Ciudadanos con un pacto program¨¢tico muy detallado ¡ªlo ¨²nico serio de todo este per¨ªodo¡ª para negociarlo con un socio que sume para investir presidente. Si el socio Podemos, como era de esperar, ha fallado, ?no deber¨ªan ahora dirigirse hacia el PP para encontrarlo? Aritm¨¦ticamente ser¨ªan imbatibles, program¨¢ticamente no ser¨ªan distantes, s¨®lo falla la confianza personal entre Rajoy y S¨¢nchez, y la desconfianza de Rivera en que Rajoy sea adecuado para realizar las reformas necesarias.

Pero, ?son insalvables cuestiones personales? Si impidieran formar gobierno, seguro que muchos ciudadanos no lo entender¨ªan, ser¨ªan personalismo contra intereses generales. Si se llegara a este punto, quiz¨¢s podr¨ªa recurrirse como ¨²ltima baza a una personalidad "independiente", es decir, por encima de toda sospecha partidista y aceptada por quienes le den soporte. ?Un Monti? S¨ª, un Monti. No es lo ideal, cierto. Pero ir a nuevas elecciones es peor.